CAPÍTULO 12: ¿NIÑO O NIÑA?

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N/A: Muchas gracias a todos por comentar. Siento no haber actualizado ayer, día largo... La semana que viene no actualizo porque estaré de viaje, pero nos leemos en dos semanas.

CAPÍTULO 12: ¿NIÑO O NIÑA?

Blaine y Sam estaban en su apartamento, tumbados en el sofá viendo la película de Avatar. El moreno tenía su cuerpo sobre el de su novio, que lo acariciaba con la misma dulzura de siempre. De vez en cuando se robaban un beso, aún siendo poco conscientes de que eran pareja por lo increíble que siempre les había parecido. El ojimiel estaba en el cuarto mes de embarazo y las cosas iban muy bien. Apenas llevaban una semana de relación, pero parecía como si llevaran toda la vida. Se conocían y compenetraban como muy pocas parejas lo hacían.

– Mañana tengo la ecografía... ¿Vendrás conmigo? – El más bajo preguntó.

– Claro que sí, no me la perdería por nada... Además, será cuando nos digan el sexo del bebé, ¿verdad? – El rubio preguntó moviendo sus manos al vientre de su amado para acariciar la parte donde estaría el bebé.

– Sí, ¿quieres saberlo? – El actor preguntó sonriente.

– Me encantaría... Pero si tú prefieres esperar, no tengo inconveniente. – El ojiverde aclaró antes de besar el cuello del otro.

– Mmm... Yo también quiero saberlo. – Anderson estaba excitándose con las caricias de su novio. El embarazo lo hacía sentirse con más deseo del habitual, aunque todavía no hacían nada al respecto. Entre que él no estaba preparado para dar ese paso por culpa de la violación y que el más alto no estaba preparado para dar ese paso con un chico, preferían esperar.

– ¿Tienes alguna preferencia? – El más alto cuestionó mientras continuaba acariciando a su pareja.

– Sólo quiero que nazca sano. ¿Tú tienes preferencia? – Blaine quiso saber.

– Me gustaría que fuera niño. – Evans susurró dulcemente y luego besó al otro, deseando perderse en los labios de su amado, sintiéndose como si fuera la primera vez que disfrutaba de la felicidad que le producía estar junto a su novio.

Sam acompañó a Blaine a la ecografīa. Los dos estaban nerviosos porque les dirían como avanzaba el embarazo y con suerte, el sexo del bebé.

Los dos entraron de la mano a la consulta del doctor. No era la primera que le realizaban, por lo que sabía que tenía que hacer. Saludó al doctor antes de tumbarse en la camilla y se subió la camiseta, dejando ver su vientre redondeado. El ginecólogo puso el gel frío sobre la zona antes de comenzar con la ecografía.

El rubio se quedó de pie junto a la camilla y entrelazó sus dedos con los de su novio. Necesitaba sentirse conectado a él en esos momentos porque en tan sólo unos segundos todo podía cambiar.

Las imágenes comenzaron a verse en el monitor. El médico les indicaba las partes que se iban viendo del bebé mientras la pareja sonreía emocionada. Estaban viéndolo de manera más clara que nunca.

– Parece que podemos ver el sexo del bebé... ¿Desean saberlo? – El doctor preguntó con una sonrisa.

– Sí. – Los dos dijeron a la vez, apretando más fuertemente las manos que tenían entrelazadas.

– Bueno... Debo decir que parece que es una niña. – El ginecólogo comentó.

– ¿Niña? – Blaine preguntó con los ojos cristalizados por las lágrimas de emoción que estaba conteniendo. Su bebé dejada de ser algo abstracto con cada dato nuevo que conocía. Por primera vez se imaginó a una pequeña rubia de ojos verdes gateando por su apartamento. Su sonrisa se tambaleó al darse cuenta de que esa visión no se cumpliría, por mucho que Sam ejerciera de padre para la niña, genéticamente era imposible que se pareciera a él.

– Sí, es una niña.

Sam sujetaba con firmeza la mano de su novio mientras salían de la consulta del doctor. Decidieron tomar un chocolate caliente antes de volver al apartamento. El rubio estaba preocupado porque había notado que Blaine había tenido un momento de tristeza en la consulta y quería hablar con él para tranquilizarlo.

– Ayer dije que prefería que fuera niño pero voy a quererla igual. Es parte de ti por lo que no puedo hacer otra cosa que amarla. – El ojiverde intentó aclarar.

– Lo sé. – El moreno abrió los ojos sorprendido por las palabras de su pareja y dejó claro rápidamente que no era eso lo que le había entristecido. – Simplemente he imaginado una niña rubia de ojos verdes gateando por el apartamento y me he dado cuenta de que no va a ser así.

– De momento. Tendremos más niños, al menos uno más y... Pienso esforzarme al máximo para que se parezca a mí si eso es lo que quieres. – El más alto sonrió para tranquilizarlo.

– Yo también quiero que tengamos más de uno... Creo que me gusta el número tres... Y tienes razón, habrá tiempo para tener un niño o niña que se parezca a ti. – Anderson estaba más feliz.

– Te amo. – Evans susurró sonriente.

– Yo también te amo.

Blaine se había ido al teatro a trabajar pero Sam tenía el día libre porque al tener distinto horario al de su novio, la visita había sido en el tiempo libre del moreno. Eso consiguió que el rubio tuviera un ataque de pánico. Había un motivo para que él quisiera que el bebé fuera niño. Sabía todo lo que debía saber para ayudarlo. Sin embargo, las mujeres siempre habían sido un misterio para él. ¿Cómo se ponen las medias y los pantys? ¿Como se hace una coleta o una trenza? ¿Cómo se ata el lazo en un vestido? Y no quería ni pensar en los problemas que tendría más adelante... ¿Cómo se hace una manicura? ¿Cómo se maquilla una adolescente? ¿Cómo se resuelven sus dudas sobre la menstruación o sobre sexo?

Demasiados problemas que no sabía cómo resolver y no quería que toda la responsabilidad cayera sobre Blaine, sobretodo teniendo en cuenta que probablemente tampoco sabría nada. Sacó su teléfono y realizó una llamada. Tal vez no era una buena idea, pero era la mejor opción que tenía.

– Más vale que sea bueno, Boca Trucha. – Santana respondió al teléfono después de tres tonos.

– Es una niña. – Sam susurró ilusionado y asustado.

– ¿Niña? ¡Eso es fantástico! Vais a protegerla y mimarla muchísimo, de eso estoy segura... ¡Britt! ¡Es niña! – La latina gritaba feliz.

– ¡Santana! Necesito hablar contigo seriamente. – El rubio pidió.

– Claro. – La morena comentó con un tono claramente diferente al anterior.

– Es niña y... Tengo miedo, no sé que hacer. Hay muchas cosas que no voy a saber y... – Evans estaba nervioso y su amiga decidió cortar su sinsentido.

– Entiendo que estés asustado, pero tienes muchas amigas que van a estar a vuestro lado para ayudar en lo que necesitéis. Os explicaremos cualquier duda que tengáis y, si es necesario, ejerceremos nuestra labor de tías y solucionaremos el problema. Vais a ser grandes padres y esa niña realmente es muy afortunada.

Los dos amigos siguieron conversando, Lopez intentando disipar todas las dudas de Sam. Le costaba entender que tuviera tantas. Tanto Blaine como él tenían un gran corazón y si conseguían transmitirle a su hija la mitad de su bondad, optimismo y generosidad, esa niña se convertiría en una gran mujer.

No Pierdas La Esperanza (Blam - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora