—Ayer no te escuché.—dice Merlina, quien ha despertado antes que la rubia para ver si podía escribir aunque sea unas líneas, fue en vano, los folios siguen vacíos.
Enid sigue en la cama acostada mirando con atención a la pelinegra y pensando en lo que pasó anoche, se besaron, bueno técnicamente ella la besó pero fue correspondida el corazón le saltaba de alegría al pensar que ella y Merlina podían ser algo mas, había aceptado su cortejo era una buena señal.
— Decidí contenerme.—dice Enid levantándose por fin para ponerse detrás de la silla de la pelinegra, quien no se inmuta y sigue con la mirada fija en la maquina de escribir— ¿Cuándo acabe esto, podemos salir a algún lado?.—pregunta insegura mirando la cabellera de la morena, quien voltea casi de inmediato.
— No debes contener tus instintos.—Merlina ignora por completo la propuesta de Enid y regresa la mirada a la maquina.
— No me has contestado.—Enid sabe que aventurarse demasiado puede resultar contraproducente pero cuando se da cuenta las palabras ya han salido de su boca, ve como Merlina se levanta de la silla y se dirige a su cama.
— Saldremos a las clases, al pentágono, e incluso a Jericó por el club de peregrinos.—su tono de voz es seco e inexpresivo, Enid se siente decepcionada ante el rechazo y toma lo poco que le queda de orgullo y se dirige hacía su lado de la habitación, Merlina lo nota, no ha querido ser tan dura con ella, pero no sabe como aceptar la propuesta sin que suene estúpida, se levanta tras de ella haciendo que Enid se sobresalte— Podemos ir a Weathervane.—se atreve a decir por fin— El café de ahí tiene una buena puntuación, podría invitarte uno.
— Si, claro que si.—Enid da un pequeño saltito haciendo que la pelinegra retroceda— Podrás invitarme los que tu quieras.—dice emocionada acercándose deprisa y robándole un beso a la morena quien se queda pasmada en su lugar.
— Déjame decirte que besas muy bien.—es la tercera vez que Merlina le dice lo mismo desde que se besaron por primera vez, en parte le gusta que tenga ese concepto sobre sus besos, pero quiere algo mas, así que se acerca de nuevo, esta vez un poco mas despacio cuando junta sus labios trata de hacer igual, lento, saboreando cada parte de la boca de Merlina, se quedan un momento así, perdiendo la noción del tiempo, hasta que Enid se separa un poco para dejar una línea de besos pequeños en la cara de la pelinegra.
— ¿Solo me vas a decir que beso muy bien?.—pregunta Enid casi en un susurro, no quiere romper el contacto que están teniendo mas porque siente que la morena lo esta disfrutando igual.
— Tú...—titubea un poco como buscando las palabras, no esta muy segura de decirlo— también a mi.—es lo único que sale de sus labios, Enid sabía perfectamente que quería decir así que una sonrisa gigante le ilumina el rostro y vuelve acercarse para dejarle un suave beso en los labios.