CAPÍTULO 11: SINCERIDAD

251 22 3
                                    

CAPÍTULO 11: SINCERIDAD

Por fin, Blaine y Sam estaban a solas en su apartamento. No era que no les gustara la compañía de Mike y Tina. Simplemente necesitaban hablar de lo que había ocurrido entre ellos y aclarar los términos de su relación, fuera la que fuese. Los dos estaban nerviosos e ilusionados a partes iguales. Tenían esperanza de que fueran a empezar un noviazgo, pero temas como la sexualidad del rubio, el embarazo del moreno o Kurt eran cosas que debían tratar. Sin embargo, antes de eso decidieron disfrutar del sabor de sus labios durante unos minutos. Sus lenguas jugaban juntas como si se conocieran desde siempre. Todo era sencillo y natural entre ellos, desde el principio de su amistad se habían compenetrado de una manera única.

El ojimiel no sabía qué hacer con sus manos. Deseaba sentir la piel de su amado, esos abdominales que seguía ejercitando a pesar de haber dejado la profesión de modelo por la de ilustrador. Pero el miedo a que una caricia se convirtiera en algo que dañara o asustara al otro le impedía seguir sus deseos. No quería presionar a su amado en su primera vez con un chico, sabía que había diferencias que eran difíciles de asimilar.

El más alto, por su parte, acariciaba con dulzura el vientre del otro, sintiendo la ligera curva que aún podía disimularse con ropa ancha y que podía permitir que los demás pensaran que simplemente había engordado un poco, incluso culpando al trabajo, ya que no se movía tanto como cuando era actor y debía bailar las rutinas de las canciones.

Su otra mano se situaba en la mejilla ajena. Era una sensación nueva para él porque el otro empezaba a tener algo de barba, aunque muy corta. Era lo justo para que él experimentara algo diferente a lo que había vivido con sus anteriores parejas. Y debía reconocer que le encantaba.

Después de varios minutos besándose y acariciándose, se separaron unos milímetros para poder mirarse a los ojos, perdiéndose en el color y el brillo único que tenían, sintiendo que se enamoraban un poco más cada segundo que pasaba.

– Tenemos que hablar. – Blaine susurró juntando su frente con la del otro. No tenía pensado dejar de sentir la piel de su amado, al menos a corto plazo.

– Lo sé pero... ¿Estamos bien? Quiero decir... No tengo que preocuparme, ¿verdad? – Sam quiso saber, mostrando lo desconcertado que estaba al no saber qué quería hablar el otro.

– No lo sé. Tenemos que dejar todo claro antes de empezar para que luego no nos hagamos daño por culpa de cosas que se podrían haber hablado. Por ejemplo, el que tú ahora te sientas atraído por mí después de tantos años siendo heterosexual. – El moreno comentó.

– Esa es fácil. – El rubio sonrió tranquilo. – Tú y yo tuvimos una conexión increíble cuando comenzó nuestra amistad. Podíamos ser nosotros mismos, sin miedo a ser juzgados. Nunca había tenido un mejor amigo, por lo que no notaba la diferencia. Cuando descubrí tu crush, me gustó. Siempre pensé que era algo halagador, me gustaba sentirme deseado... Cuando comentaste que le propondrías matrimonio a Kurt... No me gustó, pero decidí apoyarte porque eso era lo que hacían los amigos. Cuando Kurt aceptó... Dolió como nunca pensé que lo haría, pero no podía hacer nada. Al principio pensé que eran celos de amigos, que lo que me molestaba era que pasarías más tiempo con él que conmigo. Pero pronto me di cuenta de que no debería molestarme de esa manera que os besarais o el pensar en lo que haríais a solas... Entonces, un día casi al final del curso, lo entendí. Llevo años esperando mi oportunidad, enamorado de ti... Pero no quería hacerte daño, por lo que no iba a romper tu relación con Kurt, esa por la que tanto habías luchado. Cuando rompisteis... Me alegré, tendría mi oportunidad, pero no quería ser un rebote, por lo que decidí esperar para que estuvieras seguro. Luego pasó lo de... Ya sabes... Y no encontré el momento.

El más bajo lo miró sorprendido. No se había dado cuenta de nada durante esos años. Siempre había pensado que su amigo era heterosexual y jamás tuvo la más mínima sospecha de lo contrario. De haber sido así, la historia habría sido muy diferente.

– Sam... Estoy embarazado... – Anderson bajó la mirada, triste porque la oportunidad de su vida se había marchado antes de poder disfrutarlo. Al menos, eso era lo que él pensaba.

– Y yo voy a ser padre. Te amo y quiero que formemos una familia. No voy a mentir, va a ser antes de lo que me habría gustado pero estoy preparado. – El ojiverde estaba decidido.

– No es tu bebé. No tienes que... – El actor intentó razonar pero fue interrumpido.

– Afortunadamente, no hacen pruebas de ADN a los padres... Yo seré su padre, también legalmente. No hay nada más que decir al respecto. No estás solo. – El más alto puso su mano en la barbilla del otro para obligarlo a que levantara la cabeza y lo mirara a los ojos. – Yo voy a estar a tu lado en lo bueno y en lo malo. Mi corazón te pertenece.

– Oh, Sam. – Anderson no pudo resistirse. Las palabras de Evans habían conseguido disipar sus dudas, por lo que besó a su novio con fuerza y pasión, sin ningún miedo. Los dos se perdieron en ese beso, dejando que sus sentimientos los guiaran en ese momento único.

– Yo quiero que hablemos de Kurt. – El rubio propuso.

– ¿Qué quieres saber?

– Quiero que me digas que sientes por él. – El ojiverde exigió.

Blaine lo miró con dulzura, le encantaba que se tomara todo tan en serio y... ¿Por qué negarlo? Esos celos también le mostraban lo que sentía, eso significaba que le importaba.

– Si soy realmente sincero, nunca he sentido por él lo que siento por ti. Lo he amado, eso es cierto, pero eso murió cuando él se vino a Nueva York. Volví con él porque lo quería y la persona a la que amaba... Siempre pensé que no me correspondía y que sólo me veía como un amigo. – El moreno se disculpó, algo sonrojado y avergonzado.

– Hemos sido algo necios. – Evans susurró.

– Lo que realmente importa es que a partir de ahora, vamos a estar juntos... ¿verdad? – El ojimiel preguntó.

– Para siempre.

Volvieron a besarse con todo el amor que habían acumulado durante años. Ese era su momento y nada ni nadie lo estropearía. Después de unos minutos así, Blaine se separó un poco y se quedó mirando a Sam con el ceño fruncido.

– ¿Pasa algo? – El rubio preguntó mientras acariciaba el dorso de su mano con el pulgar.

– ¿Se lo has contado a Tina? – El moreno preguntó.

– Sí, es la única que lo sabe... Bueno, era la única, ahora lo sabrán todos pero... No me importa, eso que quede claro... – El ojiverde respondió.

– ¡Ahora lo entiendo todo! Lleva años intentando que te confiese lo que siento pero... ¡Nunca me dio por pensar que era porque sabía la respuesta! – El más bajo gritó.

– ¿Tú le habías contado lo que sientes por mí? – Evans cuestionó.

– ¡Claro! Necesitaba desahogarme con alguien. – El ojimiel apoyó su cabeza en el hombro de su novio.

– Lo sorprendente es que ella haya sido capaz de guardar el secreto de los dos durante tantos años... Más sabiendo que nosotros podríamos estar juntos si tan sólo el secreto saliera a la luz... – El más alto reflexionó.

– No quería traicionarnos, somos sus mejores amigos... Simplemente debimos haberla escuchado. – Anderson se abrazó con fuerza al otro.

– No me habría molestado que no guardara mi secreto. – Sam besó la frente de su chico.

– A mí tampoco.

Los dos decidieron que ya no tenía sentido seguir pensando en lo que podían haber hecho. Tenían que centrarse en lo que sí había pasado y eso era que habían empezado una relación y que se amaban por encima de todo.

No Pierdas La Esperanza (Blam - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora