ㅤwinnerㅤ★ㅤalice in borderland !

EPISODE 14 ; inferno

EPISODE 14 !! subordinate

    —¡Mi querida Chisei! ¿Podría hablar contigo un momento?

    Kyoko no quiso saber el porqué, ya que ya lo sabía. Sabía que aquello no significaba nada bueno. Sabía que, escuchar la voz del Sombrerero detrás de ella hablando con aquel tono que le incomodaba demasiado, no significaba nada bueno.

    —Buenos días. Está bien, no veo ningún problema —quiso sonreír para no sonar tan fría, pero la realidad era que lo menos que quería era hablar con aquel hombre, y sobretodo a solas.

    —Sabía que aceptarías. Acompáñame, por favor —y cuando lo vió sonriendo de esa manera, no pudo evitar temblar en su lugar.

    Caminó detrás de él, y las ganas de dejar de caminar y en su lugar caminar hacia el lado contrario la carcomían por dentro, pero sentía que no podía negarse al número uno de aquel lugar. Sentía que, si lo contradecía, podría salir lastimada. Así que, por mientras, debía hacerle caso, hasta que se sienta obligada a hacer lo contrario. De reojo, pudo ver a Chishiya, mirando atentamente en como el Sombrerero se la llevaba. Chisei le hizo una ligera seña, haciéndole entender que le contaría después.

    Al llegar a aquel cuarto completamente iluminado y decorado de manera exótica, ver todo tipo de frutas y licores en una pequeña mesita en medio de dos sillones, y encontrar varios guardias vigilando la entrada de la sala, su ceño no pudo evitar fruncirse. El Sombrerero se sentó en un sillón, y señaló el sillón del frente indicando que se sentara delante de él.

    —¿De qué quiere hablar, Sombrerero? —cuestionó, haciendo sus manos ligeros puños sobre sus rodillas.

    —Chisei, me encanta como eres —el hombre frente a ella sonrió, y Kyoko no tuvo más reparos que encogerse en su lugar. Apenas dijo eso, las ganas de irse de su lugar aparecieron. La chica no respondió, pero eso no detuvo al Sombrerero—. Sabes, he estado pensando...

    Se quedó un rato callado, mirando fijamente a la chica. Ella tragó saliva, pensando en todas las cosas que un hombre como él pudiera pensar respecto a ella.

    —Eres tan preciosa... Tan preciosa que me gustaría tener una subordinada como tú —finalmente habló el hombre, haciendo que Chisei abriera un poco sus ojos de más—. ¿Qué te parece?

    —¿Subordinada? —repitió. El Sombrerero asintió, una amplia sonrisa adornaba su rostro—D-Disculpe, no me agrada la idea. Yo la verdad no me siento cómoda, uhm... ¿Subordinando? A las personas.

    Kyoko, de los nervios, sólo pudo responder aquello con un tono más que inseguro y bajo. Sin darse cuenta, su cuerpo tembló en el sillón.

    —Oh, una lástima... —el hombre fingió deprimirse, tirándose en el sillón—Pero está bien, no te obligaré a nada, Chisei.