CAPÍTULO 43: EL SEXO DEL BEBÉ

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CAPÍTULO 43: EL SEXO DEL BEBÉ

Valerie se despertó y se dio cuenta de que estaba en la habitación de sus padres. Hacía mucho tiempo de que no dormía con ellos y se sentía como si hubiera vuelto a su infancia. Recordaba muy poco el día que sus padres se comprometieron. Era muy pequeña pero conservaba algunas imágenes de ese día en su memoria. Fue la primera vez que la llevaron a patinar y no era de extrañar que durante años fuera una de sus pasiones. También recordaba algunas cosas de la boda aunque no muchas. Le habían contado que fue ese día el que le dijeron que tendría un hermano, pero eso no lo recordaba. Después de eso, sí recordaba a sus hermanos de bebé, pero no mucho.

Aun así, sí había algo que le había acompañado en todos esos años y era el amor que sus padres se tenían. De niña no se daba cuenta, pero desde hacía algunos años sabía que discutían o que tenían problemas de vez en cuando. La primera vez que notó que estaban distantes, ella tenía trece años y se asustó mucho. Pasó horas llorando en su habitación hasta que Sam la encontró y le dio un beso en la frente. Le contó que no era la primera vez que estaban así y que, como siempre, lo solucionarían, que no tenía que preocuparse.

Había hablado con sus amigas sobre las relaciones de sus padres y sabía que era una afortunada. Pocas familias tenían tanto amor como la suya. A su edad se había fijado en pequeños detalles que la hacían querer algo así para ella en el futuro. A pesar de llevar quince años juntos, todavía se miraban como si fueran dos adolescentes enamorados.

Por todo eso le dolía ser ella la causante de los problemas en su matrimonio, sobretodo cuando Blaine tenía que guardar reposo y estar tranquilo por su embarazo. Odiaba pensar que su padre podría perder al bebé por su culpa.

– No pienses tanto. – Una voz la llevó de vuelta a la realidad y miró los ojos verdes que la observaban.

– Lo siento. – La castaña susurró.

– No me arrepiento de haberlo hecho, ¿vale? Sé que a tu padre se le pasará el enfado y estaremos bien. Quiero lo mejor para vosotros. Tu padre, tus hermanos y tú sois todo en mi vida y haré cualquier cosa por vosotros. – El rubio besó la frente de su hija.

– Pero no es el mejor momento para que discutáis. – Valerie intentó explicar.

– Ningún momento es bueno, pero cada problema nos hace más fuertes. Hemos pasado por muchas cosas y seguimos tan enamorados como el primer día. No es la peor crisis que hemos pasado, no tienes que estar triste. – Evans insistió.

– Bueno... Si seguís hablando puede que os eche de la habitación y la crisis se haga más grande. Estoy intentando dormir. – Blaine interrumpió su conversación.

– Lo siento. – La ojiazul se incorporó para salir de la cama pero Sam se lo impidió.

– Tu padre está bromeando... Es su manera de decir que nos perdona. – El rubio le explicó.

– No os perdono... No del todo. Val, sigo pensando que tu castigo es más que merecido y no te vas a librar... Sam, sigo pensando que no debiste actuar a mis espaldas... – El moreno explicó y los dos asintieron. – Si me preparáis tortitas para desayunar, me pensaré si os perdono del todo.

La adolescente rió antes de darle un gran beso a la mejilla de su padre. Después se levantó y se fue corriendo a la cocina para comenzar con la preparación de las tortitas. Por su parte, el ojiverde miró a su esposo, que se acariciaba el vientre que comenzaba a estar algo redondeado. Se acercó para besarlo en los labios, al principio de forma suave pero poco a poco fue aumentando la intensidad. Después de unos segundos, Anderson se separó.

– Será mejor que bajes a la cocina o tu hija es capaz de quemar toda la casa intentando hacer las tortitas. – Blaine susurró.

– No te levantes, te subiré el desayuno a la cama... ¿Con plátano, sirope y nata, zumo de naranja y un yogur? – Sam cuestionó.

– Me conoces muy bien.

El rubio sonrió y besó a su esposo antes de salir para ayudar a su hija con el desayuno.

Las semanas pasaron y todo se arregló para la familia. Las vacaciones de verano estaban siendo muy buenas y todos pasaban muchas horas en casa. Los tres hijos de la pareja se habían tomado muy enserio la labor de cuidar de su padre para que el embarazo fuera perfecto y sabían que tenían demasiado cuidado, pero pensaban que era mejor prevenir.

Blaine había dejado sus ensayos para el papel de protagonista, aunque seguía componiendo y escribiendo para la obra. Su papel lo tomaría su sustituto y buscarían a otro para que fuera el sustituto hasta que el actor pudiera retomar sus labores tras el parto.

Los cinco fueron juntos al ginecólogo. Estaban muy ilusionados porque esperaban que les dijeran el sexo del bebé. Sam estaba algo preocupado por si había malas noticias, los niños a su alrededor podrían ser un problema. Sin embargo, no había conseguido que se quedaran en casa.

El médico les sonrió mientras pasaban y Blaine y Kevin fueron los dos que tomaron asiento ya que sólo había dos asientos. Después de que el paciente respondiera a varias preguntas sobre como se sentía, algunas de las cuales fueron respondidas por los hijos, se tumbó en la camilla para hacer la ecografía.

La prueba comenzó y Evans rió al darse cuenta de que sus hijos lo habían desplazado. Valerie sujetaba una de las manos de su marido mientras Alex sujetaba la otra, dejando a Kevin junto al doctor, mirando la pantalla para ver a su hermano. El moreno lo miró con curiosidad y él sólo negó con la cabeza, ya tendría tiempo de contarle lo que estaba pasando.

– Parece que es una niña. – El ginecólogo informó y todos lo celebraron. Sam se agachó para besar a su esposo, aunque se ganó alguna protesta de los menores.

– ¿Se puede ser más asqueroso? – Alex preguntó y su hermana puso sonrisa pícara, esa que usaba cuando iba a hacer algo contra los dos menores.

– ¿Has pensado en lo que han tenido que hacer para que tengamos una hermanita? – La castaña preguntó "inocentemente". Los dos chicos pusieron cara de asco.

– Val... No molestes a tus hermanos. – Blaine comentó algo molesto.

– No es mi culpa, no soy yo la que se molesta porque sus padres se quieran. – La menor dijo inocentemente. Lo cierto era que todo lo ocurrido le había dado otra perspectiva. Su familia era más que perfecta, aunque le había costado entenderlo. Y después de la pequeña crisis entre sus padres, verlos tan enamorados y felices era más que perfecto para ella.

– Doctor... El embarazo va bien, ¿no? Quiero decir, es una niña y eso, pero está sana, ¿verdad? – Sam preguntó, intentando volver a lo que realmente le importaba.

– Sí... ¿Ha dado la sensación de lo contrario? ¿Algún síntoma extraño que no me hayáis mencionado? – El médico preguntó confuso.

– ¡No! Es sólo que... Dijiste que era un embarazo complicado... – El rubio explicó.

– La niña está bien, Blaine se está cuidando... La parte más complicada del embarazo ya ha pasado, aunque eso no significa que no pueda haber complicaciones. De momento no hay nada que te tenga que preocupar. Seguid así y seguramente tendréis a vuestra pequeña muy pronto. – El ginecólogo lo tranquilizó.

Todos se alegraron por la noticia y decidieron celebrarlo con unos batidos en uno de sus lugares favoritos. Sobretodo cuando el embarazado mencionó que tenía antojo de uno de chocolate y caramelo. Sam agarró la mano de su esposo durante todo el camino, no podía esperar a estar a solas y poder celebrar la feliz noticia. Pero antes, tenían que compartir la celebración con su familia.

No Pierdas La Esperanza (Blam - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora