CAPÍTULO 37: LA CHARLA
Cuando Blaine llegó, toda la familia pudo notar que había estado corriendo. El mensaje que le había mandado Sam lo había alertado. Algo pasaba con su hija y quería saber qué era y cómo solucionarlo. Muchas cosas habían pasado por su mente. A pesar del "Todo está bien" y el "No te preocupes, no es grave", había imaginado demasiadas cosas, desde un embarazo (algo que realmente hacía que se sintiera enfermo) hasta que ella hubiera sufrido una experiencia similar a la que él tuvo quince años atrás y que supuso la llegada de su pequeña princesa).
Cuando el rubio vio a su marido con la cara totalmente desencajada, se levantó con la esperanza de que sus hijos no se dieran cuenta y lo besó en los labios con amor, para después juntar sus frentes antes de susurrar.
– Está bien, no te preocupes. Sólo necesitamos tener una conversación con ella.
Volvieron a besarse pero apenas durante dos segundos porque fueron interrumpidos.
– ¡Papá! ¿Por qué no esperáis a después para eso? Yo tengo que terminar el trabajo de biología. – Valerie interrumpió con cara de desagrado. – Luego ya podréis seguir con eso... Aun no puedo creerme que con lo viejos que sois seáis peor que mis amigos...
– ¿Subimos a ver en qué puedo ayudarte? – Blaine preguntó mientras se volvía para mirarla y ella asintió levantándose.
– Está estudiando la genética de los grupos sanguíneos y necesita saber nuestros grupos para hacer una demostración real. – El ojiverde explicó a su esposo que se volvió para verlo, su expresión reflejaba el miedo de lo que eso implicaba.
– Alex, Kevin, quedaros aquí mientras nosotros vamos a ayudar a Val. ¿Os parece bien? – El moreno reaccionó, era una conversación delicada y necesitaba que sus hijos no interrumpieran.
– ¿Podemos jugar con los videojuegos un rato? – El rubio preguntó.
– Ya habéis jugado por la tarde y no creo que tardemos tanto, cenaremos en cuanto hayamos terminado con eso. – Sam explicó con paciencia antes de subir a la segunda planta para ir a la habitación de su hija.
Mientras la joven se sentó en la silla de su escritorio, sus padres se sentaron en la cama. El rubio rápidamente agarró con fuerza la mano de su esposo para reconfortarlo. Sabía que era una situación delicada para ambos y no sabían cómo iba a reaccionar la menor.
– ¿Por qué parecéis preocupados? Sólo me tenéis que decir los grupos sanguíneos. – Valerie miró a sus padres con el ceño fruncido.
– Es más complicado que todo esto... Sabes que tu padre y yo celebramos nuestro aniversario el día de año nuevo, ¿verdad? – Blaine empezó a explicar. Su marido y él todavía celebraban el día en el que había empezado todo.
– Sí, pero no sé que tiene que ver con lo que estamos hablando. – Ella seguía confundida.
– Tu naciste en mayo... Cuatro meses después de que tu padre y yo comenzáramos nuestra relación. – El moreno siguió explicando pero fue interrumpido.
– Es imposible. Yo pensaba... – La castaña no sabía como explicarlo.
– Cariño, yo sabía que tu padre estaba embarazado y no me importó. Él quería ser padre y yo iba a estar a su lado y te amo exactamente igual que a Alex y a Kevin. – Sam intervino.
– ¿Pero yo no soy tu hija? – Los ojos azules de la adolescente estaban cristalinos por la cantidad de lágrimas que ella contenía.
– Biológicamente no, pero en todo lo demás sí. Tanto legalmente como en mi corazón, tú eres mi hermosa y dulce princesa. – El rubio fue tajante, no quería que le quedara ninguna duda de eso.
– ¿Quién es mi padre? – Ella miró a Blaine y él se dio cuenta de que estaba enfadada. Había un límite que no iba a cruzar, jamás le diría a su hija que era fruto de una violación.
– No lo sé. – El padre informó. No era una mentira, habían sido varias las personas que lo agredieron esa noche por lo que no sabía cuál de todas ellas era la que había puesto sus genes.
– ¿Querías ser padre y fuiste a una clínica de donación de semen o algo? – Ella volvió a fruncir el ceño, no tenía ningún sentido.
– No fue así, cariño. – El ojimiel respondió y notó como la mano del rubio apretaba aun más la suya para darle apoyo.
– ¿No sabes quién es porque fue una relación de una noche o porque hay varias personas que podrían ser mi padre? – Valerie preguntó. Anderson miró a su esposo, no quería mentirle a su hija pero responder a esa pregunta con sinceridad y sin contarle que fue una agresión podría dar muy mala imagen de él. Evans lo miraba con cariño, transmitiéndole que él le apoyaría dijera lo que dijese.
– Un poco por las dos cosas. – Blaine respondió, haciendo que su hija abriera los ojos como platos.
– ¿Te acostaste con extraños sin usar protección? ¡Papá! Luego me dices a mí que sea responsable con mis decisiones pero tú...
– Val, princesa. No quiero que pienses que puedes cometer una locura... Yo tenía 25 años, había terminado mis estudios, estaba trabajando en un teatro y no dejé de ser responsable en ningún momento... Cuando me enteré de que estaba embarazado, tuve opciones. Hubo gente que quiso convencerme de que abortara o de que te diera en adopción, pero yo no quise... Eras mi bebé. – El moreno explicó.
– Esas personas... ¿Saben que estabas embarazado o nunca se enteraron? – La castaña preguntó.
– Me vieron embarazado. – El ojimiel respondió.
– ¿Todos? – Ella quiso saber.
– Todos. – Por más doloroso que era para Anderson, debía ser todo lo sincero que pudiera con su hija.
– ¿Es el tío Kurt uno de mis posibles padres? – Valerie preguntó, sabía que Blaine había sido su pareja.
– No. Me quedé embarazado semanas después de que mi relación acabara con él. Está descartado. – El moreno aclaró.
– Quiero estar sola un rato. Luego te aviso para que me ayudes en el proyecto. – La ojiazul pidió y sus padres salieron.
Anderson cerró la puerta de la habitación de su hija y dejó salir las lágrimas que había estado conteniendo. Sabía que Valerie estaba igual y eso le dolía aun más. Sintió los brazos de Sam a su alrededor, sosteniéndolo como siempre, como cada vez que él lo necesitaba. Blaine se dejó guiar hacia su dormitorio, y se sentó en la cama. Se sentía algo débil, llevaba unos días así, pero pensaba que sería el estrés, algo a lo que su hija no estaba ayudando.
– Voy a preparar la cena. Descansa hasta entonces. – El rubio besó la frente de su amado antes de salir. Sabía que necesitaba un momento a solas para relajarse y él iba a encargarse de todo. Lo último que querían era que Alex y Kevin sospecharan algo, al menos hasta que la propia Valerie decidiera que lo supieran.
Cuando el moreno se quedó solo, sintió como las ganas de vomitar aparecían. Corrió al baño e intentó ser lo más silencioso posible. No era la primera vez que se sentía así en las últimas dos semanas. Uno de sus compañeros le había dicho que era normal, que estaba estresado. Era demasiado para su cuerpo tener tres hijos, estar todavía modificando el guión de la obra y las canciones para que encajaran a la perfección mientras ensayaba las partes que ya estaban terminadas.
Aun así, cada vez que ocultaba sus síntomas a su marido se sentía peor. No quería preocupar a nadie pero cada vez parecía más difícil. Deseaba tener el guión y la música terminada para poder descansar un poco. Y que su hija no se tomara muy mal la noticia que acababa de recibir, o su estrés no le dejaría en paz en una larga temporada.
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No Pierdas La Esperanza (Blam - boyxboy)
FanfictionA veces a las buenas personas les ocurren cosas malas. Hay veces que por más que quieras conseguir algo, no encuentras el momento de dar un paso para alcanzarlo. La paciencia y la valentía son dos cualidades necesarias para no perder la esperanza...