TREINTA

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– Innie ¿Que haces? –

– Estoy intentando pintar –

– ¿Y que se supone que es? – Jeongin suspiró dejando el pincel en el vaso con agua y echándose las manos a la cara, manchándose de pintura rosa.

– Se supone que unas flores... Soy un desastre –

– No digas eso hermanito... aún se puede salvar, no está tan mal –

– Deja de mentirme, es un garabato, Hyunjin lo hace parecer tan fácil... Se suponía que era un regalo de aniversario para él, pero un niño de cinco años lo haría mejor – Masajeó los hombros tensos de Jeongin, pensando en como arreglar el regalo para su cuñado.

– Tengo una idea, aparta – Changbin tomó un lápiz y comenzó a dibujar algo sobre el garabato rosa de su hermano – Si miras la mancha de lejos parece un corazón, así que haremos un monstruo corazón, y tu te inventas algo cursi, le compras algo bonito, le pedimos a Minho que haga chocolates y a Jisung que consiga unas flores o algo, problema solucionado, de todas formas Hyunjin está loco por ti, cualquier cosa que hayas hecho tu la guardará como un tesoro – Terminó de pasar el lápiz sobre las manchas y ahora estaba marcada la figura de un corazón, que antes era un ramo de flores, con ropa, lo que antes era un jarrón, y una cara.

– Gracias hyung... –

– No me des las gracias, cómprame algo caro cuando te ganes al niño rico –

– ¡Changbin! – Jeongin se quitó una zapatilla de estar por casa para lanzarla hacia su hermano, quien la esquivó de milagro.

– Me voy con Jisung y Chris, volveré tarde, no me esperes para cenar, tienes lasagna en el frigo – Dijo su hermano tomando su chaqueta del perchero de la entrada.

– ¿Chris? ¿Ya no estáis peleados? –

– Al final es mi amigo, y está haciendo las cosas bien ahora, así que supongo que no tengo razones para negar más sus disculpas – Jeongin no dijo nada más, solo sonrió, feliz de ver a su hermano volver poco a poco a ser el mismo de antes, se despidió de él, gritando que disfrutase de su tarde, y él siguió totalmente concentrado en que aquello terminase siendo un dibujo decente, y pensando que justificación cursi podría darle a aquel extraño monstruo corazón.

– Al final ya quedado adorable – Se quedó mirando el extraño dibujo, pensando en algo bonito, rezando para que Hyunjin no le hubiera comprado nada caro que dejase en mal lugar a su dibujo. – Él se merece más que esto, pero no tengo idea de que regalarle por que el idiota de mi novio ya lo tiene todo... – El timbre de su casa sonó asustando al chico, teniendo que fuera su novio, fue corriendo a dejar las cosas de pintar en la habitación de su hermano.

Trató de comprobar que no tenía manchas de pintura en la cara y abrió la puerta teniendo que Hyunjin lo pillase con las manos en la masa, para suerte del secreto de su regalo, el chico en la puerta era solo su mejor amigo, aunque eso no evitó que se sintiera algo de decepción por no ver allí a su novio.

– ¿Y esa cara de pan mustio? –

– Creía que eras Hyunjin –

– Perdón por no ser un rubio ricachon de metro setentaynueve... pero necesito hablar contigo, tengo algo importante que decirte – Jeongin se debatía entre reírse, sentirse ofendido de parte de su novio o preocuparse por lo serio que Seungmin había hablado al final.

– Dime... – Terminó decantándose por la preocupación y lo arrastró para que se sentase con él en el sofá, conocía bien a su mejor amigo, y había notado las ganas que tenia de llorar, supuso que era grave por ello, y no se equivocaba.

The boy next door - SeungBin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora