Capitulo 27

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Diego tiró de Blanca en el momento que una bala pasaba junto a su cara, mientras Camila rodaba por el suelo, intentando evitar el recorrido de balas que la perseguían. Felipe, en cambio, disparaba desde una buena posición: detrás de una de las estanterías.

Personas de ambos bandos caían al suelo, seguramente muertos o apunto de dar su último suspiro.

Pero eran más que le grupo del padre de Felipe, así que enseguida reducieron el grupo, quedando nuevamente el cabecilla de este.

Camila, con la pistola preparada para disparar, se acercó a su tío, intentando no pensar en quién era realmente.

-Arriba, te vienes con nosotros -le informó, aunque él sabía perfectamente que es lo que iba a suceder-.

-¿Pensáis torturarme? -se burló-. ¿Acaso creéis que sé algo más?

Todos decidieron ignorarle por diversas razones: algunos de sus compañeros habían muerto, el causante de todo ese desastre era alguien cercano, alguien que anteriormente se preocupó por el bienestar de ese grupo. Camila buscó la mirada de Felipe, la cual estaba fría y distante.

Diego había recibido un disparo en la pierna, que no peligraría su vida, aunque se tendrá que llevar unos meses para recuperarse; Felipe tenía una brecha en la frente y no recuerda con qué se lo hizo, pero aún así, el dolor se estaba apoderando de él; Camila había caído al suelo para evitar los disparos y se había lastimado la muñeca y rezaba para que no tuviera nada roto.

Blanca se encargó de esposar a aquel hombre que ella nunca conoció.

Diego miró a sus compañeros caídos, parándose en cada rostro conocido, cada cara que vio muchas veces sonreír. Todos los que estaban allí habían dado su vida por la A.N.E.

-Diego -lo llamó Camila-, ¿puedes andar?

Él se miró nuevamente su pierna y dio un paso. El dolor era agudo y se apoderaba de todo su ser. Aún así, no era el que estaba peor, así que le dijo a Camila que ayudara al resto.

Benjamín volvió a golpear la mesa con el filo de la foto repetidas veces. Intentaba buscar la lógica.

¿Por qué Camila había estado el día de la muerte de su padre en ese preciso lugar?

¿Había ella ayudado a matarlo? Enseguida se le vino a la cabeza la boda.

¿Se podía casar con ella, aunque la amara, sabiendo que había sido cómplice de la muerte de su padre?

¿Él, que quería vengar la muerte de su progenitor, podría traicionar de esa forma sus ideales?

¿De verdad Camila podría a ver hecho algo por el estilo?

Las imágenes de Camila lo bombardearon: su sonrisa, su rostro al despertar, sus palabras de amor, su mirada soñadora cuando miraba a Carlitos, sus caricias a Laika, su actitud un poco infantil que tenía a veces, sus abrazos cuando él lo necesitaba y millones de cosas más. ¿De verdad pensaba que Camila podría matar a alguien? No, él sabía que ella no sería capaz. Ella no pertenecía a ese mundo lleno de maldad.

Dobló la foto y se la metió en el bolsillo del pantalón. El resto de la carpeta la tiró.

Cuando llegaron al cuartel, rápidamente metieron a Luis Colombo en la sala de interrogatorio. Todos se ofrecieron a interrogarlo, para que ni Felipe ni Camila lo hicieran, pero Felipe se negó en todo momento, arruinando todas las esperanzas de Camila de no tener que enfrentarse otra vez a su tío.

-No hace falta que tú entres -le dijo su primo-.

-No te voy a dejar solo.

-Puede entrar cualquier otra persona.

• El plan imperfecto || Benjamila •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora