ㅤwinnerㅤ★ㅤalice in borderland !

EPISODE 20 ; trust in somebody

EPISODE 20 !! heartbeat

    —Chisei.

    Kyoko parpadeó, mirando hacia la pared. Se llevó las manos a sus mejillas al sentirlas levemente calientes, dándose palmaditas en la cara para que se le pasara.

    —¿En qué piensas? —Chisei miró hacia la mujer, que estaba viendo unos pocos detalles sobre su estado antes de por fin darla de alta. Se sentía en un hospital, aunque en realidad había estado todo ese tiempo en la sala donde normalmente Ann se quedaba. En todo el tiempo que Kyoko se quedó ahí no le molestó la estadía, pero tenía que admitir que cada vez que Ann empezaba a revisar cadáveres como si ella no estuviese presente se sentía incómoda—He notado que haz estado pensativa, ¿te sientes mal?

    —Para nada. Me dió buenos cuidados, señorita Ann —Kyoko sonrió, mirando la herida vendada en su abdomen—. ¿Está segura que hoy podré irme? Nada más han pasado tres días desde que me trató.

    —Es cierto que deberías tomar más reposo —Ann dejó algunas cosas de lado para acercarse a la menor—. Pero mientras no hagas movimientos bruscos tu herida estará bien. Sólo dedícate a estar en tu habitación, y si quieres salir lo mejor sería acompañada. Lo bueno es que tu visa caduca en unos días más, y ya estarás mucho mejor para entonces.

    —Gracias —la chica volvió a sonreír hacia su dirección, poniéndose un suéter encima para tapar la herida vendada.

    Chisei repasó las cosas en su mente. Nada de movimientos bruscos. Descansos. Salir acompañada. Sin darse cuenta volvió a meterse en sus pensamientos, pero Ann no mencionó nada al respecto.

    —Muchas gracias por todo, señorita Ann —Chisei quiso hacer una reverencia pero le daba miedo por su herida, por lo que rió avergonzada.

    —Si te sientes mal, avísame —Ann le sonrió—. Me gustaría que tomaras más reposo, pero al final de todo no soy doctora y en cualquier momento te cansarás de estar aquí por las cosas que hago. ¡Pero no te fuerces! —advirtió señalandola con un dedo, para luego reír—. Además, ya no estamos en el trabajo. Puedes decirme Ann, Chisei.

    —Está bien, señori– uhm... Ann —rió avergonzada, bajando su cabeza—. Le aseguro que si me llego a sentir mal, acudiré a usted. Nos vemos, y de nuevo muchas gracias por sus cuidados.

    —No me agradezcas.

    Kyoko se despidió con la mano, para después salir con cuidado. Su herida le resultaba incómoda al caminar más no le dolía, y sabía que sería cuestión de tiempo para que se recupere por completo. Lo único que pensaba era que, de no ser por el idiota del Sombrerero, ella no estaría en ese estado. De no ser por ese hombre, Hinata estuviese a su lado. Apenas lo había encontrado ahí, no habían logrado pasar tiempo juntos en ese lugar, y el Sombrerero le había arrebatado a su amigo.