0 9 4

606 68 5
                                    

*Las letras en cursiva serán cuando ellos estén hablando en Náhuatl, pero por razones de que no encontré un traductor apropiado, pues imagínenselo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

*Las letras en cursiva serán cuando ellos estén hablando en Náhuatl, pero por razones de que no encontré un traductor apropiado, pues imagínenselo.  (⁠☞⁠ ⁠ಠ⁠_⁠ಠ⁠)⁠☞

Con la llegada del abuelo, las cosas no habían cambiado mucho, los estados seguían siendo igual de revoltosos en toda la casa, excepto a cierta hora dónde el abuelo dormía y tenían que callarse para no ser castigados. Les sorprendía a veces saber que su abuelo estaba vivo y con ellos en la misma casa, juraban que todo eso era un sueño, no podían creerlo. A veces le preguntaban por historias, y él se las contaba con todo cariño mientras le acaricaba el cabello a uno de ellos.

Les contaba historias de su padre cuando era niño, haciendo énfasis en que era un joven rebelde y fuerte, que siempre buscaba las maneras de escaparse de él en ocasiones. La verdad es que no querían decirle a su abuelo lo malo que fue México con ellos, a pesar de que había preguntado por las cicatrices en sus cuerpos de vez en cuando, ellos solo le respondían que fue por accidente.

Por alguna razón, Imperio Azteca no podía ver con malos ojos a su hijo, así como México con los estados. Era de familia al parecer. En sus ojos y mente, México era el mejor hijo, un padre excelente y por lo que supo, un esposo maravilloso para Argentina—al cual todavía no ha conocido—, pero tener que escuchar que su preciado hijo le hizo daño a los estados, sería la peor decepción del mundo.

—¿Ve? Ahí estamos todos en las playas de Veracruz —CDMX habló con su abuelo al enseñarle las fotos en su teléfono de los viajes que hacían.

Su hermanito se está ahogando atrás. —apuntó al pequeño Quintana Roo atrás en la foto casi muriendo al haberse volteado su flotador. Quintana Roo en la foto era apenas un niño.

—Esto no se trata de él, abuelo. Mire, aquí estamos en una de las haciendas abandonadas de Yucatán, el hijo de su puta madre nos dijo que ahí espantaban. —explicó, mientras mostraba la foto de todos ellos sentados en un círculo hablando y pasando un buen rato entre hermanos.

Se quedó callado, después se dió cuenta que acababa de decir una grosería frente a su abuelo.

¿Así le hablas a tu papá?

—¿Ah? N-No, no. Claro que no, acá puro respeto

—Cuida tu forma de hablar, por favor. Soy mayor que tú, no me puedes hablar de esa manera como lo haces con tus hermanos.

Tenían suerte que el abuelo no tenía tanta fuerza como para castigarlos, ahí si que agradecían que no podía. Aún así, había que tener cuidado a la hora de hablar con su abuelo.

𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 ! estados de México.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora