Capítulo 25

45 5 0
                                    


SENDA


Los temblores que devastaron Halian y varias ciudades cercanas finalmente habían cesado, igual que los derrumbes y especialmente los peligros, ya que los demonios habían sido arrasados por la legión de poderosos ángeles que cayeron del cielo cual asteroides.

Los guerreros estaban ya recuperados de la batalla reciente, se veían totalmente intactos como si apenas se hubieran agitado un poco, y todas las heridas que recibieron durante la batalla desaparecieron por completo gracias al poder de la luz.

La formación de las legiones de Forjaluz, liderada por su comandante, Tyrion; y los Filo de ébano, liderada por su comandante, Gabriel; estaba lista y a la espera de las órdenes de sus líderes; pero ellos tenían un mal presentimiento de lo que estaba por pasar, y sus instintos no les fallaban. La oscuridad se hacía cada vez más fuerte en aquel lugar.

Los cielos despejados se tornaron nublados muy rápidamente a lo largo de todo lo visible. Una tormenta había llegado, pero demasiado rápido.

—¿Ahora esto?— Exclamó Khara quitándose el abrigo para usarlo de cubierta sobre su cabeza. Sin embargo, no había una sola gota de lluvia ni rastros de que fuera a caer, solo una nube tormentosa bastante oscura que presagiaba gran peligro.

Ren observaba atento la mirada expectante de los comandantes, sabía que algo más estaba pasando, e incluso él, de alguna forma lo podía sentir.

Los cielos oscurecidos y una creciente niebla se esparcían por todo Halian, y ahora la visión de todo se hacía borrosa, casi al punto de no poder ver a nadie.

Al cabo de unos segundos, cuando Khara empezaba a desesperarse y aferrarse al brazo de Ren para no alejarse, los ángeles iluminaron sus ojos y marcas con el poder de la luz, llenando de luz todo el lugar hasta lograr disipar casi toda la niebla, que por alguna extraña razón, permaneció alrededor de ellos como si los rodeara.

—Wow...— Musitó asombrada y embelesada con aquel espectáculo.

—Esto...— Murmuró Ren recordando al fin aquel sueño— Es como lo que vi...

Finalmente, todo cuadraba para él.

—Los desastres...— Murmuró recordando la primera parte del sueño, cuando toda la ciudad se desmoronaba como un castillo de arena.

Las sombras...— Continuó observando los cuerpos de los demonios en el suelo— Los asteroides caídos del cielo...— Dijo dirigiendo la vista a los ángeles rodeados de luz— Las tinieblas que cubren todo...— Completó observando alrededor y al cielo.

—¿Qué ocurre, Ren?— Preguntó Khara llamando la atención de Laia.

La expresión de Ren demostraba cierta desesperación y ansiedad, parecía estar más asustado que ella, y eso no era normal.

—Algo pasa, Khara, no sé cómo, pero... S—sé que no debemos estar aquí.

—¿De qué hablas? Es una guerra de fuerzas sobrenaturales, ¿Dónde más estaríamos?— Bromeó con sarcasmo.

—¿Qué pasa, Ren?— Repitió Laia acercándose al notar aquella expresión.

Entonces el primer relámpago se hizo presente, iluminando todo y haciendo saltar a Khara por los nervios. Sin embargo, los ángeles permanecían inmóviles como si no hubieran sentido absolutamente nada.

Este relámpago no había sido normal, no parecía nada pequeño, sino que se extendió por todo el cielo, casi como una red gigante sobre ellos. Eso no podía ser nada bueno.

ETERNALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora