CAPÍTULO 33: EL BEBÉ DE SAM

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CAPÍTULO 33: EL BEBÉ DE SAM

El matrimonio había dejado a Valerie con Pam para acudir al ginecólogo que le haría la ecografía. Los dos estaban algo nerviosos y ansiosos por lo que les diría el especialista. Sabían que sentir los movimientos del bebé era buena señal pero eso no evitaba que hubiera riesgos.

Sam se tumbó en la camilla y abrió su camisa para que pudiera hacerle la ecografía. El doctor Smith miraba tranquilo la pantalla mientras les indicaba que partes del cuerpo del bebé se podían ver. Los dos observaban tranquilos, a la espera de alguna noticia importante.

– Es un niño. – El médico anunció con una sonrisa. – Sigue siendo un embarazo de riesgo, por lo que tendrás que segur cuidándote. Por lo demás, no tienes nada de lo que preocuparte. ¿Habéis pensado en el nombre?

– Habíamos pensado en Alex. Nos gusta a los dos. – El rubio explicó.

– Supongo que Valerie estará loca con sus hermanitos. – El ginecólogo estaba interesado.

– Ella quería una niña para jugar a las muñecas. Pero supongo que lo que piense ahora no es importante. Todo será diferente cuando vengan los dos niños a casa. – El ojiverde se sentía inseguro.

– Lo más difícil es que los niños llegarán por separado. Primero será Kevin y para cuando ella empiece a acostumbrarse vendrá Alex. Creo que sería mejor para ella si los dos nacieran a la vez. – Blaine estaba preocupado por ese aspecto.

– Creo que el momento más difícil será tu parto. – El doctor miró al moreno. – Va a ser complicado que Sam soporte los nervios propios de ese día y tendrá que estar tranquilo por el bien del bebé.

– No prometo nada. – Evans levantó las manos, consciente de que no sabía si podría estar tranquilo para que no se adelantara su parto.

El tiempo pasaba y las cosas estaban bien en los embarazos. Valerie cada día estaba más hiperactiva. Sobretodo porque sus padres cada vez podían jugar menos con ella debido a sus voluminosos vientres. Pam, Santana, Brittany, Rachel y Stacy intentaban hacer todo lo posible para que ella estuviera entretenida.

Sam y Blaine habían empezado a ver apartamentos más grandes. Mientras Kevin y Alex fueran pequeños, podrían compartir habitación, por lo que sólo necesitaban un lugar con tres habitaciones. No podrían hacer muchas visitas mientras el rubio estuviera en reposo, pero podía acudir el moreno una vez diera a luz, para lo que faltaba un mes.

– ¿Qué te parece éste? – El ojiverde señaló uno.

– Preferiría que tenga una guardería cerca. Imagínate lo complicado que sería llevar a los pequeños en un carro doble y en el metro. Por ahí no hay ninguna. Sin embargo, no está mal. Lo pondremos en la lista de "posibles". – Anderson sonrió y la puerta de la entrada se abrió. Los dos levantaron la mirada a la vez.

– ¡Papá! ¿Qué tal estás? – Blaine se levantó para saludar a su padre.

– Bien hijo. Tengo una sorpresa para ti... Bueno, para los dos. Sé que los dos os sentiréis algo incómodos pero no quiero que os sintáis así. Tu madre y yo vamos a daros dinero para que compréis una casa. – El mayor informó.

– ¿Qué? No, papá. Buscaremos algo de alquiler, estaremos bien. – El actor rechazó la oferta. Evans no quiso intervenir porque sentía que era algo entre su marido y su progenitor.

– Escucha, Blaine. Tu madre y yo hemos estado trabajando toda la vida y tenemos más dinero del que podemos gastar. Hemos decidido dividirlo en tres y vamos a entregarte una parte a ti y otra a Cooper. Queremos que con ese dinero busquéis un buen lugar para vivir con nuestros nietos e, incluso, si queréis, tengáis más. Considéralo un adelanto de la herencia, de todas maneras acabaría siendo tuyo, pero ahora es cuando realmente lo necesitas. – El señor Anderson insistió. El menor se volvió hacia su marido para saber su opinión pero Sam no movió ni un músculo, no era a él a quién le correspondía tomar esa decisión.

– Vale, papá. Aceptamos el dinero pero si en algún momento mamá y tú necesitáis que os lo devuelva... – El ojimiel intentó hablar pero su padre lo interrumpió.

– Si necesitamos que nos devolváis algo del dinero, se lo pediré al hijo que tengo soltero y sin proyecto de familia, no al que está casado y tiene tres hijos.

– No somos pobres, tendremos que ajustarnos un poco porque vienen muchos gastos, pero nada que no podamos sobrellevar. – Blaine insistió.

– Lo sé, los dos tenéis éxito en vuestros trabajos pero queremos que busquéis un sitio grande y amplio para todos. Piensa en ello como un regalo, tu herencia... Sólo acéptalo.

– ¡Sam! – Blaine llegó de trabajar y colgó su abrigo y su bufanda. Era el octavo mes de embarazo y le quedaban pocos días para que lo dejara para prepararse para el parto.

– Hola, amor. – El rubio se acercó a su esposo y lo besó con dulzura.

– Hola. – El moreno suspiró, había olvidado por qué tenía tanta prisa porque se perdió en el verde de los ojos de su amado y en el beso que le había dado.

– ¿Querías algo? – Evans preguntó, sabiendo que su marido tenía que contarle algo.

– ¡Sí! – El actor salió de su ensimismamiento. – Hablé con una agencia y me han hablado de una casa que podríamos comprar. Está muy cerca de tu trabajo y es tan perfecta que tenemos que ir a verla cuanto antes para que no la compre otra persona. Tiene cinco habitaciones y tres baños, además de ático y garage. Es espaciosa y está en una buena zona. Mis padres vendrán a buscarnos con su coche para llevarnos allí. Prepárate mientras yo visto a Valerie... ¿Dónde está?

– Durmiendo, hoy Stacy se la ha llevado y no sé que han hecho pero ha venido agotada. – El más alto explicó.

– Bueno, supongo que mi madre podría quedarse con ella mientras mi padre nos lleva. – Anderson susurró.

– Me parece una idea genial. ¿Me ayudas a vestirme? – El dibujante guiñó un ojo a su esposo que se apresuró a seguirlo.

Blaine y Sam se habían quedado a solas en el salón de la casa que estaban viendo. Era más que perfecta y entraba dentro del presupuesto. Había que amueblarla, pintar las paredes y alguna pequeña cosa más. Por lo demás, parecía hecha para ellos. Tenía un pequeño jardín trasero y el barrio era tranquilo.

– Es perfecta... ¿Deberíamos quedárnosla? – El rubio quiso saber.

– A lo largo de la semana veremos alguna más pero lo más probable es que sea ésta. – El moreno besó a su esposo.

– Puedo vernos aquí viviendo y criando a Valerie, Kevin y Alex... – El dibujante estaba realmente emocionado. Gran parte de la culpa la tenían sus hormonas.

– Lo sé, yo también. Me alegro que al final aceptáramos el dinero de mis padres, no habría otra manera de que nos pudiéramos permitir este lugar. – El actor añadió.

– Yo me encuentro bien, sé que tengo que guardar reposo pero sólo voy del coche a la casa y de la casa al coche por lo que podemos seguir viendo más si tu padre y la agente están disponibles. – El ojiverde comentó mientras abrazaba al otro.

– Tienes razón, vamos a ver los que podamos hoy y así tener la casa cuanto antes. Tengo intención de empezar a traer cosas en cuanto de a luz y eso es en un mes, así que... – Anderson besó de nuevo a su marido antes de que salieran para buscar a la agente y seguir viendo otras casas.


No Pierdas La Esperanza (Blam - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora