Fei había sido descubierta alterando una sopa medicinar, en sus cosas fueron hallados libros, viejos manuscritos, y los talismanes que utilizaba para controlar a pequeñas criaturas resentidas. Con estas pruebas no tuvo de otra que dejar de fingir. No era fuerte, pero Li tampoco lo era, y entre los sobrevivientes los guerreros se contaban con una sola mano.
Las criaturas resentidas y las figuras humanoides de humo comenzaron a golpear la barrera desde afuera, aunque el resentimiento dentro de la barrera había sido limpiado, aún quedaba un poco, por lo que Fei pudo también crear estas figuras dentro.
Yuna se encargó de reunir a todos en un lugar seguro, aun sin verlos, y con su limitado poder, Li los cubrió manteniéndolos a salvo.
En el pasado Li fue una gran guerrera, así que someter a Fei no fue difícil, no planeaba matarla, aún conservaba un poco de afecto por ella, y también le tenía un poco de pena, pero el odio había envenenado el corazón de Fei y ni por Li no por Guepardos sentía algo, por eso no le tembló la mano comandar a sus figuras a convertirse en una sola, una que atacaría a Li por la espalda pero cuyo ataque mortal seria frenado por Cheng.
Los sentidos de Li se desconectaron, y se mantuvo congelada, su cuerpo entero comenzó a temblar, y solo volvió en si cuando la navaja se incrustó en su costado, no midió su fuerza, golpeo a Fei, cuyo cuerpo voló hasta estrellarse contra una de las paredes del palacio, por la fuerza del golpe sumada a la fuerza del impacto, sus huesos se rompieron al igual que sus costillas, que terminaron perforando algunos órganos. Murió casi de inmediato, con una sonrisa burlona en su rostro.
Shenta llego al lugar, viendo cómo se desvanecían las figuras, las criaturas oscuras al ya no ser controladas, dejaron de atacar la barrera, pero el grupo de Shenta no las dejo ir, y cuando intentaron cruzar se llevaron la sorpresa de que no podían. Aquella barrera estaba conectada a Li y sin el permiso de ella nadie entraba o salía.
Li se acercó a Cheng, la pequeña barrera que había formado cayo y Yuna corrió hacia su amado. Allí casi todos lloraban y los que no, tenían ese semblante de tristeza, incluso el pequeño Xing, intuyendo que su padre se había ido comenzó a llorar desgarradoramente.
Fuera de la barrera Shenta no comprendía lo que veía, lanzo pequeños ataques pero Li nunca miro a su alrededor, sin saber el tipo de barrera que era, se dispuso a destruirla.
Cuando los de Guepardos se dieron cuenta le gritaron e hicieron señas de que no lo hiciera, entonces Li levanto su mirada llorosa pero ya era tarde, la barrera de Guepardos había sido rota.
Una bocanada de sangre fue escupida por Li, y Yuna no podía creer que perdería a dos de sus tres personas más importantes el mismo día y casi al mismo tiempo.
Li sonrió en dirección a Shenta y este vio como su semblante comenzaba a cambiar, entonces lo supo, la barrera que había destruido estaba conectada directamente a la vida de Li, si ella caía la barrera lo haría, y obviamente si la barrera caía Li lo haría.
Aunque lo intento no podría restaurarla, la desesperación comenzó a adueñarse de su ser, y cuando la barrera estuvo abajo completamente se olvidó de su posición y corrió hacia la reina de Guepardos, cuyo cuerpo ya comenzaba a transparentarse.
—Li, no... por favor no. Lo siento tanto, no lo sabía... yo. No me dejes, no te vayas
—¿Por qué tiene un rostro tan lamentable su Majestad? Ahora puede convertirse en el dueño de Guepardos si lo desea, solo deje que esas personas sigan viviendo aquí, no los eche, es mi único deseo. No lo culpo y tampoco me arrepiento de haberlo amado, pero si existe una vida después de esta y se me permite volver, espero no volverlo a ver ni cruzarme con usted.
Estas ultimas palabras le dolieron a Shenta, pero no pudo replicarlas, el cuerpo de Li termino de desaparecer, solo dejando diminutas partículas de polvo turquesa que el viento se llevo enseguida.
Ahora si todos los habitantes de Guepardos sucumbieron ante el llanto, y como si la madre naturaleza supiera de su perdida, la lluvia comenzó a caer con fuerza.
La Reina Amada de Guepardos había muerto.
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El Diario de una Reina Amada
FantasyÉl fue un buen rey, pero no fue un buen esposo para ella. Ella le amo, a pesar de solo recibir desprecio. Él sintió afecto por ella, pero nunca amor. Ella se fue sin arrepentimientos. Él tuvo que quedarse con los sentimientos de culpa. Él sabe que...