0 5 0

1.2K 127 21
                                    

— ¿Qué pasa, corazón? — México preguntó al ver cómo uno de sus estados entró a su habitación de repente en lo que él ordenaba por ahí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


— ¿Qué pasa, corazón? — México preguntó al ver cómo uno de sus estados entró a su habitación de repente en lo que él ordenaba por ahí.
Era normal que algunos de ellos entren a la habitación de México para estar con él o cuando se iba a una junta temprano por la mañana algunos se pasaban a su cama.

Según los estados, la cama de su padre era más cómoda, así que se dormían ahí hasta que regresara. Otras veces solo llegaban de repente para subirse a su cama y acostarse a su lado. México nunca les negaba aquello, pero si los sacaba de su habitación si llegaban a pelearse. Eran como gatitos peleando por territorio.

— Eeh, tengo... Una pregunta para usted. — Quintana Roo dijo, acercándose a la cama de México con algo de nervios. Se sentó en la misma, jugando con sus manos y pequeños dedos.

— Dime, mi amor. — le prestó atención, sentandose a un lado de él para escuchar la pregunta. Veía a Quintana Roo muy nervioso, por lo que no evitó preocuparse. — ¿Por qué traes esa carita, mi cielo?

— E-es que... T-tengo una duda. — habló. — yo... Yo creo que me gusta alguien. — sacó de su pecho por fin, suspirando aliviado al poder decirlo. Quería que su padre supiera sobre eso, ya que tenía muchas preguntas sobre ese tipo de relaciones, él nunca había tenido una en su vida.

Incluso Tlaxcala tenía un novio, ¿Por qué él no?

— ¿Y cuál es tu pregunta, mi vida? ¿Tienes algún problema tratando de decirle lo que sientes o no te has acercado a él? — preguntó suavemente para no ponerlo más nervioso. — todo estará bien, Quintana Roo, no estoy molesto ni mucho menos te voy a regañar por tener un enamoramiento hacia alguien, es normal.

— Lo sé, pero... Tengo miedo. — confesó, mirando a su padre..— tengo miedo de no ser suficiente para esa persona. S-siempre veo a mis hermanos hablando de sus novios y me da algo de celos ver como ellos si logran enamorarlos... Pero yo no puedo. — se quejó ahora molesto.

Le molestaba no ser igual a sus hermanos a veces, quienes podían enamorar a cualquiera, tener novio y lucir increíbles en cada momento.

Quintana Roo más que nada la tenía celos a Querétaro; su hermano queretano fue nombrado el estado más hermoso de los treinta y dos, siendo llenado de elogios, palabras hermosas todos los días por lo increíblemente hermoso que era. Tenía bastantes pretendientes detrás de él a pesar de tener un novio ya.

Él también quería ser lindo.

— Mi amor, ya hablamos de eso, no deberías de compararte con tus hermanos, ellos son mayores que tú y es comprensible que se vean así, tu sigues siendo pequeño de edad. — explicó, acariciandole el cabello. — en años de un humano normal se podría decir que estás pasando por una especie de pubertad.

— ¿Usted cree que pueda ser igual de lindo que Querétaro en el futuro?

— Quintana Roo, serás lindo a tu propia forma, ¿Está bien? No debes de hacer ese tipo de comparaciones. Eres único entre todos tus hermanos, mi amor, eso te hace especial. — se acercó a él, dandole un suave abrazo. — ahora dime, ¿Quién es el que te gusta?

— ... Hawái.

— ¿Ah? — México se separó de él para verlo al rostro.

— ¿Ve? Es estúpido, ¿Por qué él se fijaría en mí? — se molestó, cruzando sus brazos. — He hablado con él unas cuantas veces, pero me da miedo acercarme más.

— Entiendo. Hawai es... Interesante. — confesó, no logrando pensar en que más decir acerca de eso puesto que se le era difícil hacerse una imagen de Hawai con Quintana Roo, Hawai era algo rebelde y al mismo tiempo tranquilo.

— ¿Cómo le hizo usted para enamorar a Argentina? — preguntó.

— bueno... Solo hablé con él. Eso funciona, mi amor.

Quintana Roo miró a su padre algo molesto, pues claro que solo le iba funcionar hablar por unos minutos con alguien para que caiga enamorado, era parte del encanto de México después de todo.

Tal vez debía de pedirle consejos a Yucatán.

𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 ! estados de México.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora