CAPÍTULO 30: LO INESPERADO
Blaine y Sam tuvieron una más que perfecta luna de miel. Sin embargo, todo lo bueno acaba y ellos tenían tuvieron que volver a la rutina. Valerie estaba obsesionada con su próximo hermanito y no dejaba que nadie se acercara a la tripa del moreno, ni siquiera su recién estrenado esposo. Sobretodo porque el actor estaba en el cuarto mes de embarazo y empezaba a notarse una curva en su vientre. Los dos adultos se preguntaban qué pasaría cuando tuviera a su hermanito o hermanita con ella.
La pequeña se coló en la habitación de sus padres, que estaban dormidos y se subió a la cama muy despacio. Ella no era consciente de la suerte que habían tenido los mayores. La noche anterior se habían amado como hacían casi siempre y la mayoría de veces acababan durmiendo desnudos, sobretodo con el calor del verano. Sin embargo, sabiendo lo rara que estaba la niña con todo el asunto del hermanito habían decidido ponerse algo para dormir. Blaine llevaba un pijama ligero de verano y Sam una camiseta vieja de baloncesto sobre sus calzoncillos.
El moreno se movió al sentir un nuevo bulto moviéndose cerca de él y agarró a su hija de la cintura para tumbarla entre su marido y él.
– Deja a papá dormir, está cansado. – El ojimiel susurró y la niña asintió.
– Una pesadilla. – La niña también habló bajito para no molestar al otro. En ese momento, Anderson abrió los ojos para ver que los de su hija estaba con los suyos rojos y con lágrimas.
– Puedes dormir con nosotros si quieres. – Blaine limpió la cara de su hija con sus manos.
– No debería. – Sam intervino en la conversación ya que se había despertado. – Puede darte una patada mientras duerme.
– No lo haré. – Valerie hizo un puchero y miró a su padre poniendo esa cara que había aprendido de Anderson y que sabía que era irresistible para el rubio.
– Está bien... Pero acércate más a mí, así no tendrás la tripita de tu papá cerca. – El rubio agarró a su hija y la pegó a su pecho, haciendo que le diera la espalda al moreno.
Finalmente los tres se quedaron dormidos, abrazados y felices.
Valerie agitó a Blaine para despertarlo y éste abrió los ojos. Se dio cuenta de que Sam no estaba con ellos en la cama, por lo que dedujo que su esposo estaba en el baño o en la cocina.
– Papi enfermito. – La pequeña susurró y el moreno sintió como si lo hubieran despertado con una ducha de agua fría. Se levantó y caminó hacia el baño, donde encontró a su marido agachado frente al retrete, vomitando.
El actor suspiró, no era la primera vez esa semana, además de que había detectado otros síntomas en su marido. Si no fuera porque los reconocía perfectamente, estaría preocupado.
– Sam, amor... ¿Y si llamamos a Rachel para que cuide de Valerie mientras vamos al médico? – El moreno propuso.
– No es necesario. – El rubio se levantó y tiró de la cadena para después lavarse la cara y los dientes. Ambos habían tenido esa conversación antes. – Será algo que me ha sentado mal... No es grave, amor. No te preocupes.
El ojimiel recibió gustoso el beso en la mejilla que le dio su marido y, con una sonrisa, cruzó sus brazos.
– Sé que no es nada grave, pero creo que tendrías que hacerte alguna prueba... Si podríamos salir de dudas sobre mis sospechas sin movernos de casa, ¿lo harías? – El actor quiso saber.
– Sí, pero... ¿Qué sospechas? – El dibujante lo miró con la ceja alzada.
– Espérame aquí, tengo que salir.
Anderson lo besó en la mejilla antes de girarse y volver a su habitación para vestirse.
Sam vio a Blaine entrar en casa con una bolsa de la farmacia. Lo miró intrigado, pero sólo pudo sacarle una sonrisa antes de que se acercara y lo besara en los labios con tanto amor que arrancó un suspiro del rubio.
– ¿Por qué tanto misterio? – El ojiverde no pudo evitar preguntar, la intriga lo estaba poniendo de los nervios.
– Sé que te va a sonar raro pero... Antes de nuestra luna de miel cuando intimábamos no usábamos protección y siempre hemos sido versátiles. Por eso creo que... Tal vez... – El moreno se sonrojó mientras sacaba un test de embarazo. El dibujante se quedó sin palabras. Entendía lo que su marido estaba diciendo pero le costaba creerlo. ¿Habían estado años intentando tener un hijo y, cuando lo conseguían, lo hacían por partida doble? Sonaba algo surrealista para él.
– ¿De verdad crees que yo...? – No era que Evans creyera que no podía quedarse embarazado, era que parecía que el destino estaba jugando con ellos... Otra vez, al igual que cuando no encontraba el momento de decirle al que en ese momento era su esposo lo que sentía y luego descubrió que sus sentimientos eran correspondidos desde hacía años.
– Haz el test y saldremos de dudas.
Sam miraba el test de embarazo sin poder creérselo. Notaba las manos de su esposo acariciándole la espalda pero apenas lo tranquilizaban. Positivo. Marcaba positivo. Estaba aterrado, no por el hecho de estar embarazado, más bien porque los dos lo estaban. Él se había imaginado cuidando y consintiendo a su marido durante esos meses para que su hijo o hija naciera sano. Sin embargo, ahora ambos tenían que cuidarse. Parecía una broma.
– Llamaré al doctor Smith para que pueda confirmarnos el positivo. – Blaine intentó tranquilizarlo.
– Blaine... ¿Qué vamos a hacer con dos bebés? – El rubio preguntó.
– ¿Qué habríamos hecho si yo hubiera estado embarazado de gemelos? Luchar, Sam. Vamos a tener dos bebés y va a ser un caos pero estamos juntos y eso es lo que realmente importa. Siempre dijimos que queríamos tres hijos y los vamos a tener. Todo saldrá bien. – El moreno besó la frente de su esposo y se levantó para pedir una cita en la consulta del médico que llevaba su embarazo.
El doctor Smith entró en su consulta y se sorprendió al ver a la pareja esperándolo. Hacía una semana que Blaine había tenido su revisión y no habían podido descubrir el sexo del bebé, pero eso no era motivo suficiente para que estuvieran ahí.
– ¿Va todo bien? ¿Tienes algún problema con el embarazo? – El médico preguntó extrañado.
– Todo va bien, no estamos aquí por mí... Creemos que Sam también está embarazado y veníamos a confirmarlo. – El moreno explicó con una sonrisa tímida.
– Vale, avisaré a una enfermera para que realice las pruebas. Volveré en cuanto estén los resultados.
El doctor Smith volvió a entrar a su consulta para encontrarse con Sam y Blaine. Ya tenía los resultados y sólo quedaba darle la noticia a la feliz pareja.
– Los resultados son positivos. Señor Evans-Anderson, está embarazado. Sé que puede asustar la situación pero estoy convencido de que todo saldrá bien. Parece que hay dos meses de diferencia entre ambos embarazos y eso puede ser algo complicado pero nada de lo que preocuparse. Confío en que os ayudaréis y apoyaréis en todo.
El rubio miró a su esposo, que le sonrió. El moreno sabía que el otro sólo necesitaba tiempo para asimilar lo que les estaba pasando. Parecía una broma del destino, porque después de tres años sin conseguirlo, cuando se habían dado por vencidos y pensaban que no lo conseguirían, los dos se quedaban embarazados y tendrían dos bebés en sus vidas en siete meses. Y eso era una gran sorpresa.
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No Pierdas La Esperanza (Blam - boyxboy)
FanfictionA veces a las buenas personas les ocurren cosas malas. Hay veces que por más que quieras conseguir algo, no encuentras el momento de dar un paso para alcanzarlo. La paciencia y la valentía son dos cualidades necesarias para no perder la esperanza...