"Love Is a Battlefield" [Historia con Billy Hargrove]

Cap 28 "Are you gonna be my girl"

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Hablar con mi madre me ayudo bastante, me hizo entender que nada podría salir bien, si forzaba las cosas y eso era lo que trataba de hacer con Billy; así que dejaría que las cosas tomarán su turno y si algún día, él decidiera arriesgarse por mí, solo deseaba que no fuese demasiado tarde.

Después del ensayo, Henry me acompaña a comprar cuerdas nuevas para la guitarra, me sorprendió el hecho de que no parecía molesto conmigo, incluso fue él quien se ofreció a llevarme.

—Siento lo que paso aquella noche en mi casa, deberías odiarme por llevarte con la inquisición —murmuró, sentándome en un taburete vacío frente a Henry, quien sostenía una guitarra

—No te odio, de hecho, estuvo entretenido —guiño un ojo en mi dirección

—Entonces, ¿estamos bien?

—Seguro. Estamos bien

—prometo que te compensare el mal rato, pídeme lo que quieras, pero que se algo real, que pueda cumplir — específico entre risas

—Y yo que pensaba pedirte un viaje a Júpiter — contestó, era evidente que estaba bromeando porque comenzó a reír y enseguida, negó con la cabeza. —Acompáñame a una fiesta, no deseo ir solo y tú eres una compañía excelente.

—Eso sí puedo cumplirlo, así que ya está. Cuenta con ello.

La tensión que yo sólita me cree en mi cabeza, se esfumó. Estuvimos revisando discos de bandas antiguas y descubrí que teníamos gustos similares, las veces anteriores en las que salí con él, no había querido conocerle; pero esta vez, me di la oportunidad de hacerlo.

Me obsesiono con una guitarra que acaba de llegar, Henry la toma y comienza a tocar una canción, logró reconocerla con los primeros acordes. Era "Are you gonna be my girl" de Yet, los que estaban comprando, se detuvieron a contemplar al joven rubio.

Su voz era preciosa, lo había olvidado. En ningún momento de la canción, dejó de mirarme, incluso, una chica se acercó a mí y me dijo que hacíamos una linda pareja.

—¿Hay algo que no sepas hacer?

—Bordar, soy pésimo en eso—ambos reírnos.

Nos quedamos unos minutos más en la tienda, pagó mis cuerdas y salimos de ahí. Esta vez, Henry no lleva su auto, así que caminamos por la ciudad.

—Así que Billy es tu ex novio? — pregunto Henry, con las manos metidas en el bolso de sus pantalones.

—Es mi ex algo, aún no sé qué es lo que teníamos— me enojo de hombros, odiaba hablar del tema de Billy, porque era obvio que no le había superado. —Ya todo acabó.

—Segura qué no hay nada más entre ustedes

—No, sólo es el amigo de mi hermano, el hermano de mi amiga Max y mi vecino, solo eso— sus palabras "No necesitamos una etiqueta" vienen a mi mente

—Eso me parece bien— desconcertada por lo que había dicho, lo observó, él se limita a sonreí

—Digo que me parece bien, porque de lo contrario, no podría hacer algo que he querido hacer desde hace tiempo— Henry se acerca a mí, quita sus manos de los bolsillos

—Qué... —No me deja terminar, su mano diestra se coloca detrás de mi cabeza, me atrae hacia él y cuando logró reaccionar, sus labios están pegados a los míos. Por segundos, no me muevo, pero termino por ceder.

No besa mal, lo hace de manera suave y delicada, no hay deseo, solo es un beso tierno. Su mano izquierda ha rodeado mi cintura y yo, solo soy capaz de aferrarme a sus brazos.

"Él no sabe besarte como yo", las palabras de Billy, llegan a mi cabeza como un boomerang, logrando que me separará de él.

—Se que dijiste que no estas listas para una relación, pero me gustas— vuelve a besarme, pero solo es un beso corto. — Espero que me des una oportunidad

—Henry, yo no sé qué decir, no... —vuelve a interrumpirme con otro beso

—No digas nada por ahora, piénsalo y me dices la respuesta mañana, en la fiesta de tu hermano— Henry me mira con una sonrisa en su rostro, no logro interpretarla, solo sonríe. Acomoda un mechón de mi cabello y lentamente me va soltando. Volvemos a caminar, vuelve a meter sus manos en los bolsillos de su pantalón.

Henry podría ser el chico perfecto para mí, no discutíamos y la pasaba muy bien a su lado, no había fuegos artificiales, pero tenía la esperanza de que pudieran aparecer.