Capítulo 39

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— Desde ayer no veo a Enid por ningún lado, debimos esperar que saliera para vigilarla que volviera a la escuela.—Ajax mira por encima del hombro para ver si entre la multitud de estudiantes esta la rubia, pero nada, su amigo parece no prestarle atención— Te estoy hablando.

— Y yo te estoy escuchando.—dice Xavier con tono preocupado— Desde ayer no tengo acceso al celular de Merlina, lo debe tener apagado.—dice con molestia.

— ¿No estarán juntas?—pregunta Ajax pensativo pero Xavier lo interrumpe antes de que diga algo mas.

— Imposible.—dice seguro— ¿No escuchaste ayer a Merlina? No la quiere ver ni en pintura.—ríe un poco al recordar lo que le había hecho hacer a la rubia, nunca pensó que meterse al subconsciente de alguien fuera tan fácil y mucho menos tan satisfactorio.

— Eso es verdad.—dice el chico empezando a caminar por los pasillos— Aunque aun no entiendo porqué mandaste a esa idiota a que se acostará con Enid y no me diste a mi el placer.—le da un manotazo con la guantera y ríe.

— ¿Querías que Merlina te cortará el pene?—pregunta mirándolo directamente y ve como el chico se asusta ligeramente— Ya tendrás tu oportunidad de acostarte con ella, así como yo con Merlina.—suspira y empieza a caminar al lado de su amigo.

— Ojala sea pronto.—al chico se le nota la molestia en sus palabras.

— Ojalá.—responde, siguen caminando hasta llegar a su habitación algo desordenada por el caos que habían armado semanas antes. 

Ajax patea ligeramente una de las velas y fotos de Enid, despeja también su cama de ropa de la rubia, todo era material que usaban para que el psíquico pudiera controlar de una manera eficaz a la loba, en verdad Ajax nunca tuvo esperanza en que Xavier pudiera lograr algo así, pero lo que puede hacer el sentirse rechazado por alguien era admirable.

Mira como el chico saca una libreta para empezar a dibujar sobre ella, no dice nada, solo se acuesta en la cama a esperar tener noticias de Enid, o de Merlina.


Mientras tanto en la mansión había un profundo silencio, en su mayoría estaban ebrios durmiendo por cualquier lado, Pericles seguramente con su abuela, Morticia y Homero sumidos en un fuerte abrazo que parecía no acabar nunca, llevaban mas o menos dos horas solo entrelazados y mirándose a los ojos, Merlina se asoma levemente por la puerta de su habitación, no ve nadie al final del pasillo y vuelve a cerrar la puerta.

— Deben estar durmiendo, supongo.—dice la morena regresando a la cama donde esta la rubia totalmente acurrucada sobre ella misma— ¿No piensas vestirte?—pregunta a la chica lanzándole su chaqueta del día anterior pero Enid niega con la cabeza.

— No quiero.—dice en un tono dulce— Solo quiero que este momento no se acabe nunca.—dice abrazando a la morena y poniendo su cabeza en su pecho.

— Cállate, Enid.—dice la morena, no quería hablar de eso, no quería pensar en eso, en estos momentos eran solo ellas dos, nada mas, no había nada mas.

— Pero...—Enid puede ver como la mirada de la rubia se posa en el techo y decide no hablar mas, se inclina un poco para dejarle un beso en la frente y vuelve a recostarse.

Se quedan así horas, hasta que el reloj apunta a casi la hora de la cena, ninguna de las dos quería romper el momento ni separar sus cuerpos, pero a la vez sabían que ya era hora, Merlina se separa un poco y mira a la rubia con mala cara.

— No puedo creer que hayamos tenido sexo después de todo esto.—dice seca, ya había pasado un tiempo prudente para disfrutar ahora tocaba hablar, Enid esconde su cabeza bajo las sabanas.

—  Dijiste que no hablaríamos mas.—dice la rubia desde abajo de las sabanas.

— De hecho nunca dije eso, solo que te callaras.—la morena se queda esperando que la rubia diga algo pero al ver que nada sale de su boca se acerca de nuevo hasta ella, sintiendo como todo había sido un trampa al ver como la rubia la jala por la cintura y la vuelve a tirar a la cama.

— Tú.—le toca brevemente la punta de la nariz haciendo que Merlina se sonroje— Me debes algo.—dice haciendo un puchero y la morena gira los ojos.

— Primero tenemos que hablar, Enid.—dice seria pero luego le da un beso en la mejilla, pero Enid no parece muy convencida— Si no hablamos no solucionaremos nada.

— Siempre que hablamos terminamos peleadas.—susurra— No quiero pelear mas contigo, Mer.

— ¿Y que es lo que quieres?—pregunta la morena sobre ella— No tendremos sexo hasta que hablemos, Enid.—aclara cuando siente como una de las manos de la rubia baja hasta su trasero.

— Bien.—su tono es de un niño de cinco años al que le han quitado su paleta, se levanta para sentarse aun con quejido dolor y con Merlina encima de ella— Hablemos.—dice.

— No seas exagerada, fueron dos dedos.—dice Merlina enseñándole su mano haciendo que ambas rían por la situación— ¿Me explicas lo de los mareos?—pregunta acomodándose sobre el regazo de la rubia y apoya su cabeza sobre el hombro.

— No sé ni siquiera como explicarlo, por ejemplo, todo este tiempo no he sentido nada, pero ayer si, el día de lo de Radne también, es como si tuviera a alguien en la cabeza diciéndome que hacer o diciendo cosas por mi.—explica la rubia, mira a Merlina quien la observa con detenimiento— Sabes que no te estoy mintiendo.—dice.

— No, no lo sé.—la morena se baja del regazo de la rubia quien se asusta un poco por la actitud repentina, sin embargo la morena la coge de una de las manos y la jala hasta ella— ¿Emocionada por una charla con mi abuela?—dice con una sonrisa maliciosa, Enid empieza a negar rápidamente.

— Mer, no, ellos quieren matarme.—dice la rubia desesperada al ser arrastrada por la morena fuera de la habitación— Me harán picadillo.

— Puede ser, pero es la única que nos puede decir que es lo que te pasa, y claramente si me estas diciendo la verdad.—dice duramente haciendo que Enid baje la mirada— Eni, entiéndeme por favor, necesito estar tranquila.—dice acercándose y enroscando sus brazos en el cuello de la mas alta.

Ambas chicas se unen en un beso dulce afuera de la habitación, olvidándose por completo que pueden ser vistas por cualquiera, se pierden un momento entre sus lenguas, Merlina la besa esperando que no sea el último y Enid la besa sabiendo que tendrá a su novia de vuelta, en el fondo sabe que hablar con la abuela Addams puede ser lo mejor que haga.

— Vaya.—una voz interrumpe a las chicas quienes se separan al instante al ver a Homero Addams frente a ellas— Pequeño escorpión, tu debilidad por este canino me sorprende.—dice y mira con desprecio a la rubia quien solo baja la mirada.

— No es asunto tuyo padre, de hecho también puedes venir con  nosotras si lo deseas.—dice tajante la morena agarrando por la cintura a Enid para que no sienta miedo.

— ¿A donde?—enarca una ceja y mira a la loba de pies a cabeza.

— A buscar respuestas.—dice y empieza a caminar, Homero camina detrás de ellas, en el fondo también quería saber que tenía esa rubia canina para poner a su hija así.


Hola, cap algo corto, espero les guste y bueno siganme en twitter: 

Luna - wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora