Merlina despertaba con una vista de su esposa frente a ella, Enid estaba completamente de traje con los brazos cruzados esperando que Merlina se levantará.
— ¿Qué haces?—con voz adormilada la morena se levanto hasta llegar a su esposa dejando un beso sobre sus labios— No me digas que sigues con esa idea loca de ir a mi trabajo.—la morena resopla al ver como Enid asiente— ¿No confías en mi?
— Eso no se trata de ti.—la molestia en la voz de Enid era notoria— Se trata de que te rodeas de alfas todos los días, de que estas sola en ese lugar como si estuvieras disponible...
— Basta, no voy a permitir que me hables así, llevamos mas de quince años juntas no puede ser que estes desconfiando de mi.—la voz de la morena ahora era dura y quito sus manos de la cintura de su esposa para alejarse.
— ¡No estoy desconfiando de ti!—gruñe Enid— ¡Es de ese idiota del que desconfio!
— Enid es prácticamente lo mismo.—la morena gira los ojos— Y no grites, ni levantes mucho la voz, los niños deben estar durmiendo.—Merlina camina hasta el cuarto de baño ante la vista de Enid.
— No están durmiendo, los mande temprano a pasar el día con Yoko y Tyler.
— ¿Qué?—la morena regresa a mirarla.
— No me mires así, son nuestros amigos, además como ibamos a estar todo el día afuera...—hace una pausa, sabe que la ha jodido y espera que la morena hable.
— ¿Mandaste a nuestros hijos a otra casa sin consultarme?—realmente parecia molesta— ¡Enid!—grito frustrada.
— Amor, son Tyler y Yoko, estaran bien.—dice suavemente— Además también soy su madre, no es necesario que te consulte todo.
— ¡Obviamente estarán bien!—esta vez es la morena quien grita— ¡Claramente si es necesario!
— ¿Por qué?—pregunta Enid— Sabes que no tomaría una mala decisión respecto a ellos, jamás, además tu ayer les trajiste dulces a casi media noche, ¡dulce! casi no me dejaron dormir.—dice con molestia— ¡Eso no me lo consultaste!—Merlina hace una mueca y camina hasta dentro del baño para luego cerrar la puerta con un golpe fuerte.
Enid camina hasta la sala de su hogar, se sienta esperando que la morena baje lista para ir a trabajar, no iba a flaquear en su decisión de acompañarla.
— ¿Ya llamaste a Yoko para pasar por los chicos?—pregunta la morena después de unos minutos detrás de ella, Enid regresa a mirarla, su esposa esta lista, con el atuendo mas perfecto que pudo haber visto, la morena vestía un traje con falda, formal, con un bolso colgando de sus brazos, no podia lucir tan perfecta— Enid te estoy preguntando algo.
— Estas hermosa.—fue lo que salió de sus labios— Mer, te queda muy lindo.—la rubia se acerco hasta ella tomandola de la cintura y dejandole un beso en la mejilla a su esposa.
— Te hice una pregunta.—dice con seriedad, le encantaba que Enid fuera tierna con ella pero este no era el momento— Quiero que los chicos esten en casa, no tenemos que darle trabajo a Ty o a Yoko que no les corresponde.
— Mer...—empezo a decir suavemente Enid— Solo te acompañaré, prometo no hacer nada de lo que había pensado, solo estaré a tu lado.—la chica vuelve a tomar la cintura de su esposa— Por favor.
— Enid, llama a Yoko.—dice, pero la rubia la pega un poco mas a ella escondiendo su cabeza en su cuello— Me molesta que desconfies de mi.—dice suavemente— Nunca te he dado motivos, nunca.—recalca.
— Lo siento.—la respiración pesada de la rubia y el como hacia mas fuerte su agarre en la cintura de su esposa podría dare una idea de lo que estaba pasando— Quedate aquí conmigo.—dice suavemente.