Capítulo 2

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La semana paso con normalidad, entre exámenes y clases aburridas, las dos chicas casi no coincidían en ninguna actividad, salvo para dormir, pero Merlina tenía un tiempo dedicado a sus investigaciones de pequeños casos curiosos para la noche haciendo que llegue demasiado tarde, cuando la rubia ya duerme sobre su afelpada frazada, pero esta vez es diferente, cuando llega se encuentra a una Enid sentada sobre la cama, algo sudorosa lo cual no es algo común en la rubia.

— ¿Qué pasa?.—pregunta Merlina pasando de largo hasta su cama, había sido un día cansado, necesitaba dormir.

— Ya es temporada.—dice Enid simplemente, haciendo que la pelinegra regrese a verla.

— Tendré que cerrar con llave.—Merlina se levanta con las llaves en mano, y algo más que Enid no logra ver hacía la puerta, ella y dedos intercambian algunas señas que no había visto antes y luego éste sale por el balcón, cerrándolo desde afuera— Listo, entramos en cuarentena.

— Pero, tu mañana tienes que ir a clases.—Enid esta lógicamente preocupada por su compañera, la temporada de celo puede durar entre 5 a 15 días, demasiado tiempo para que falte a clases por ella— No quisiera que tuvieras problemas por mi culpa.

— No los tendré.—Merlina quien ya ha hecho un previo plan con dedos, regresa a su cama tranquila— Tengo la situación controlada, tu...—se queda un momento en silencio.

— ¿Yo qué?.—Enid esta inquieta sobre su cama, antes que llegará Merlina había intentado sin mucho éxito masturbarse, había sentido placer si, pero no le era suficiente, sentía que su cuerpo quería mas, una imagen mental o a alguien a quien pensarle pero nada apareció, trato de Ajax fuera ese alguien pero no le causaba ninguna sensación pensar en él de esa manera, intento hasta con Yoko porqué en una borrachera se besaron pero fue en vano, tampoco es que fuera una experta, era su primera vez haciendo eso.

— ¿Ya tienes ganas?.—pregunta seca Merlina haciendo que Enid se sobresalte por lo directa que es la pregunta, intuye que la pelinegra ya sabe la respuesta y que solo quiere que se la verifique para poder tener certeza.

— Un poco.—miente Enid mirando hacía otro lado, la humedad de sus bragas la traicionan y su mente se nubla un momento mientras regresa a mirar a Merlina, se da cuenta que su compañera de cuarto luce tan bien, el negro definitivamente es su color, su mirada se concentra en su rostro que la ve confundida y luego baja hasta su pecho, haciendo que reaccione por fin; y se arrepiente al instante de mirarla así.

— Que raro, deberías estar brincando sobre cosas.—Merlina se queda aun mas pensativa pero luego se acuesta por fin en la cama sin decir una sola palabra mas.

Enid por su parte la observa un par de minutos mas, nota lo delicada que se ve hasta que se va quedando dormida, lo sabe por su peculiar forma de entrelazar sus brazos sobre el pecho, da unos minutos mas a que caiga en el profundo sueño que acostumbra y la rubia vuelve al rincón de su cuarto donde hace un momento había intentado darse placer.

Vuelve a intentar metiendo una de sus manos directamente en sus bragas notando lo húmeda que están, suelta un leve gemido por el contacto pero al moverla siente impotencia por no ser ese el contacto que desea, rápidamente se le viene algo a la cabeza viendo uno de sus peluches coloridos esta segura que cuando esto pase se arrepentirá de lo que esta apunto de hacer.

Con cuidado lleva el peluche de mil colores sobre sus piernas, bajando un poco su pantalón de pijama y empezando un movimiento de caderas involuntario, y empujando mas al objeto a su entrepierna, pronto se le escapa un gemido de sus labios haciendo que se tape la boca por miedo a ser escuchada pero al ver que su compañera sigue en la misma posición, sigue con sus movimientos pero sin quitar la mirada de Merlina, sin darse cuenta empieza a presionar mas el peluche sobre su centro dándole fuertes embestidas cerrando los ojos al contacto pero cuando empieza a sentir el creciente placer sobre sus piernas y sabe que ésta apunto de lograrlo, algo la interrumpe.

— Pobre animal de felpa.—dice Merlina quien se ha levantado de su cama en tiempo récord y ahora la mira desde la esquina de su habitación.

— Merlina, demonios.—Enid se levanta subiéndose los pantalones y dejando al peluche en el suelo, estaba apunto, apunto y no pudo lograrlo porqué Merlina cuando quiere es la persona mas silenciosa del mundo y cuando no quiere no lo es, aunque le agradezco que no se haya quedado mirando la escena, sería aun el triple de vergonzoso.

— No quise interrumpir.—dice simplemente dejándose caer de nuevo sobre la cama, había estado despierta, no durmió ni un solo segundo, haber escuchado a Enid de esa manera había tenido un efecto en ella no del todo desagradable— Puedes continuar.—se da vuelta dándole la espalda a la rubia pero esta ya no puede seguir, se muere de ganas pero también de vergüenza, con solo imaginar que Merlina la ha visto en ese estado con un estúpido peluche, si tuviera una pareja todo sería distinto, y esta temporada en vez de ser un martirio sería un gozo.

Luna - wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora