El clima representaba a la perfección como estaban los sentimientos de Guepardos, la muerte de los tres jóvenes vistió de luto el reino, y ensombreció la reputación de Li, a quien empezaron a culpar de sus muertes. Y ella misma se culpaba cada segundo, se reprochaba el no haber hecho más, todos tenían razón al acusarla, ella los había asesinado.
—Te traje algo de comida —Yuna hizo su aparición en la habitación que se había convertido en la fortaleza de Li
—No tengo hambre
—Eso mismo dijiste esta mañana, ayer, y anteayer. Eres humana, y todo humano debe de comer, incluso los animales, y los insectos más asquerosos deben probar bocado, ya es hora de que comas algo
—Pero no tengo hambre
—Li, ya ha pasado una semana, todos llevamos el duelo diferente y nos enfrentamos a la muerte de formas diversas, pero ciertamente no vas a ganar nada encerrada aquí, quiero darte tu espacio pero necesito que coperes conmigo. Está bien si quieres pasártela encerrada aquí, pero come algo ¿Sí?
—No te fuerces tanto Yunie, no importa si intento comer, la comida no pasara mi garganta. Como puedo sentarme aquí, respirar, comer, vivir, cuando ellos ya no lo harán más y por mi culpa.
—¿Sabías que ellos cruzarían la frontera? ¿Sabías que los guardias de Wanna los atraparían? ¿sabías que las hienas atacarían? ¿sabías que ellos morirían? Déjame responder por ti, no, no lo sabias, y no había forma de que lo supieras. Entonces dime ¿de que tienes la culpa? Se perfectamente que diste todo allí, hiciste todo lo que estuvo en tus manos. Eres un ser humano Li, y los humanos no somos perfectos, no siempre ganaras todas las batallas, así que no te martirices por las vidas perdidas, alégrate por las vidas salvadas. Cuando esas familias dejen su dolor, se darán cuenta de lo que hiciste, y lo último que harán será culparte.
—¿Cómo lo hago? ¿Cómo sigo adelante cuando me siento tan culpable y miserable?
—Aunque quisiera decirte, no tengo la respuesta, dudo que alguien la tenga, pero puedo decirte que comiendo algo es un primer paso. Concentrarte en lo bueno que has hecho también puede ayudar. Es lamentable que ellos perdieran la vida, sus recuerdos vivirán con nosotros, pero si lo piensas no importa lo que hicieras, serian atacados, diste lo mejor de ti, te esforzaste cada segundo, luchaste por ellos y si ellos estuvieran aquí, te agradecerían cada segundo que estuviste ahí, trajiste sus cuerpos a casa, y salvaste la vida de sus amigos, ¿no es eso suficiente para salir adelante y dejar de ser miserable. Por ellos, por sus memorias, para honrar sus muertes, e incluso vengarlas.
Todo lo dicho por Yuna estaba calando en Li, es cierto que se esforzó y lucho con todo lo que tenía, Dios sabe que sí, ella quería protegerlos, llevarlos a salvo, pero no pudo, no a todos, pero lo intento, y no siempre lograras salvar a todos.
'Solo eres una humana, no puedes salvarlos a todos, solo puedes esforzarte por salvar a la mayoría, pero casi siempre habrá perdidas, es parte de la vida. No te aflijas por los que no pudiste salvar, porque si bien algunos murieron otros siguen con vida'.
Las palabras de Shenta resonaron en su mente, tres murieron, pero cuatro se salvaron.
Y entonces las últimas palabras de Yuna fueron escuchadas, 'vengaras' vengar la vida de esos tres que murieron. Hundirse en el odio no era la solución.
El odio, el deseo de venganza, eran cuchillas de doble filo, no podían convertirse en su motor a seguir, pero nadie podía culparla por querer vengarse. Y eso es lo que haría.
Con un propósito más claro se dispuso a comer, fue difícil que la comida pasara su garganta, podía saborear sus lágrimas y mocos en cada bocado. Salir afuera y dar la cara también fue difícil, seguía recibiendo malas miradas, seguía siendo señalada, pero descubrió que también era defendida, que también recibía sonrisas y palabras de ánimo. Los días iban pasando, y la venda del dolor iba cayendo, eso no evitaba que hubiera quienes seguían atizando el fuego desde las sombras.
Li se dio a la tarea de encontrar a los culpables, palabras que aliviaron solo un poco los corazones de las dolidas familias. Ella prometió vengar sus muertes, y debía empezar por descubrir quien o quienes eran los enemigos.
Estaba segura de haber escuchado algo antes del ataque de las hienas y después de este, en la biblioteca pública no encontró mucha información, pero si una importante: existían artefactos que podían utilizarse para llamar a algunos animales, y con algunos animales se refería a perros y gatos.
Llenándose de valor se dispuso a ir al palacio. El Palacio de Marfil se encontraba libre de ornamentos lujosos, en total silencio; todo Guepardos estaba de luto, y los reyes mostraban su simpatía con el pueblo cubriendo el palacio de luto también.
Como estaba aquí con un propósito se dispuso a ser cuidadosa, evitando a cualquiera que pudiera dar aviso a los reyes y a la princesa, y a estos mismos, pues sabía que de encontrarse con ellos no terminarían en buenos términos.
Así llego a la biblioteca, casi nadie la utilizaba, y ella misma no era amante de la lectura, pero había pasado largas horas aquí estudiando.
Las horas pasaron rápido, y en un abrir y cerrar de ojos ya era de noche, no había avanzado mucho, y su cuerpo comenzaba a hacerle saber lo cansado que estaba. Cerro el libro que leía y agudizo sus oídos, dejo el libro en su lugar y se giró con rapidez, justo a tiempo para parar las chuchillas heladas.
Como si de una verdadera serpiente se tratara, su látigo se arrastró silencioso por el suelo hasta el atacante, rodeando el cuerpo de este y haciéndolo salir de su escondite.
—¿Quién eres y quien te ha enviado?
—So-solo soy una de las hechiceras del reino, por favor no me mates
—¿Por qué te mataría? Solo tienes que disculparte por atacarme
La hechicera se atrevió a levantar su mirada solo para bajarla enseguida, irguiendo su cuerpo para una reverencia —Primera Princesa, perdone mi afrenta, desconocía que era usted
—¿Sabes quién soy? Es bueno ver que aún se me reconoce aquí. Ya levántate, tus disculpas s... —Li callo, observo unos segundos a la chica frente a ella, que suponía tenía una edad similar a la suya, pero era una hechicera, una del palacio por lo que debía tener algunos conocimientos que le serian de ayuda —tengo una condición para perdonarte, debes ayudarme con algo que estoy investigando.
La hechicera, de nombre Fei, miro a Li, la duda reflejada en sus ojos, pero quien estaba frente a ella era una princesa, y le repetían constantemente que le debía respeto a la familia real, y por ende debía de obedecerlos, ella vivía para servirles.
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El Diario de una Reina Amada
FantasyÉl fue un buen rey, pero no fue un buen esposo para ella. Ella le amo, a pesar de solo recibir desprecio. Él sintió afecto por ella, pero nunca amor. Ella se fue sin arrepentimientos. Él tuvo que quedarse con los sentimientos de culpa. Él sabe que...