CAPÍTULO 1: COMIENZA LA PESADILLA

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N/A: Hola a todos... Aquí estoy con mi nueva historia Blam... Y debo reconocer que tengo "miedo". La historia de Anything Could Happen vuelve a repetirse... Esta historia era un One-Shot y a día de hoy tiene entre 6-10 capítulos... La verdad es que no sé cuantos acabará teniendo porque, por si no lo sabéis, ACH también empezó así y tiene 56 capítulos más 5 especiales...

ADVERTENCIA: Esta historia contiene escenas violentas, hay relaciones no consentidas (aunque no tengo intención de ser muy descriptiva en ese aspecto) y embarazo masculino. Entiendo que si lees esta historia estás de acuerdo con esas condiciones.


NO PIERDAS LA ESPERANZA

CAPÍTULO 1: COMIENZA LA PESADILLA

Blaine pensaba que tenía una vida tranquila. Vivía en Nueva York desde hacía cinco años. A sus veintitrés, había conseguido su primer papel protagonista en una obra musical, vale, era Off-Broadway y no tenía mucha calidad pero era un gran logro para él. A alguien se le había ocurrido aprovechar que los vampiros estaban de moda para usarlos en un musical. Pero no podía quejarse, las adolescentes llenaban las sesiones de una manera considerable.

Era cierto que había roto hacía dos meses con Kurt, el que había pensado que era el amor de su vida. Siete años de relación (no seguidos ya que rompieron durante un tiempo por culpa de la distancia), ese había sido el tiempo que habían estado juntos. No podía negar que había pasado una mala temporada, pero se centró en el trabajo y pronto se repuso. En ese momento estaba abierto a todas las posibilidades... Bueno, salvo salir con una chica, eso estaba fuera de cualquier plan para él.

Era tarde, muy tarde. Como siempre, se había retrasado en el teatro por culpa del maquillaje y por atender a sus "fans". El camino a casa no era muy largo, apenas unos quince minutos andando. El ojimiel utilizaba esos minutos para dejar por el camino todos los problemas y preocupaciones relacionados con su trabajo. Quería estar tranquilo para cuando llegara a su apartamento.

Su hogar... No era un edificio, era una persona. Era su mejor amigo, ese al que llevaba amando en secreto... ¿Seis años? Sí, era algo hipócrita estar con una persona cuando amas a otra, pero él no conocía una manera de olvidar a la persona que había ocupado su corazón durante tanto tiempo. Tal vez él tampoco se había esforzado en olvidarlo... Es decir, si realmente hubiera querido superar esos sentimientos podría haber puesto algo de distancia con él pero... En vez de eso, en cuanto hubo un problema con Kurt, se mudó con él para "poner algo de distancia y así evitar el fin de su relación con Hummel". No entendía como había conseguido que su ex se "tragara" semejante mentira.

El tiempo había demostrado que era lo mejor, esa relación no iba a ningún lado y su amistad con Sam... Bueno, un día sin su mejor amigo era casi como un día sin comer... Podía conseguir aguantarlo, pero no era nada saludable. Eran muy cariñosos, al menos entre ellos. Estaban constantemente dándose abrazos, pasando sus brazos por los hombros del otro, dándose pequeños golpes o palmadas, poniendo sus manos en los hombros del otro... Algo nada apropiado para dos personas que sólo se profesan amistad... Pero Evans era heterosexual y no había manera de que pudiera fijarse en él.

Debía admitir que su vida no parecía tan tranquila como él la veía, pero él era feliz y eso era lo que importaba, ¿no?

Esa noche, sin embargo, todo cambió para él. Su vida ya no volvería a ser igual, ya no sería tranquila y equilibrada. Y todo por culpa de ellos...

Eran cinco hombres que giraron en una esquina, en el cruce de dos calles principales. Caminaban a tan solo diez metros delante de Blaine, nada raro en las transitadas vías de Nueva York. Lo inusual llegó cuando ellos disminuyeron la velocidad hasta que el moreno quedó a poca distancia. Uno de ellos se volvió y agarró al ojimiel. El grito que éste emitió fue escuchado por varios transeúntes pero ninguno hizo nada para ayudarlo y pronto una mano se posicionó en su boca para evitar que volviera a gritar.

Anderson estaba asustado, no sabía lo que iban a hacer con él pero algo tenía claro, eran cinco hombres más altos y más fuertes que él, de nada le servirían sus clases de boxeo. Lo arrastraron con facilidad hasta un callejón nada transitado, lo que asustó aun más a Anderson.

Uno de los agresores le arrancó la camisa para dejar su torso descubierto. La mirada de deseo del hombre lo explicaba todo. Los hombres lo obligaron a tumbarse en el suelo a la fuerza y terminaron de retirar toda la ropa. Blaine comenzó a llorar porque sabía lo que pasaría. Uno de los hombres se bajó un poco los pantalones y se posicionó sobre él. Todo lo que sentía era dolor, asco y humillación. Sólo quería que todo acabara cuanto antes.


Sam miró el reloj que llevaba en su muñeca izquierda por décima vez en los últimos cinco minutos. Estaba tan nervioso que ni siquiera podía estar sentado, por lo que caminaba por el salón de su apartamento. Hacía más de media hora que Blaine debería haber llegado a su hogar pero no sabía nada de él. Había intentado llamarlo por teléfono pero no respondía y eso sólo conseguía aumentar la preocupación del rubio. El teléfono sonó y el ojiverde rápidamente se levantó para responder.

– ¿Blaine? ¿Dónde estás? – Evans rápidamente preguntó.

– Sam, soy Kurt. Me han llamado del hospital, han encontrado a Blaine inconsciente en algún lugar. No sé nada más. Yo ya estoy en camino.

– ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no me han llamado a mí para informarme? – El rubio estaba confuso.

– No sé qué ha pasado, no me han dicho nada y creo que Blaine no había cambiado su persona de contacto en caso de emergencia. Te mando un mensaje con la dirección, nos vemos en el hospital.

Evans colgó y rápidamente fue a buscar su chaqueta y escuchó que su móvil sonaba indicándole que tenía un mensaje. Sabía que sería de Hummel y no necesitaba leerlo hasta que llegara al taxi.


Sam entró corriendo al hospital y allí vio a Kurt, que lo estaba esperando en la recepción de urgencias. Se acercó a él ansioso, pero también con miedo, si el castaño descubriera su secreto... Pero no, nadie podía saberlo. Sólo se lo había confiado a Tina y ella había mantenido su promesa de no contárselo a nadie, cosa que parecía extraña viniendo de la asiática, pero era mejor amiga de lo que nadie podría creer jamás...

– ¿Sabes algo? – El rubio preguntó nada más llegar y en ese momento se dio cuenta de las lágrimas de su amigo.

– Lo han asaltado y lo han violado. Le dieron un golpe en la cabeza y estuvo unos minutos inconsciente... Me han dicho que tiene varias heridas y que están esperando los resultados de algunas pruebas para asegurarse de que no tenga alguna enfermedad. Lo están atendiendo junto a la policía para extraer muestras y así intentar atrapar a los monstruos que le han hecho eso... No podemos verlo todavía. He llamado a los demás, así que estoy esperando a todos, vendrán a buscarme aquí. – El ojiazul miró a su amigo, que estaba totalmente en shock. – Estará bien, Sam, ya lo verás. Es más fuerte de lo que parece, se recuperará.

Antes de que Evans pudiera responder, Brittany y Santana se acercaron a ellos corriendo. La latina abrazó a Kurt, que se dejó consolar. Sin embargo, la rubia abrazó al ojiverde con más cariño del que se habían mostrado desde que su relación de instituto terminara. El castaño volvió a repetir la misma explicación para ellas, aunque pronto llegaron Artie y Rachel y tuvo que repetir lo mismo. Cuando llegó Trent, fue Sam el que le explicó ya que apenas conocía a los demás. Nixon había llegado a Nueva York tras graduarse en Cambridge, Inglaterra. Su proyecto final había sido tan espectacular que una empresa americana lo había contratado nada más acabar sus estudios y por eso residía en la gran manzana y trabajaba en una oficina enorme en uno de los grandes rascacielos de la ciudad.

No Pierdas La Esperanza (Blam - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora