Cap 10 - "La escapada parte 1"

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El sonido del timbre, me despertó de un hermoso y candente sueño con Billy. No supe a qué hora se habían marcado los chicos o si se quedaron, en cuento pude entra en razón, Salgo del agua y subo corriendo a mi habitación, Billy por supuesto, se había ido, lo pude notar en cuento vi la luz encendida de su habitación.

Nuevamente el timbre suena y pese no querer abrir, salgo de la cama y bajo las escaleras, maldiciendo por interrumpir mi sueño. En cuanto abro la puerta, dispuesta a echarle la bronca a la persona madrugadora que tocaba con desesperación y vaya sorpresa que me lleve

—Hola, nena. ¿Iras en pijama? — era Billy en todo su esplendor. Logro ruborizarme de inmediato, en cuanto me doy cuenta que mi cabello esta hecho un lio y solo llevaba una camiseta larga como pijama.

—Dame cinco minutos, no tardo.

No espero a que responda, ya que subo a mi habitación como un bólido para ponerme algo decente. No tenia idea a donde me llevaría, pero iba a salir con Billy y después del beso, ya no podía seguir ocultando mi atracción hacía él. Tomo una hoja de papel y un bolígrafo de mi escritorio y rápidamente comienzo a escribir una nota para mi hermano. Al salir de mi habitación, me detengo frente la puerta de Steve, meto la hoja por debajo de la puerta, toco dos veces con los nudillos, pero nadie responde.

—Tonto, saldré con — hago una breve, no podía decir que saldría con Billy. —saldré con Eddie, regreso en la noche— sin esperar respuesta de su parte, bajo las escaleras corriendo.

—¿Cuál es el plan?

—Solo sube al auto y lo descubrirás—

me subo al auto, tras mirar rápidamente a la ventana de Steve. El perfume de Billy se había quedado impregnado dentro del mismo, junto con el olor de la nicotina, sin duda, era el aroma con el que describiría a Billy

—ya dime a donde vamos— insisto y continúo haciendo preguntas, pidiéndole pistas para saber a dónde me llevaría.

—Acaso, ¿nunca te callas?

—No, lo siento.

—Pondré un poco de música, para ver si así, logras guardar silencio

—Buena suerte con eso— respondo, Billy pulsa el botón de encendido de su estero y comienza a sonar "One" de Metallica, comienzo a cantarla, moviendo mis manos y el cabello al ritmo de la canción.

—Mala idea lo de la música, resultó peor— dijo Billy entre risas. Creía que a pagaría el Estero, pero no lo hizo.

Minutos más tarde, la mano de Billy movió mi hombro, logrando que despertará. No supe qué momento me había quedado dormida.

—¿Dónde estamos? — pregunto somnolienta, mirando a mi alrededor. Billy estacionó el auto frente a una cafetería, mi estómago gruñó, Hargrove se rio y mis mejillas comenzaron a arder.

—Vamos a comer, andando.

Entramos a la cafetería, está se encontraba a mitad de la carretera y el lugar se veía bastante limpio y un poco lleno, sus comensales eran personas que iban de paso y se detenían para descansar o solo para calmar el hambre, así como nosotros.

Le doy una rápida mirada al menú, ordenó una hamburguesa con papas y Billy pide lo mismos que yo. Mientras esperamos, él es quien rompe el silencio, sorprendida, respondo a sus preguntas.

— Así que eres guitarrista de una banda. Impresionante— por la forma en la que me miro, supuse que estaba sorprendido

—¿Por qué es impresionante?

—Porque no pareces el tipo de chica que toca en una banda— respondió y eso me irritó un poco.

—Según tu, ¿qué tipo de chica crees que soy? — pregunto, levantando una ceja, mirándolo desafiante.

—Veamos— Billy dejó de comer, me miró fijamente por unos segundos y después continuó. —A simple vista, pareces una niña consentida, que con tan solo chasquear los dedos consigues lo que quieres —nuevamente, hizo una pausa, parecía divertirse con el análisis. —Y apuesto que tu cuarto está decorado con cosas de unicornios y corazones, la mayoría de color rosa, tu color favorito.

Suelto una carcajada por su predicción, estaba equivocado en casi todo. Bebo un poco del vaso relleno de dr pepper de cereza

— Fallaste. El carmesí, verde oliva y el negro, son tres de mis colores favoritos— respondo con naturalidad, le doy un mordisco a una papa. — Y una vez, chasquee los dedos para ver si desaparecías, pero no funcionó— me encojo de hombros.

—No sabía que eras comediante— dijo Billy, sonriendo.

—Solo en ocasiones— me inclino hacía él, colocando mis hombros sobre la mesa. —Aunque tú, también eres diferente de lo que aparentas— sonrió.

—Bien, te escucho.

—No eres tan rudo como crees que eres y esa actitud de "nada me importa", es solo un espejismo.

—Vaya, vaya, Mini Harrington. Me sorprendes— dijo Billy, adoptando una posición un poco rígida, pero no dijo más

—¿Tengo razón? — pregunto sin quitarle la mirada de encima

—Ya no hay tiempo, nos vamos— Respondió, sacó algunos billetes de su cartera y los colocaba bajo su vaso vacío. Lo miró con perplejidad, pero no digo nada más y salgo detrás de él. Como lo suponía, no le gustaba hablar de sí mismo.

Subimos al auto, en completo silencio. Levantó mi mano izquierda y la llevó hacia la nuca de Billy, paso la yema de mis dedos con cuidado, por su cabello.

—¿Qué estás haciendo? —pregunto Billy, mirándome de reojo

—¿¡No es obvio?!, juego con tu cabello, dahh —digo con una sonrisa. —¿Te molesta? — agregó sin dejar de sonreír.

—Si respondo que sí, sé que seguirás haciéndolo— respondió y su sonrisa ladina no pasó desapercibida ante mis ojos.

—Tienes razón, pero, ya me cansé— bajo la mano y me acerco un poco más él, acomodo mi barbilla sobre el hombro de Billy, pude oler su perfume, era exquisito. — Aquí es más cómodo.

—Eres una pesadilla— murmuró Billy, sonriendo.

— Si, lo sé.

Estaba jugando con fuego, pero no importaba. Ya le había besado y estaba aquí, en su auto, viajando a un lugar desconocido y a Billy no parecía molestarle mi cercanía.

—Llegamos, nena. Intuyo que no son de los lugares a los que estas acostumbrada— Billy estacionó el auto frente a un club. No tenía algún nombre neón, solo había un hombre en la entrada.

—Se nota que no has estado en el Escondite— respondo con una sonrisa y entonces recuerdo que no había guardado en mi pequeño bolso oscuro, la identificación falsa que Eddie me había regalado en mi cumpleaños número 16.

—Es el lugar en donde toca tu banda, cómo dijiste que se llamaba— pregunto Billy al bajar del auto. Sacó un cigarrillo y lo encendió.

—Si, es ahí y nos llamamos Corroded Coffin. Te invitaré cuando tengamos al bajista— camino a su lado, pensando en que escusa podré decirle al chico de la entrada.

—Estaré esperando.

Billy se acercó a mí, tomó mi mano entrelazando sus dedos con los míos, algo inesperado que provocó que mi corazón comenzará a latir más a prisa.

Billy saludo al hombre de la entrada, este abrió la puerta enseguida y nos dejó pasar. Hargrove me guio por un largo pasillo iluminado por luces neón, la música comenzaba a ser audible conforme avanzábamos.



"Love Is a Battlefield"  [Historia con Billy Hargrove]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora