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Los estados solían interrumpir las pláticas que mantenía México con otros países, que en varias ocasiones eran importantes

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Los estados solían interrumpir las pláticas que mantenía México con otros países, que en varias ocasiones eran importantes. México ya era un padre experto en entender lo que sea que sus hijos querían comunicarle incluso con solo una mirada, y era de dos: uno de sus hermanos les había pegado o tenían hambre.

También les gustaba estar ahí solo para "molestar" a su padre al sujetarse de él o tratar de moverlo de su lugar para captar su atención. México no hacia caso, solo seguía con la conversación con el otro país como si nada. Estaba acostumbrado a tenerlos sobre él, siguiéndolo a todos lados como guardaespaldas que pedían de vez en cuando un empaque de galletas o un juguito para entretenerse.

—México... Tus estados me están viendo mucho. —Venezuela dijo con algo de incomodidad.

—Ah, si. Lo hacen para incomodarte, les parece divertido quedarse viendo a la gente para ver cómo reaccionan. —explicó, volteando para que dejen de jugar de esa forma. Los estados rieron, sonriendole a Venezuela para después irse.

Después de unos minutos, uno volvió.
—Jalisco me pegó —Nuevo León se quejó en voz baja con su padre quien seguía hablando con otros países. —, me duele...

—¿Dónde te pegó, corazón? —preguntó.

—En la cabeza, sonó feo.

México suspiró, dejando que Nuevo León se siente a su lado y pronto a eso ya lo tenía entre sus brazos cargandolo como si fuera un bebito. La plática que seguía con los demás países era sobre la situación actual de sus territorios, el como les está afectando el cambio brusco y la violencia que seguía creciendo con el tiempo.

¿Nuevo León? Durmiendo en brazos de su padre como si nada, como si no midiera dos metros.

Era increíble ver como cambiaban su actitud cuando estaba su padre cerca y cuando no estaba con ellos. Cuando no, actuaban cómo adultos maduros, que no necesitaban de nadie para sobrevivir en su día a día y fingiendo que no habían tomado chocomilk en un vaso de Cars antes de salir de casa.

Claramente México no había llamado a uno de sus hijos que estaba en medio de una cita romántica para decirle que no se había terminado su lechita.

« EDOMEX, ¿Por qué dejaste tu chocomilk a medio tomar, mi amor? Te va a dar hambrita, mi corazón. Te la dejaré guardada para que tomes en la noche. "

Y estaba en altavoz la llamada.

—¿Tu estado no mide como dos metros, México? —preguntó Colombia extrañado.

—¿Ah? Si, de hecho si —sonrió —, Nuevo León es como un pequeño niño todavía. Todos mis estados tienen esa mentalidad todavía a pesar de ser adultos; el trauma que les ocasioné de pequeños no dejó que se formaran correctamente. —explicó con un leve tono de tristeza.

A varios estados les había afectado el trato violento y agresivo de su padre en el pasado. Eran niños en ese momento, no podían defenderse como ahora, terminando por afectar a su desarrollo como adultos que eran ahora. Era un tema que se trataba con varios especialistas.

—¿Pueden cuidarse solos?

—Si, claro. Aunque se vea que no pueden vivir sin su padre, pueden cuidarse solos e incluso se les dió la oportunidad de tener una residencia para cada uno, pero no quisieron. —México explicó mientras acurrucaba a su hijo en sus brazos.

La conversación prosiguió con su tema inicial.

Otra interrupción después de una hora.
—Papá, Tamaulipas no quiere meterse a bañar.

𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 ! estados de México.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora