TRENTAIOCHO

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— ¿Estoy bien? ¿El vestido me hace parecer hinchada? — Preguntó la mujer mirándose en el espejo alargado de la pared de su habitación en Daegu.

— Estás preciosa mamá, y el vestido te sienta genial — Minho detrás de ella terminaba de ponerle los adornos en el pelo según un tutorial que estaba viendo.

— Estoy nerviosa

— Sería raro que no lo estuvieras

— Es diferente a la sensación que tenía cuando me casé de joven, estaba emocionadísima, y me sentía como una princesa, supongo que era más ingenua, tenía tu edad... Aún tengo miedo de que esta vez salga igual de mal que la anterior — Minho abrazó con cuidado los hombros de su madre, y apoyó el mentón sobre uno de ellos, mirándola a través del espejo.

— Saldrá bien ma, y si no, aún tendrás dos hijos que te quieren un montón, aunque yo digo que saldrá bien. Ahora solo tienes que pensar en disfrutar de tu día, y de nada más — Amanda acarició la cabeza de su hijo sobre su hombro, suspirando mientras volvía a mirarse al espejo.

— Tienes razón Min

— ¿Estás lista? — La mujer asintió agarrando a su hijo mayor del brazo, quién lo acompañaría al altar, ya que su padre, el abuelo de Minho, estaba en silla de ruedas y no podía. — Sigue pareciéndome una tradición horrible lo de que el padre tenga que "entregar" a la mujer a su futuro marido, siento que es parte de un pasado mucho más misógino. — Susurró él cuando salían de la nueva casa de su madre, hacia el campo que había detrás, donde celebraban la boda.

— Yo pienso en ello como una persona especial en la vida de ella deseándole suerte, y acompañándola en el camino a su nueva vida, para que no se sienta sola.

— Supongo que es otro punto de vista...

— Ahora cállate y acompaña en silencio

— Si mami... — Amanda tuvo que aguantarse la risa, ya habían llegado. Todos los invitados se giraron a mirarla, y comenzó a sentirse nerviosa.

Minho a su lado se dio cuenta, y apretó su mano, acariciándola disimuladamente con el pulgar para darle ánimos, y solo dejó ir su mano cuando llegaron al pequeño arco de flores que habían preparado, poniéndose a un lado de ella.

El chico miró atrás, en la segunda fila vio a Jisung, quien le saludó discretamente con la mano, a lo que solo pudo responder con una sonrisa, en realidad quería ir corriendo a abrazarlo y comerle la cara a besos, su novio ese día estaba especialmente guapo.

Seungmin le hizo caras de asco cuando cruzó miradas con él, ambos a cada uno de los lados del pequeño altar donde su madre se casaba con su nuevo padrastro, y Minho tuvo que evitar reírse.

El hermano menor no tenía allí a su novio para hacerle saluditos cursis, así que trató de centrar su mirada en su mejor amigo, Jeongin estaba totalmente ensimismado con la ceremonia, abrazado a su novio, a punto de llorar. Sus ojos fueron al otro chico a su lado, Changbin no estaba mirando la boda, lo miraba a él, cuando sus miradas se cruzaron, Seungmin lo vio sonreírle, con demasiado cariño, sintiendo las mejillas rojas, sacudió la sonrisa de Changbin de su mente y volvió a concentrarse en su madre, en su bonito vestido blanco, y en lo guapa que se veía.

El hombre encargado de casar a la pareja, los declaró marido y mujer y aunque quiso ver el momento, su cabeza giró por un momento al chico de la puerta de enfrente, Changbin no lo miraba, y se sintió algo ridículo por buscar su atención.

Seungmin se saltó la ceremonia del ramo, escuchó los gritos alegres de la chillona voz de una de sus primas, corrió al baño más cercano, buscando echarse agua en la cara y recuperar la compostura para volver con su madre y su hermano.

The boy next door - SeungBin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora