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EPISODE 15 ; trust

EPISODE 15 !! fruit juice

    —¡Chisei, deberías ir a la piscina!

    Kyoko negó con la cabeza, con una sonrisita avergonzada. Kuina y Chishiya habían irrumpido en su habitación, con la intención de sacarla de ahí para tomar aire fresco. Bueno, en realidad, Kuina también obligó a Chishiya a salir para que pasearan los tres por ahí.

    —Vamos, Chisei. ¡Mira lo pálida que estás! Deberías broncearte un poco —insistió Kuina, jalando un poco el brazo de la chica—. Además, ¡ese bikini te queda genial! Y lo tapas con ese feo suéter, deberías quitartelo.

    —Kuina, no deberías obligarla si no quiere —interrumpió Chishiya, cruzado de brazos. Al parecer, también quería irse.

    —En realidad, sí me gustaría —contestó Chisei. Kuina le dió una mirada vencedora a Chishiya, murmurandole un "iremos a la piscina quieras o no"—. Pero, no tengo bloqueador solar, mi piel no creo que aguante el sol. Además, no me gusta mostrar mucho mi cuerpo.

    —¡Ay, Chisei, eres tan modesta! Vive un poco, no sabremos si vamos a morir mañana, tenemos que vivir la vida al límite —Kuina volvió a jalar el brazo de Kyoko, haciendo que la chica sonriera—. Y tampoco considero ir a la piscina un límite.

    —Chishiya se está yendo —Chisei, para desviar el tema de ella, señaló al chico, que se encontraba girando la manija de la habitación de Kyoko tan callada y lentamente que si Chisei no hubiese dicho nada, Kuina no se hubiese dado cuenta que se quería ir.

    —¡Chishiya, vuelve acá! —Kuina lo jaló hacia adentro, y Chishiya soltó un sonidito de queja que hizo reír un poco a Chisei—¡Iremos los tres a la piscina! Como, uhm... ¿Los tres fantásticos?

    —Los tres mosqueteros —corrigió Chishiya, todavía cruzado de brazos—. No creo que deberíamos autollamarnos así.

    —Los tres grandes —sugirió Chisei, y se sintió apenada cuando los otros dos la miraron un rato sin decir nada—. ¿La Niña, la Pinta y la Santa María?

    —Los tres fantásticos —repitió Kuina, asintiendo con la cabeza.

    —No.

    —Sí, Chishiya.

    —Me gusta los tres grandes —volvió a decir Chisei, con una pequeñita sonrisa.

    —No nos pongamos nombres —interrumpió Chishiya, suspirando—. ¿Tenemos diez años?

    —Sí.

    —Sí.

    —Bueno —¿quién era él para contradecir a dos chicas?

    —Bueno. ¡Vamos a la piscina!

    Chisei no lo sabía. No sabía porque había aceptado, y no sabía porque le hacía ilusión salir con ellos dos. ¿No la traicionarían después, o es todo idea de su cerebro? Quiso no pensar en ello y por primera vez disfrutar en ese lugar, pero el sentimiento de traición nunca se fue de sus pensamientos.