0 4 2

1.2K 137 11
                                    

Las seis de la mañana, México intentaba que los estados se pongan la ropa que les había dado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las seis de la mañana, México intentaba que los estados se pongan la ropa que les había dado. Tenían que asistir a una conferencia a las nueve de la mañana y debían de ir formales. Solo era un traje formal pero que los estados odiaban usar, no les gustaba para nada la sensación de tanta ropa que a algunos les incomodaba o sentían que les ahorcaba.

Algunos de ellos no hacían berrinche y se lo ponían sin ayuda alguna, no les molestaba.

— ¡No, no ese suéter! — Sinaloa pidió cuando México saco el suéter de cuello alto, no le gustaba ese para nada. — ese siento que me ahogo.

— ¿Cómo, mi amor? Solo lo vas a usar unas horas, mi vida, nada más. Vente, te prometo que no será largo. Además, hace frío y no quiero que te enfermes, tienes que usarlo para ocultar la marca de tu cuello.

Sinaloa tenía una gran cicatriz a lo largo de su cuello debido a un "accidente" con uno de sus hermanos. Le habían pedido a México que siempre que Sinaloa salga en público use un atuendo que le cubra la herida, así que los suéteres de cuello alto eran lo único.

Las vendas sofocaban a Sinaloa y eran aún más incómodas.

— ¿Cuánto tiempo?

— Solo tres horas, mi vida.

— ¡¿Tres?! ¡Usted dijo que era una ayer! — se quejó.

— Sinaloa, por favor. — México pidió, ya estaba estresado y ni siquiera habían salido de casa. — Corazon, te prometo que las horas pasarán rápido. Solo necesito que te pongas esto, me dijeron que debes de tapar tu cicatriz siempre.

— ¿Por qué?

— Son órdenes que me dieron para mantener una imagen limpia. Aunque no me guste para nada, pero es una orden después de todo. No eres el único, tus otros hermanos también tenían que usarla.

— Pero Tamaulipas no tiene un ojo, ¿Cómo a él si lo dejan? — preguntó.

— Tamaulipas usa un parche, corazón.

Al final, Sinaloa fue vestido con lo que México le pedía. Sentado junto con Sonora en la conferencia, moviéndose incómodo en su silla. Le daba cosquilleos en su cicatriz por lo que cada cierto tiempo se rascaba.

— Pareces perro con pulgas, wey. — Sonora se burló. El sinaloense le dió un golpe suave en la cabeza para que dejara de reírse.

Abriendo sus ojos en sorpresa ambos a los segundos, puesto que no podían hacer tales cosas en esos eventos donde habían muchísima gente, además de que lo transmitían.

Si, le había dado un zape a su hermano en vivo.

𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 ! estados de México.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora