OCHO

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La consciencia de Seungmin lo estaba matando vivo, había gritado contra la almohada, se había escondido en una esquina de su habitación, y por culpa de su crisis, Minho creía que había intentado saltarse una comida y ahora lo vigilaba con lupa.

Y es que el día que había acordado quedar con Changbin, se acercaba a él como una avalancha.

Su memoria le recordaba constantemente lo que durante todo el curso había escuchado de él, Changbin era el chico que había golpeado a uno de sus compañeros, y el que tenía aterrorizados a unos compañeros de su clase, que cada vez que el nombre de Seo Changbin era mencionado, salían corriendo como si les fuera la vida en ello.

"Lo hago por Innie, lo hago por Innie" Se repitió a si mismo hasta que lo interiorizó por completo cuando llegó el día, recordar como Jeongin adoraba a su hermano, ayudaba mucho, pensar en Changbin defendiendo a Jeongin, también, todo fuera por hacer feliz a su mejor amigo.

Salió por la puerta cuando estuvo vestido con un conjunto de ropa bastante simplón, no quería dar la apariencia de que había pasado tiempo pensando en que ponerse, bajó las escaleras a saltitos, y al llegar a la calle, el hermano mayor de su mejor amigo lo esperaba apoyado en su moto. Llevaba unos pantalones ajustados con algunos rotos, y a pesar de que no le tuviera mucho aprecio, debía admitir que le favorecían, también llevaba una camiseta negra básica y una chaqueta de cuero con tachuelas.

"Quiere aparentar ser un matón" Dijo esa parte de su consciencia que le recordaba lo que sabía de él, suspiró, volvió a pensar en Jeongin, y lo saludó como si nada.

- Buenas tardes gnomo de jardín -

- Joder Seungmin, avisa, casi me da un infarto - Changbin se subió a su moto y le tendió un casco repleto de pegatinas de zorros, corazones y un pan, no había que ser un genio para saber que era el casco de su amigo, se lo ató, y con miedo, se subió a aquel vehículo demoniaco.

- ¿Es muy tarde para decir que me aterra montar en moto? -

- Un poco, si. Sujétate a mi, prometo ir todo lo despacio que pueda - El chico mordió su mejilla por dentro, y a regañadientes, se acercó a Changbin para rodear sin fuerza su cintura.

Recibieron los gritos y los regaños de varios hombres trajeados en coche, Seungmin prefirió ignorar lo que decían y concentrarse más en el miedo que estaba pasando, aunque agradecía internamente al idiota que su mejor amigo tenía por hermano, por que de verdad estaba haciendo ese trayecto menos aterrador de lo que había esperado.

Recordó la última vez que se montó a ese trasto, cuando no encontraban a Jeongin, ya habían pasado unos dos meses de aquello, y aún le asustaba recordar como fueron a toda velocidad hasta la biblioteca mientras él temblaba en la parte de atrás, sujetando las asas como si su vida dependiera de ello.

Cuando se bajaron, Seungmin intentó aparentar estar bien, aunque era bastante obvio que no era así y Changbin lo había sentido temblar escondido en su espalda, aun que decidió callar y reír para si mismo, hoy le apetecía enterrar el hacha de guerra, al menos por un rato. El chico le sujetó la puerta hasta que terminó de guardar los cascos y entró con él al pequeño local.

Seungmin pidió un americano y Changbin un latte, por sus aspectos, parecía más correcto que su bebida fuera para el otro, aun que solo el mayor se fijó en esto y lo que decía sobre ambos.

- Juguemos a las veinte preguntas - 

- ¿Acaso eres un niño? - 

- Está recomendado por algunos psicólogos para entrar en confianza con alguien a quien no conoces ¿O es que tienes miedo de lo que te pueda preguntar? - Changbin dedujo que Seungmin aceptaría si sentía que quedaría mal por decir de nuevo que no, y con gusto vio como el castaño aceptaba.

The boy next door - SeungBin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora