Cuando ambas chicas salen del baño reciben miradas acusadoras, a ninguna de las dos puede importarle menos, a Merlina porque es parte de su naturaleza y a Enid porqué esta en una burbuja de felicidad.
Caminan hasta la nueva habitación de Merlina, y a la rubia parece no poder contenerse, era la primera vez que entraba, y por invitación de la misma pelinegra, quien caminaba serena a su lado sin inmutarse ante los saltitos de alegría de la licántropa.
Cuando llegan la morena se para frente a la puerta y regresa a mirar a Enid, quien tiene una sonrisa en el rostro que parece que le va a romper la piel.
— Adelante.—dice la pelinegra abriendo por fin la puerta, la cara de sorpresa de Enid no se puede ocultar, ahora tenía la certeza de lo que decía Yoko era cierto, Merlina gozaba de privilegios a los que ellas no tenían acceso por no ser una Addams.
— Wow Merli.—es lo único que sale de su boca, Merlina la ve con confusión y se dirige a sentarse en su cama— Si que es grande, y ¿esto es oro?—pregunta mirando una pequeña radio.
— Si.—dice la morena tratando de no darle mucha importancia.
— ¿Tu familia tiene mucho dinero, verdad?
— ¿Lo preguntas de verdad?
— Perdón, no quería incomodarte.—dice Enid, mientras se acerca a la pelinegra dando saltitos de alegría, Merlina trata de que esto no desate en ella alguna reacción que hiera a la rubia, pero por todo lo contario su cuerpo acepta a la rubia extrañamente, mientras esta se abraza a su cuello.
— No me incomodas, Enid.
Cuando la rubia toma los labios de Merlina, uniéndolos en un suave beso, se ven interrumpidas por unos toques en la puerta.
— ¿Esperas a alguien?—pregunta Enid levantándose del lado de la morena, quien confundida se levanta hasta la puerta, cuando observa por el orificio de quien se trata, mira de regreso a la rubia.
— No, es Tyler.—trata de responder lo mas neutral que puede, para que la rubia no empiece a inventarse historias en su cabeza, abre un poco la puerta asomándose un poco— Tyler, ¿Qué quieres?
— Hola Merlina.—saluda el chico dando un paso hasta casi chocar con la puerta medio abierta— Venia a hablar.—dice tranquilo.
— ¿Hablar de que?
— De hecho, podemos hablar de muchos temas, pero sobre todo quería que me explicaras un par de cosas.—dice tratando de poner otro pie para entrar a la habitación pero Merlina se lo impide.
— Tyler, hoy no creo que pueda.—dice seria.
— ¿Por qué no?
— Porqué estoy ocupada, y porqué para cualquier cosa que quieras aclarar la escuela tiene una gran biblioteca.—la morena trata de no entablar mucha conversación con el chico y que este se marche sin pelear mucho.
— No quiero aclarar nada de la escuela.
— ¿Entonces?
— De lo nuestro.—susurra mirando a ambos lados.
— De eso hablaremos otro día.—dice y al instante se arrepiente de su mala elección de palabras, siente unos pasos detrás de ella, para luego sentir un empujón haciendo que abra totalmente la puerta, la rubia pasa por su costado saliendo de la habitación sin mirar a Tyler y camina apresuradamente por el pasillo, sin poder hacer nada, Merlina se queda parada frente al chico mirando la escena.
— ¿Qué le pasa a Enid?—pregunta el chico aún mirando el camino por donde se había marchado la rubia.
— No creo que aparte de mi, hay más personas a las cuales le debes una disculpa.—dice seria.
— No lo haré.—niega con la cabeza Tyler retrocediendo ante la petición de la pelinegra.
— No le veo porque negarte.—dice seca caminando hasta dentro de la habitación, regresando a sentarse en la orilla de la cama, el chico la sigue pero no se sienta, se mantiene de pie justo a su lado.
— Me mataría.—dice en un tono de voz asustando— Mira lo que me han hecho por intentar alcanzar un lápiz que se le cayó a Xavier.—dice señalando su brazo lleno cortes no tan profundos, la morena sabe que solo querían asustarlo, si hubieran querido cortarle el brazo no les hubiera costado mucho esfuerzo.
— Ten cuidado con quien te metes.
— ¿Qué dices?, fueron ellos los que me atacaron, yo solo quería ser amable.—su mirada cambia a una de resignación.
— Entonces, ten cuidado sobre con quien eres amable.—dice en un tono sereno, no quiere continuar más la conversación con el chico, quiere ir a buscar a Enid, y reclamarle el porque es tan infantil como para marcharse así— Tyler creo que es mejor que te vayas, cualquiera puede verte aquí.
— ¿Te importa que me vean aquí?—pregunta acercándose más a la morena quien se aleja un poco moviéndose ligeramente en la cama.
— No me importa, pero creía que a ti si.—Merlina ya no sabe cómo hacer para que el chico se vaya, así que se levanta para ir hasta la puerta, si el no se iba, ella si.
Pero su camino se ve interrumpido por el brazo de Tyler quien la sostiene de la cintura sin dejarla avanzar, la morena regresa a mirarlo, están tan cerca que ambos pueden sentir la respiración del otro.
Lo siguiente que hace el chico hace tambalearse ligeramente a la morena, cuando este impacta sus labios contra los suyos, la razón le pide que se aparte pero su inconsciente le sigue el beso, pronto se vuelve un beso más acelerado, ambos se pierden entre el vaivén de sus lenguas, los minutos pasan y ninguno de los dos parece querer separarse, las manos de ambos están en la cara del otro, hasta que la respiración empieza a hacer falta y se separan al fin.
— Te lo dije.—dice sonriendo Tyler, mientras ve como Merlina está paralizada frente a él.