VEINTIDÓS

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- Minho ¿Donde estás? -

- En el refugio ¿Por? - Dijo minho con el teléfono entre el hombro y la oreja mientras cargaba con una caja de comida para perros.

- Me he dormido, y no voy a llegar a la universidad -

- ¿Has llamado a Chan? -

- ¿Te crees que te llamaría antes que a mi novio? Pues claro, esta haciendo la admisión para el máster - Seungmin daba vueltas como loco por el salón de su casa.

- ¿Y Changbin? -

- No, no vayas por ahí -

- Vamos Seung, estás desesperado, las otras opciones no podemos y su puerta está literalmente a dos metros de la tuya, es tu última opción, inténtalo o jódete - Minho tampoco estaba del todo feliz con aquello, pero si su hermano quería llegar a tiempo, no le iba a quedar otra.

- Está bien, pero que sepas que te odio -

- Viviré con ello, avisa si no llegas a la uni -

- Nos vemos luego -

- Suerte hermanito - Seungmin colgó el teléfono y suspiró mirando la hora en el teléfono, realmente no le quedaba de otra, tenía que exponer un trabajo en grupo y haría suspender a todo su grupo si no llegaba, el taxi no era una opción, lo que su madre les pasaba a escondidas se iba en comida y Seungmin aun no encontraba trabajo.

Cruzó el pasillo, y sin pensarlo mucho, tocó el timbre a un lado de la puerta, sabía que su mejor amigo ya habría salido, y rezó por que el mayor no lo hubiera hecho también.

Un despeinado Changbin, aún con legañas en los ojos y restos de baba en la mejilla le abrió la puerta con los ojos aun medio cerrados por el sueño.

- ¿Seungmin? -

- ¿Puedes acercarme a la universidad? Voy a suspender si no llego, y no tengo para el taxi - Changbin asintió, y le dijo al chico que esperase dos minutos.

Salió poco después, se había pasado agua por la cara y puesto algo de ropa de abrigo por encima de la camiseta negra que usaba de pijama, Seungmin pensó que incluso así de poco arreglado, aun estaba guapo.

Changbin le dio el casco de Jeongin y esperó a que se subiera a la parte de atrás de su moto.

- ¿A que esperas? ¿No llegabas tarde? -

- Si, pero... Me da miedo, no puedes ir despacio si quiero llegar a tiempo - Changbin sonrió, sacando sus auriculares del bolsillo para dárselos al menor.

- Ponte tu canción favorita bien alto y cierra los ojos fuerte, así lo sentirás menos ¿A que hora tienes que estar? -

- Diez y cuarto - Seungmin tomó los cascos, conectó casi con desesperación el cable a su teléfono y los puso en sus orejas.

- Son las diez, puedo llegar, confía en mí - El castaño asintió subiéndose a la parte de atrás del vehículo infernal, poniendo una canción vieja de Day6 que lo relajaba mucho a todo volumen mientras se abrazaba con fuerza al cuerpo de su vecino, por mucho que hubieran peleado, realmente confiaba ciegamente en él y en qué podría llevarlo a tiempo.

Notó el motor arrancar y como comenzaban a moverse, el chico de en frente había tenido razón, no sentía que fueran más rápido que de costumbre, la chaqueta hacía que el viento no golpease en él, el casco también, la música hacía que todo lo demás se escuchase menos, excepto cuando Changbin tomaba una curva demasiado cerrada y notaba su cuerpo irse a un lado, todo estaba yendo bien.

El chico paró la moto frente a su edificio y Seungmin a toda prisa se quitó el casco, y devolvió los auriculares a Changbin, mirando la hora, las diez y diez minutos, le sobraba tiempo.

The boy next door - SeungBin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora