N/A: Aquí traigo el segundo capítulo. Algo adelantado porque no sé si mañana podré actualizar y prefiero adelantarme porque lo tengo ya listo.
ADVERTENCIA: Esta historia contiene escenas violentas, hay relaciones no consentidas (aunque no tengo intención de ser muy descriptiva en ese aspecto) y embarazo masculino. Entiendo que si lees esta historia estás de acuerdo con esas condiciones.
CAPÍTULO 2: RECUPERARSE
El médico les dejó pasar a todos para que pudieran estar con su amigo durante unos minutos ya que el horario de visitas había acabado. Llegaron a la habitación donde Blaine pasaría la noche, en observación, y pudieron verlo. Parecía totalmente abatido y dolorido, era como si le hubieran arrancado toda la felicidad y optimismo de su cuerpo. El miedo se reflejaba en sus ojos y se notaba que había llorado mucho.
– ¿Cómo te sientes? – Kurt preguntó, ganándose miradas de enfado de los demás por su falta de tacto.
– Me duele todo. – Esas fueron las únicas palabras del moreno. Era claro que se refería tanto a su cuerpo como a su alma.
– ¿Quieres que alguien se quede contigo esta noche? – Santana ofreció y fue un alivio para Sam notar que había genuina preocupación en ella y que no iba a hacer ningún comentario ofensivo. El ojimiel volvió a mirarlos.
– No.
Sin embargo, Brittany sonrió y miró a su alrededor antes de hablar.
– Yo me puedo quedar, si quieres. El que quieras compañía no significa que deban ser Kurt o Sam quienes se queden... Entiendo que en esta situación no quieras que ninguno se quede salvo Rachel o yo pero no te sentirás cómodo rechazando el cariño de las dos personas que más te quieren... Pero nadie se va a ofender, has pasado por una situación muy dura y es comprensible que no quieras pasar tiempo con chicos... O incluso con Santana por lo dura que puede ser con sus palabras... Todos queremos lo mejor para ti... Incluso si eso supone que San y yo tengamos que acogerte en nuestra casa... Tú sólo pide lo que necesites...
Todos miraron a la rubia, que había demostrado otra vez que no era tan estúpida como muchos pensaban. Simplemente, su mente funcionaba de otra manera que la de los demás.
– ¿Harías eso por mi? – Los ojos de Anderson brillaban por las lágrimas contenidas y Pierce asintió mirándolo con cariño.
– Por supuesto que sí.
Blaine había recibido el alta esa mañana y llegó a su apartamento con Sam y Brittany. Poco a poco se sentía algo mejor con la compañía de sus amigos pero la rubia no se separaba de él porque era consciente de que era de gran ayuda. El silencio reinaba entre ellos pero no sabían como hablar con el moreno sin hacerle recordar ese momento tan doloroso para él. Sin embargo, el ojimiel acabó estallando.
– ¡No soy de cristal! ¡No me voy a romper! He pasado por un mal momento pero no tenéis que tratarme como si fuera a intentar suicidarme o algo. Estaré bien, sólo necesito tiempo. – Anderson fue bajando la intensidad de su enfado. Sabía que estaba siendo injusto.
– Lo siento. – El ojiverde miró a su plato, incapaz de saber qué hacer o qué decir.
– No... Yo lo siento... Todo es... Tan complicado... – Blaine comentó dolido, si había algo que odiaba en ese mundo, era hacerle daño a su mejor amigo.
– Todo estará bien... Todo estará bien... – Pierce intentó consolar a los dos. Sabía que a la larga esa frase sería realidad pero, en ese momento, ella tenía que lidiar con todo el dolor para que no ocurriera algo que lo pudiera dañar aun más.
– ¿Vas a ir a trabajar? ¿En qué estás pensando? – Santana gritó cuando su amigo le comunicó lo que tenía pensado hacer. Ella había pedido el turno de noche en el restaurante para poder ayudar a su amigo haciéndole compañía mientras Sam y Brittany trabajaban.
– Sí, el show debe continuar y... Quiero volver a la rutina cuanto antes. Sólo necesito que alguien me acompañe al ir y al volver... No creo ser capaz de hacerlo por mi mismo. – Blaine miró a su amiga que negó con la cabeza y empezó a mandar algún mensaje con su teléfono móvil.
– Está bien, yo te acompañaré al teatro y Sam te irá a buscar cuando acabes. No estoy nada de acuerdo con esta locura pero es tu vida. Yo creo que deberías descansar, al menos hoy. Acabas de salir del hospital y, aunque físicamente estás bien, todo puede complicarse... Nadie estará molesto porque te tomes unos días libres... Y tienes un sustituto que hará tu papel, no tan bien como tú porque eso es imposible... No le digas a nadie que he dicho que eres bueno. – Lopez lo amenazó y él sonrió. Era reconfortante para él ver que Santana seguía siendo ella cuando estaba con él. Sí, era más suave porque no lo llamaba Hobbit o no lo insultaba pero... Seguía siendo ella.
– Gracias.
Sam estaba esperando a Blaine en su camerino tras su presentación. Santana le había dicho que fuera a buscar a su amigo para acompañarlo al apartamento. Él haría cualquier cosa por ese chico sencillo y divertido que conoció en el McKinley. Pocas personas entendían su relación pero a ellos no les importaba, su amistad estaba por encima de todo.
La puerta se abrió y el moreno entró a toda velocidad, todavía caracterizado como vampiro y se abrazó a su mejor amigo. El rubio notó que estaba llorando e intentó ser fuerte por él.
– Blaine... ¿Estás bien? – El ojiverde preguntó realmente preocupado.
– No... No debí venir a trabajar... No he estado muy cómodo... ¿Vamos a casa? – Anderson seguía sollozando.
Evans asintió y dejó que el otro se cambiara para regresar a su hogar. Cuando estuvo fuera, dejó que las lágrimas salieran. Estaba intentando no mostrar sus verdaderos sentimientos porque no quería mostrarse débil frente a su amigo pero él no lo estaba pasando nada bien. Se sentía impotente frente al sufrimiento de la persona más importante para él.
Era más de medianoche y Sam estaba durmiendo en su habitación cuando la puerta se abrió lentamente para no hacer ruido. Blaine entró, con su pijama azul marino y sus rizos libres de gomina. Iba descalzo y caminaba de puntillas para hacer menos ruido ya que no quería despertar a su amigo. Cuando llegó a la cama, levantó la sábana y el edredón y se metió dentro hasta quedar junto al rubio.
El ojiverde notó que alguien estaba a su lado y se despertó sobresaltado. Cuando sus ojos consiguieron enfocar lo que había a su alrededor, se dio cuenta de que era el moreno el que estaba a su lado y sonrió, dejando que su cuerpo se relajara por el susto que se había llevado.
– Lo siento, no quería asustarte o despertarte. – El ojimiel susurró avergonzado.
– Está bien... ¿No puedes dormir? – El más alto preguntó mientras se movía para que el otro tuviera más espacio en la cama.
– He tenido una pesadilla. – La oscuridad de la noche no dejaba ver el sonrojo de las mejillas de Anderson.
– Puedes dormir aquí, todo estará bien. – Evans abrazó a su amigo por la cintura y lo acomodó sobre su pecho para que estuviera bajo la protección de sus brazos. Sintió el cuerpo del más bajo relajarse y decidió tararear suavemente "su canción". Para él, Heroes era más que una canción, era un símbolo de su amistad. Era la canción Blam por todo el significado que tenía para ellos. No paró de cantar en voz baja hasta que la respiración de Blaine se suavizó y estuvo totalmente seguro de que volvía a dormir. Pasara lo que pasase, el moreno siempre podría contar con Sam... Siempre.
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No Pierdas La Esperanza (Blam - boyxboy)
FanfictionA veces a las buenas personas les ocurren cosas malas. Hay veces que por más que quieras conseguir algo, no encuentras el momento de dar un paso para alcanzarlo. La paciencia y la valentía son dos cualidades necesarias para no perder la esperanza...