Capítulo 9

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CATACLISMO



Aquella noche el clima era perfecto. Las nubes se habían despejado dejando un bello cielo estrellado, el viento soplaba suave, y la calidez era la adecuada para poder caminar tranquilo sin sentir frío o calor. Momento perfecto para salir a dar un paseo.

Ren tomó su abrigo y un paraguas antes de salir, pero al ver el cielo despejado dudó un poco en llevarlos.

—Este clima es cambiante— Pensó volviendo a tomar ambos para luego partir a caminar sin rumbo.

Los autos ya habían dejado de pasar casi por completo, solo se veía alguno de vez en cuando, pero las luces de alumbrado cubrían la mejor vista al cielo, por lo cual decidió dirigirse hacia uno de los miradores para buscar tranquilidad.

Caminó sin detenerse por un buen rato hasta llegar a aquel lugar elevado y algo alejado de todo el ruido, desde el cual se podía ver perfectamente toda la ciudad y el cielo sin la molesta contaminación lumínica.

Buscó el punto más cómodo y tranquilo donde siempre solía estar, se acostó sobre el suelo inclinado dejando su abrigo y paraguas a un lado, y observó en silencio al cielo durante largos minutos.

Ocasionalmente se oía que emitía un largo suspiro, tranquilamente alternaba la vista entre el cielo y la ciudad. Era una noche de luna llena después de todo, las favoritas de Ren, y eventualmente se sintió tan relajado que no pudo evitar quedarse dormido.

En su sueño recordaba unos momentos en que estaba junto a su tío, y un último viaje que hizo con sus padres antes de que no volviera a verlos cuando apenas tenía seis años; pero de pronto todo cambió.

Frente a él, se había encontrado a un hombre parado de espaldas, que por su cabellera oscura y porte firme, pudo reconocer rápidamente.

Su tío Dan estaba parado delante suyo pero no lo veía, estaba frente a una especie de sombra extraña con ojos rojos que lo amenazaba, mas él no tenía miedo.

Todo alrededor estaba quieto y en silencio, pero no era así en realidad, ya que al igual que la sombra frente a Dániel, habían llegado también muchas más que los estaban rodeando ahora a ambos.

Ren comenzó a sentir temor por las sombras que los acechaban, sabía que debía hacer algo pero el cuerpo no le respondía; hasta que de pronto vio cómo la espalda de su tío empezaba a sangrar, como si las heridas que tenía aquella vez que lo encontró agonizante hubieran vuelto a aparecer.

Extendió su mano para intentar alertarlo, pero no lo llegaba a alcanzar y él seguía inmóvil frente a aquella sombra, mirándola fijamente sin sentir temor; y cuando estuvo lo suficientemente cerca, en un balbuceo apenas entendible escuchó que le habló.

—Busca la luz.

Entonces el miedo en él fue menor que su valor, y se acercó más hasta que logró tocar su hombro.

En ese momento todo desapareció frente a él, incluso las sombras que estaban alrededor, y había vuelto a aquel mirador, desde donde al parecer se había levantado de golpe por aquella pesadilla.

Se sintió más tranquilo, ya todo había pasado, pero de nuevo no prestó atención al entorno, algo muy extraño sucedía.

El cielo entero parecía encendido con una luz distinta, era más brillante y cálida, como un destello suave, muy hermoso, que no cegaba ni quemaba, sino que por alguna razón, daba tranquilidad.

Al principio creyó que se trataba simplemente de la luna, por lo que no le dio más importancia y continuó contemplando la ciudad; trataba de olvidar aquella imagen de su tío rodeado de sombras y con muchas heridas, pero de pronto el viento calmado y cálido cambió en todo el ambiente. Algo estaba por suceder.

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