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México había llevado a dos de sus estados a su trabajo para vigilar su comportamiento con las nuevas medicinas que se les había dado en la mañana además de ver cómo iban con la terapia, esos dos estados eran Michoacán y Jalisco, dos estados los cu...

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México había llevado a dos de sus estados a su trabajo para vigilar su comportamiento con las nuevas medicinas que se les había dado en la mañana además de ver cómo iban con la terapia, esos dos estados eran Michoacán y Jalisco, dos estados los cuales siempre andaban agarrándose a golpes por cada cosa mínima que haga el otro que haga enfadar al contrario. Estaban tomando terapia para lograr tener una buena relación como hermanos.

Los tenía sentaditos en el suelo, con una mesita entre ellos, dándoles actividades para hacer. Le dijeron que les de actividades de niños de preescolar, como colorear o hacer ejercicios simples con palabras, dibujar, juegos de mesa.
Ahí los tenía a ambos.

México estaba ocupado en su trabajo hasta que escuchó a uno de ellos llamándolo.

—¡Papá, Jalisco no me quiere prestar el rompecabezas!—Michoacán acusó.

—¡Porque no me sale, wey, no seas pendejo!

—Jalisco, mi amor, comparte con tu hermano. Pueden juntarse y hacerlo juntos.

—Ni de pedo, ese wey es lento para los rompecabezas.—Jalisco dijo, volviendo a lo que estaba haciendo.

—No importa, puede ayudarte.—Dijo, viendo cómo Jalisco después se acercaba para que Michoacán lo ayude. Sonriendo leve por lo tierno que era ver a sus dos hijos que más se peleaban estar haciendo un rompecabezas juntitos.

Así fueron jugando ambos hasta que llegó la hora de la comida. Hasta eso tenían que compartir, era parte del trabajo de la terapia.
México les dió un platito con algunos panecitos para que compartan.

—La mitad para cada uno, recuerden.

—Si quiere matarnos de hambre solo dígalo.—Michoacán habló, viendo el pan dulce que era muy pequeño. O era muy pequeño o ellos eran los que estaban grandes.

—Michoacán, no empieces. Corta la mitad para Jalisco, por favor.

Así como le dijo, así lo hizo. Dándole la otra mitad a Jalisco, pero este notó algo extraño.

—¿Pero porqué mi pedazo es más pequeño? Eso no es justo, wey.

—Es que tú estás chiquito, wey. Yo estoy grande, necesito más.—Habló al terminar su pedazo de pan y agarrando otro. Solo de esa forma se formaban peleas entre ellos, por cosas estúpidas o sin sentido. Al terminar la comida, México los dejó salir a cualquiera lado que quisieran pero sin hacer escándalo porque habían otros países trabajando.

Cuando México fue a buscarlos, ambos estados andaban alrededor de China (ex-novio de México) el asiático solo les sonreía y de vez en cuando les daba palmaditas en la cabecita por lo lindo que eran los dos estados. China fue el mejor "padrastro" que tuvieron los estados por un tiempo, la comida que preparaba siempre era la mejor, además de que se mantenían en calma y silencio cuando se quedaba en casa.

Le tenían más aprecio a un ex novio de su papá que a su esposo actual, o sea Argentina.

𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 ! estados de México.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora