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— No, mis amores, no me iré de la casa

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— No, mis amores, no me iré de la casa. Argentina se vendrá a vivir con nosotros por un tiempo por el embarazo, es necesario que esté con él y no voy a dejarlos a ustedes solitos. — México aviso al día siguiente cuando los juntó a todos para explicarles lo que iba a pasar. — las provincias de Argentina se pueden quedar solos porque son mucho mayores que ustedes y han vivido solos desde hace tiempo, pueden cuidarse.

Argentina estaba detrás de México, casi escondiéndose para no ver los rostros de decepción de los estados. Ya había logrado que lo quieran, y parecía que ahora lo odiaban otra vez por estar teniendo a un bebé de su padre dentro de su pancita.

— Pero usted tiene que cuidar del bebé, es su hijo, ¿Argentina vivirá con nosotros después? — preguntó uno de los estados con curiosidad, puesto que era cierto. México tenía que estar con su hijo, no podían estar separados.

— Eso lo veremos después. Ahora solo quiero que Argentina este cómodo en la casa con ustedes. Ya estaban aprendiendo a llevarse bien con él, no quisiera que su embarazo cambie las cosas. — explicó, colocando su mano sobre la pancita de Argentina quien sonrió pequeño, manteniendo la mano ahí mismo.

Las provincias de Argentina estaban bien viviendo solos, de hecho siempre lo habían hecho. Argentina vivía en una residencia aparte de ellos, solo iba a verlos una vez a la semana, pero parecía que México no usaba su residencia que era especial solo para él, vivía con sus estados y usaba su propia residencia en casos especiales, más en específico cuando quería tiempo a solas con su esposo.

—¿Su hijo vivirá con nosotros? — preguntó uno de ellos.

— Si, es su hermanito después de todo.

México quería que los estados se sientan a gusto con la presencia de Argentina en casa, que no lo vean como un intruso ni mucho menos una molestia. Algunos estados no les había molestado para nada la noticia, o al menos se les pasó el enojo después de unas horas y entender que su padre tenia el derecho de decidir si quería un hijo con su esposo.

—Argentina quiere hablar con ustedes. — México aviso, agarrando al menor para colocarlo frente a él y que así viera a sus estados. Argentina se puso nervioso, mirando hacia abajo y después hacia al frente, no logrando acomodarse en su lugar.

Argentina suspiró profundo, buscando la mano de México por detrás por los nervios que sentía todavía.

—No busco quitarles nada, mucho menos alejarlos de su padre. — habló al principio.— la decisión de tener un bebé fue de él, yo lo estuve pensando por unos meses hasta que accedí. No pensé que les afectaría mucho la noticia. Solo quiero que sepan que no seré una carga para ustedes, ni mucho menos el bebé.

Los estados querían entender a Argentina, pero una parte de ellos no. Sentían que iban a ser desechados por su padre apenas el bebé naciera y les daba miedo que México los deje atrás para cuidar de su hijo. Ellos también eran sus hijos, no entendían porque quería otro.

—Cuidaremos de usted cuando papá no pueda hacerlo, no se preocupe.— Nuevo León habló con una sonrisa, tratando de hacer las cosas más suaves en el entorno. Todo se sentía pesado y no era bueno para Argentina sentirse estresado.— se que usted no quiere alejarnos de nuestro papá, es solo que... No creíamos que papá quisiera un hijo además de nosotros.

—Pareciera que solo quiere tener un bebé para hacer todo lo que no hizo con nosotros cuando éramos pequeños. — Tamaulipas habló, mirando a su padre.— eso no va a quitar todo lo que nos hizo, y en algún momento ese niño lo va a saber.

México miró hacia abajo un momento, no sabiendo que decir con ese comentario. En cierta parte quería un hijo por eso mismo, quería volver a iniciar a ser un padre cariñoso y cuidadoso, un buen padre para su pequeño como no lo fue en el pasado.

—Yucatán, ¿Tienes algo que decir, mi amor? — México preguntó.

— No.

Pareciera que iba a tomar más tiempo de lo esperado para que puedan asimilar la situación. No había vuelta atrás, Argentina iba a cumplir un mes en unos días y tenía que quedarse a vivir con México.

Eso significaba que tenía que convivir más con los estados.

𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 ! estados de México.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora