CATORCE

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- Minho ¿Como va el asunto de la rata de vuestro apartamento? -

- Se está quejando por que ninguno estamos allí, yo le dije que teníamos pactado esto desde hace un mes y creo que se lo ha tragado, aun estará hasta mañana, solo una noche más - Minho había pasado esa mañana a por sus cosas de la universidad y las de Seungmin a su apartamento, por suerte, su padre no estaba.

Ese día había decidido que su hora libre la pasaría con su vecino y el amigo de este, y aún que apreciara a Changbin, lo hacía sobre todo por su amigo.

Minho notó como Bin apretaba los puños y todo su cuerpo se tensaba mirando a un punto muy concreto, como un perro guardián al notar una amenaza, siguió la dirección de su mirada y vio a un grupo de tres chicos salir por la puerta del edificio de la facultad artística, a la que todos pertenecían, no le costó demasiado saber que aquellos eran los compañeros de clase de Seungmin, que se habían metido con Jisung y habían esparcido rumores falsos de Changbin para manchar su reputación.

- Son ellos ¿Cierto? - Preguntó el mayor sin quitarle los ojos al pequeño grupo.

- Si... Y vienen hacia aquí, estoy seguro de que no tienen buenas intenciones - Los tipos caminaron mirando fijamente a Minho, quien trató de poner su peor mirada, no era para nada alguien violento, pero estaba dispuesto a meterse en aquello si las cosas se ponían feas.

- ¡Hola parejita! ¿Nuevo integrante? - Dijo el más alto de los tres con tono sarcástico.

Ellos se mantuvieron en silencio, Jisung sujetaba la muñeca de su amigo, sabiendo lo corto que era su autocontrol, teniemdo que volviera a meterse en problemas por golpear a los compañeros de Seungmin.

- Oh vamos, venimos en son de paz - Continuó el de cabello rojo con la sonrisa más falsa que Minho hubiera visto en toda su vida.

- Largo - Changbin y Jisung miraron sorprendidos al pelimorado, quien sostenía la mirada al último de ellos, un tipo con media cabeza blanca y media negra, quien parecía liderar a los otros dos.

- Te han dicho que venimos en son de paz - Dijo con la misma expresión de desprecio que la de Minho, peleando con él con la mirada.

- Y yo he dicho que os marcheis - Minho bajó de la mesa en la que estaba sentado y trató de estirarse y sacar pecho para verse algo más intimidante.

- Oblígame maricón -

- Luego no digas que no lo has pedido - Dijo empujando sin demasiada fuerza al del pelo bicolor, solo para alejarlo, antes de golpearlo de verdad, a modo de advertencia.

Jisung se levantó apurado y trató que Minho volviera a su sitio. La última vez, Changbin sufrió una expulsión de una semana por agredir físicamente a aquellos tres chicos, y lo había retrasado en muchas asignaturas hasta el punto de que casi suspende una de ellas, no podía dejar que volviera a pasar lo mismo con él.

- ¿Eso es lo mejor que tienes guapito? Mi abuela pelea mejor -

- Pues ve a joder a tu abuela y lárgate ya - Minho sentía como Jisung tiraba de su brazo con fuerza, lo escuchó sollozar y solo entonces se dejó arrastrar por él de vuelta a la mesa, girandose para disculparse con el chico y tratar de limpiar las pocas lágrimas que habían salido de sus ojos.

- ¡No me des la espalda marica! - Habló el otro acercándose con intención de golpear a Minho por la espalda, levantó el puño y cuando iba a darle en la cabeza, Changbin lo frenó con la mano.

- Hemos terminado de hablar, si no tienes nada más que decir puedes ir a llorarle a todo el mundo como el mentiroso que eres, diles que te hemos dado una paliza si quieres, pero no finjas que me tienes miedo solo para venir a pelearte como si no hubiera pasado nada, la gente puede comenzar a pensar que los rumores son falsos - Changbin apartó con fuerza la mano del chico, tirándolo al suelo y levantó la suya como amenaza.

The boy next door - SeungBin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora