El tiempo pasó de forma alarmante. Quedaban solo dos días para iniciar todo el plan de ataque y los nervios y el entusiasmo se podía hasta respirar en el cuartel. Todos entrenaban duro para el gran día y escuchaban cualquier consejo que pudiera ayudarlos.
Camila estaba en su despacho con Rodrigo discutiendo, como de costumbre.
-Te he dicho que no -volvió a repetirle ella por enésima vez-. He hablado con Felipe y creemos que es lo mejor.
-Cami, por favor, yo quiero ir contigo. ¡Es lo que acordamos!
-Rodrigo, déjalo ya. Felipe y yo somos tus jefes y hemos decidido que no vas a ir.
-El hostal está a mi nombre -le recordó-. Tengo que ir.
-¡Eres informático! -le soltó ella desesperada-. Solo vas a estorbar si vienes.
-Sabes que estoy tan preparado como cualquier miembro de A.N.E.
Camila se llevó las manos a las sienes, que parecía que estaban a punto de explotar.
Benjamín miró la silla vacía que había frente a él. Desde que Camila salió del hospital hacía tres semanas, las cosas habían cambiado mucho. El buen ambiente que habían conseguido después de tanto esfuerzo se esfumó y las reuniones se hicieron una tortura. Hasta donde él sabía, Camila le había dicho a Felipe que no quería que Rodrigo fuera a la misión.
Quería que se quedara en un cómodo sillón allí en el cuartel. ¿Tan poco confiaba en él? ¿O es que de verdad estaba tan ciega de amor? ¡Y una mierda! Podría estar encaprichada, pero la conocía lo bastante bien como para saber que no estaba enamorada. No sabía cual era la historia de ellos dos, pero desde luego no era una bonita historia de amor.
Miró otra vez la silla vacía. Estúpido Felipe, pensó con amargura. Jamás pensó que sentiría un vacío en su interior cuando Carlitos dejara de visitarlo. Ya no lo veía para nada, parecía que había desaparecido, igual que Luisana.
Cansado de otro duro día, decidió recoger e irse a descansar.
Rodrigo intentó por todos los medios convencer a Camila de que su lugar era con ella. Cabreada e impotente, ella decidió cambiar de táctica.
-Sabes que Aurora murió y, aunque Felipe se quede aquí, necesitamos gente de nuestra asociación que sepa manejarse en la informática. No voy a dejar a Marcos al cargo y tú eres el mejor para ese puesto.
-Es todo un halago que pienses eso de mí, Cami, pero yo quiero ir. Tengo que protegerte.
-¡No tienes que protegerme de nada! -explotó ella finalmente, golpeando la mesa con ambas manos-. Soy mucho mejor que tú y lo que vas a conseguir con este estúpido comportamiento es poner mi vida en peligro. ¿Eso es lo que quieres, eh?
-Jamás te pondría en peligro. Soy tu novio y...
-No te equivoques, Ro -le cortó-. No eres mi novio. Eres solo una de las marionetas de Felipe para conseguir lo que él quiere. Ahora fuera de mi despacho.
-Pero... -intentó quejarse-.
-Te he dicho que fuera. No vas a venir con nosotros y punto.
Rodrigo se levantó de la silla y salió del despacho cabreado.
Camila apretó la mandíbula y cerró los ojos, llevándose de nuevo las manos a las sienes y masajeándose para intentar aliviar el dolor de cabeza que le producía Rodrigo. ¿Este chico ensayaba para ser así de estúpido y era así de nacimiento?
Benjamín abrió la puerta de su despacho y vio a Rodrigo saliendo del de Camila. Sin tener ganas de andar junto a él, se esperó un minuto a que este se fuera y entonces salió.
ESTÁS LEYENDO
• El plan imperfecto || Benjamila •
FanfictionBenjamín es agente secreto y jefe de la O.A.S. que es una organización que fue entregada a él, a causa de la inesperada muerte de su padre, que fue planeada por un miembro de la A.N.E. Camila es una chica que desde su corta edad ha sufrido mucho, má...