Capítulo 62

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—Eso no va a pasar, es una locura— Replicaban algunos de los protectores hablando a la vez.

—Nadie se va a quedar aquí— Exclamó Jane igual de preocupada, al menos ya podía hablar— Si uno escapa, escaparemos todos. No vamos a dejar a nadie atrás.

—No podremos huir todos, pensar eso sí es una locura— Repuso el gario— ¡Abran los ojos! No sirve de nada mentirse a sí mismos.

—Tenemos que hacer algo aquí todos juntos, no un intento fallido por hacer escapar a uno solo en medio de una legión— Replicó con determinación, y al oírla, Arani no se sintió algo apenado por lo cual solo pudo inclinar la vista hacia abajo sin saber qué decir.

No estamos en nuestras mejores condiciones, no tenemos mucha energía, y nos superan enormemente en cantidad...— Decía Jane.

—Eso no está ayudando— Respondió Belial, pero ella solo levantó la mano para frenarlo y seguir hablando.

—¡¿Y eso qué?!— Exclamó con enojo— ¡No me quedaré aquí esperando a que me maten!

Sus palabras despertaron a todos del letargo en el que estaban. Tenía razón. En ese momento, aún en el peor de los casos tenían solo dos opciones, o quedarse esperando a que lleguen a ellos y los maten, o hacer algo si de todas formas iban a morir.

—Por eso debes huir con el pilar, Jane— Exclamó Arani.

Yo sé que igual voy a morir, pero si a pesar de eso hay una esperanza de poner a salvo el pilar, eso salvará a muchos.

—Espera Arani, déjame terminar— Repuso igual de decidida que él.

No estaré esperando que esas últimas torres caigan y los acorazados vengan, las defensas no durarán mucho, lo sé— Dijo alzando la voz a la vez que iluminaba sus ojos y todo alrededor con su luz sanadora.

Así que no voy a descansar mientras aún tenga vida— Exclamó concentrando más poder para sanar lentamente a todos a la vez.

—Es impresionante...— Musitó un sanador observándola con gran admiración.

No voy a morir como una cobarde. ¡Moriré como una guerrera!— Exclamó viendo cómo los guerreros a su alrededor se empezaban a levantar aliviados gracias a su poder.

No puedo pedirles más de lo que han hecho ya, porque ha sido más que suficiente.

Todos hicieron más de lo que debían y rompieron sus propios límites, pero si piensan al igual que yo, y quieren seguirme una última vez, les pido por favor... levántense...— Decía viendo cómo los últimos guerreros se ponían de pie con sus armas en mano— No vacilen ante el enemigo— Hablaba acumulando más energía tan rápido como podía.

¡No dejen que llenen sus corazones con miedo!— Exclamó enfurecida al ver a los demonios afuera de la barrera.

Kein se acercó a ella y posó su mano sobre el hombro de Jane.

—Estamos contigo, Jane— Afirmó Kein con seguridad haciéndose a un lado para dejarle ver a todos los demás detrás de ella que se alzaban para luchar.

Los dos grupos se unificaron esta vez, en perfecta formación con los enormes garios adelante. Los sanadores iluminaban sus ojos con la luz, rebosantes de energía una vez más ayudando a acelerar la curación de Jane. Los elfos sujetaban sus armas en cada mano, preparados para el combate, y los garios golpearon puños una vez más como acostumbraban antes de luchar, empuñando sus pesadas armas de guerra con ambas manos para demostrar que estaban listos, esperando las órdenes de Jane para avanzar como había dicho, y sobre todo, dejando a un lado la duda que había en sus corazones antes, como guerreros de la luz que son.

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