CINCO

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– ¡Has perdido! ¡Jódete Seungmin! ¡Has perdido! –

– ¡Cierra el pico, bocachancla! –

– No, has perdido la apuesta, te toca cumplir castigo, esas son las normas, y sin rechistar hermanito. –

– Maldito el día que naciste Minho... – Seungmin se cruzó de brazos con un leve puchero, que su hermano pensó que se veía más gracioso que adorable, que empeoraba con las burlas del mayor. Él en realidad, Seungmin estaba tratando de ignorar que estaba cagado de miedo al saber que su castigo anterior al mayor había sido bastante humillante, y estaba seguro de que el idiota de su hermano, tomaría la venganza correspondiente, ahora se arrepentía, no debía haberle seguido el juego cuando propuso lo de la nueva apuesta. – ¿Y cuál es mi castigo? –

– Una sesión fotográfica – El menor lo miró esperanzado de que su hermano mayor no le pusiera un castigo tan horrible como esperaba ¿Que tan malo podía ser si se trataba de hacer fotos? Una de sus cosas favoritas – A Changbin y a Hyunjin – Retiraba lo dicho, no había peor castigo, su hermano acababa de arruinar sus esperanzas con los dos nombres que menos quería escuchar

– Sabes que te odio ¿Verdad? –

– Procura no tratar de humillarme la próxima vez y no trataré de cobrar venganza hermanito – Minho sonrió mientras veía a su frustrado hermano resoplar cada vez que recordaba que, si no cumplía el primer castigo, según las normas que él mismo había puesto, el otro debia buscar algo peor, y conociendo a Minho, le haría comer caca de Soonie o algo por el estilo.

La idea era buena, pero, por desgracia, no era fruto de la maquiavélica cabecita de Minho, sino de la de su vecinito de en frente, el mejor amigo de Seungmin, el mayor solo le había ayudado a lograr su cometido, pero todo era obra de la mente del pequeño zorrito.

Hacía unos cuatro días, Minho volvía de dar clases de baile en una pequeña academia a niños pequeños, un pequeño trabajo que había encontrado, y aún que no daba mucho dinero, le ayudaba a poder pagar sus cosas, cuando vio a Jeongin sufriendo en las escaleras, tratando de subir las pesadas bolsas de la compra, maldiciendo que el ascensor se hubiera estropeado.

– Espera, te ayudo – Dijo el mayor parando a su pequeño vecino y tomando varias de las bolsas – ¿Qué tal estaba la sopa? ¿Y que tal Bin? Seung me explicó que tu hermano andaba enfermo – Trató de entablar una conversación en lo que ambos llegaban al tercer piso.

– Estaba realmente rica, gracias por hacer para los dos, y Bin está recuperado de lo de la tripa, pero ya sabes, tiene tareas atrasadas, y no ha salido de casa, ni está descansando bien, y me tiene preocupado – Minho vio las ojeras bajo los ojitos cansados de su vecino, y su expresión desanimada, y se preocupó de verdad por ambos vecinos.

– Si necesitáis cualquier cosa podéis contar con nosotros, no cargues tu con todo Innie –

– Lo que más quiero es que Seungmin se lleve bien con Bin hyung, pero parece imposible, cada vez que menciono al uno en una conversación no hacen más que resoplar y pedir que cambie de tema, y me duele... –

– Si algo se de mi hermano es que puede ser un imbécil con las personas cuando no las conoce, así que deberíamos obligarlos a pasar tiempo juntos, algo para que se conozcan, Seungmin sepa que es de fiar y dejar de ponerse agresivo como método de defensa – Dijo Minho pensativo, dejando las bolsas a un lado de la puerta de sus vecinos, pero sin dejar de hablar con el menor, sentía que debían terminar esa conversación.

– ¿Fotografía? Podrías retar a Minnie a hacer fotos a mi hermano, es algo con lo que él se siente cómodo, quizás con eso baje un poco las defensas –

The boy next door - SeungBin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora