Capítulo 38

35 1 0
                                    


...

Lo había estado pensando desde hace buen tiempo, sobre qué arma le gustaría tener, así que tomó una de las hojas de mano doble que llamó su atención desde que la vio.

—Tal vez esta sea mi arma— Pensó intentando levantarla.

Era bastante difícil poder levantarla, y mucho más poderla manejar, pero era sin duda emocionante tan solo poder portarla y sabía que no se correría riesgo de tener que usarla en la vigilancia.

—Buena elección— Dijo Tyrion emprendiendo el paso a la salida.

Sus sonrisa fingida intentaba ocultar el enorme esfuerzo que hacía al levantar el arma, no quería que Tyrion lo notara, pero él lo sabía desde un principio y aun así le permitió portarla.

Cuando se dirigía a la salida, casi a punto de llegar con Gabriel y los demás, Ren se detuvo y pidió que le dieran unos segundos más para hacer una última cosa.

—Estarás bien, no vas a morir, no hace falta que te despidas de tu amiga— Bromeó Gabriel a lo lejos haciéndolo avergonzar.

Con apuro se dirigió hacia donde Khara y Krístal estaban, y al llegar con ella empezó a hablar agitado.

—Khara...— Exclamó.

—¿Qué pasó? ¿Te robaste la armadura? ¡¿Estás demente?!— Preguntó con gran asombro al verlo portando las placas de los Forjaluz.

—No, me la prestó Tyrion, e—el comandante— Se corrigió.

—¿En serio?— Inquirió a punto de levantarse a pedirle una.

—Sabes, Tyrion dice que su verdadera fuerza está en el portador, y que ambas trabajan mejor en unión— Dijo con voz suave sujetando la hoja de Laia sobre la palma de sus manos.

Consérvalas tú— Dijo sonriente y acercando la hoja a ella.

—¿Qué?— Preguntó con asombro observando la hoja— ¿P—pero no irás a la guardia? La vas a necesitar, aunque espero que no...— Musitó entre dientes.

—El comandante me permitió tomar una prestada, no te preocupes por mí— Afirmó volteando un poco para mostrar el arma que cargaba en la espalda.

—¡No inventes!— Exclamó con emoción— ¡Es increíble!— Dijo buscando un objeto en el bolsillo de su abrigo.

—¿Qué haces?— Preguntó.

—Quédate así, de espaldas— Dijo levantando su teléfono para tomarle una foto.

—¡Gran idea!— Respondió posando para que le tomara las fotos.

Al ver a lo lejos la mirada confundida de Tyrion y Gabriel, Ren se giró de inmediato y continuó.

—S—sí... Entonces, ahora tú portarás las hojas gemelas de Laia— Dijo él intentando lucir serio nuevamente.

—Ren...— Soltó con algo de temor— ¿Crees que pueda con dos?— Preguntó dudosa.

—Yo solo espero que no tengas que usarlas, pero sí, estoy seguro que te serán de ayuda— Concluyó levantándose después de dejar las hojas en poder de Khara.

Ren se dirigió hacia donde estaba Krístal, a solo unos cuantos pasos, y dándole una sonrisa amable se arrodilló a su lado para ver a Astrid.

—Ojalá despiertes pronto...— Susurró rozando el brazo de Astrid suavemente con la palma de su mano— Volveré en un par de horas— Dijo despidiéndose de las tres, y luego partió.

Al llegar con los demás, Tyrion explicó el plan de cómo vigilarían el perímetro durante su guardia, y sus posiciones.

Los de la guardia se esconderían en los árboles rodeando cuatro puntos con vista directa a la entrada, pero divididos en dos semicírculos de radio diferente, así cubrirían dos niveles al estar unos más lejos que otros.

ETERNALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora