Cap. 49

18 2 4
                                    

Li llego a Guepardos ya entrada la noche, encontrándose con una Yuna en labor de parto, pasada la medianoche le dieron la bienvenida al niño al que nombraron Mo Xing.

Pero mientras Yuna daba a luz, unas figuras humanoides de humo atacaron, Cheng dejo el lado de su amada, y Li sorprendió a todos al invocar su látigo, quizás nunca llegaría al nivel que tenia antes, pero ya contaba con un poco de energía espiritual y un núcleo en su primera etapa.

Nadie supo de donde vinieron estas figuras, pero no bajaron la guardia.

Se concentraron en volver a la normalidad, o eso intentaban. Tal como hicieron los fundadores de Guepardos, se hicieron de herramientas naturales y comenzaron a trabajar la tierra, pero al anochecer era común que estas figuras volvieran a atacar, destruyendo sus avanzas. Empeorando su situación sus aguas fueron contaminadas, con tantas cosas negativas humo caos. Li se esforzó por mantener a todos en calma, y buscar alternativas.

Con la llegada del invierno su situación se volvió mas precaria, y los enfermos empeoraron. Fei había tomado la posición de curandera, pero sus medicinas no tenían efecto. Como si su situación ya no fuera mala, las tormentas de nieve golpearon con fuerza, y a las figuras de humo se sumaban algunos animales infectados de energía resentida.

Después de leer uno de los pocos pergaminos que sobrevivieron, con ayuda de los más saludables, estableció un nuevo perímetro para Guepardos, estarían reducidos de espacio pero por ahora era lo único que podía hacer, y mientras el sol caía, Li erigió una nueva barrera, una con la que casi agoto su energía espiritual, pero que los mantendría a salvo y reduciría los daños que la madre naturaleza pudiera causar.

Cuando termino Li estaba realmente cansada, pero uso sus últimas energías para purificar el aire dentro del domo, y el agua. Agotada, cayo desmayado. Esa noche no hubo ataques, aunque fuera del domo se pudieron observar a sus nuevos enemigos.

Li despertaría dos días después, todavía sentía un poco de fatiga pero tenia mejor semblante. Todos estaban felices de verla bien y agradecidos por lo que hizo, en la noche de ese mismo día, fue sorprendida con una celebración algo improvisada, una corona le fue entregada y fue proclamada por su pueblo como su nueva reina, y aunque quiso renunciar, no la dejaron, ese era su destino, siempre lo fue, ser la reina de Guepardos.

La princesa desamada por sus padres se convirtió en la reina amada por su pueblo. 

El Diario de una Reina AmadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora