𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 ! estados de México.

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— Llevaré a Quintana Roo a una revisión, así que quiero que recojan y orden la casa, por favor. También sus cuartitos, ¿Está bien? Cuando regrese veré quién lo hizo. — México aviso, arreglando el cabello de su estado más pequeño. Los otros estados solo aceptaron. México confiaba en que lo iban a hacer y no iban a recordar hacerlo cuando apenas este llegando.

México iba a llevarse a Quintana Roo - su estado más joven - a una revisión médica, quería saber algunas cosas sobre su pequeño y el porqué no estaba creciendo como los otros estados. Le preocupaba un poco que este enfermo. Quintana Roo por su parte no se sentía mal, no se sentía enfermo, estaba bien, pero no podía negarse ir a un chequeo médico.

—Vamos, corazón. No tardaremos mucho. —México le dijo con una sonrisa, saliendo de la casa.

Llegando a la revisión a tiempo, dejaron pasar a México con su estado quien se puso nervioso de estar ahí. Era la primera vez en un largo tiempo que estaba ahí, así que se había olvidado lo terrorífico que llegaba a ser.

— ¿Cuál es la preocupación que tiene, México? — le preguntaron al país quien solo miró a su pequeño. OMS era el encargado de ver por la salud de todos, así que obvio iba a ver el caso de Quintana Roo.

— Tengo una pequeña preocupación por mi estado. Es muy joven todavía, pero me preocupa que no esté creciendo como sus hermanitos. Es muy pequeño para su edad. — explicó. — tengo miedo de que este enfermo o algo.

— ¿Cuál es su edad?

— Cumplió 48 el mes pasado.

— Mmh. Entiendo su preocupación, pero parece que su estado solamente está creciendo lento. Es normal, no todos crecen al mismo tiempo. — explicó. — ¿Tiene otro estado igual de joven que él?

— Es más grande que Quintana Roo. Baja California tiene 70 años y estaba igual de alto que sus hermanitos cuando tenía 48. — respondió, acariciandole el cabello a Quintana Roo, quien miraba hacia abajo a sus manos.

Pasando a la revisión, Quintana Roo se levantó para que puedan hacerlo. Fueron algunas pruebas pequeñas y nada fuera de lo normal.

— Quintana Roo mide 1.68. Es una estatura Intermedia para alguien de su edad, puede que crezca hasta el 1.75 al cumplir 50. — se explicó, dejando que Quintana Roo se baje de aquella báscula. — no hay nada de que preocuparse. Quintana Roo solo se está desarrollando más lento que los otros estados, pero no hay nada de malo en eso.

Quintana Roo lograba entender un poco la preocupación de su padre, sin embargo; le dolía un poco pensar en que tal vez no iba a lograr ser lo que él quería. Era muy joven y ya tenía graves problemas de violencia con agresividad en ocasiones. No era lo que quería, pero no podía detenerlo.

No solo eso, pero Quintana Roo constantemente se encontraba comparándose con sus hermanos. Sus cuerpos eran grandes, ejercitados y fuertes... Quintana Roo no tenía nada de eso, incluso tenía una pancita y no tenía mucha fuerza como ellos. Al principio no le importaba, con el tiempo fue dándose cuenta de que no importaba lo que hiciera, su cuerpo no cambiaba.

No crecía tampoco.

Se comparaba con Yucatán quien no es como sus otros hermanos tampoco. Era delgado sin mucha musculatura, de hecho no tenía nada, solo era alto y delgado.

Luego veía a Campeche, algo muy diferente a Yucatán y a él, más parecido a sus otros hermanos en cuestión de cuerpo, pero con una carita llena de inocencia.

Después de la revisión médica, México le compró algo a Quintana Roo justo como le prometió.

— Vamos a casa, corazón. — le dijo con una sonrisa, dandole un beso en la frente. — comete tus galletitas, mi amor, no has comido nada desde la mañana y me preocupa eso.

— No tengo hambre...

— Si tienes, mi vida. Comete por lo menos tres.

Quintana Roo miró a su papá.
— Papá... ¿Usted no se siente decepcionado de mí? — preguntó sin más.

México lo miró. — ¿Por qué preguntas eso, Quintana Roo? Claro que no, mi amor, ¿Por qué me sentiría así hacia ti?

— Porque no soy como mis hermanos... Estoy chiquito todavía y ya tengo una de las ciudades más violentas del país. — habló nervioso, jugando con el empaque de galletas.

— Corazón, que seas diferente a tus hermanos no significa que este decepcionado de tí. Estás creciendo poco a poco, e incluso si no te ves como ellos al final, nada va a cambiar el gran cariño que te tengo. — explicó calmado y en voz suave.

— ¿Y si me quedo así para siempre?

— Mientras que estés saludable y a salvo es suficiente para mí, corazón, ¿Si? — le agarró de las mejillas, dandole otro besito en la frente. — ahora vamos.

Quintana Roo asintió con una sonrisa, regresando a casa con México.