Capítulo 51

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...

Pero antes de que pudiera decirle algo a Lian sobre eso, escuchó que este la llamaba a un lado entre susurros.

—Jane— Susurró de pie apoyado en el marco de la puerta.

Lian observaba en toda dirección para asegurarse de que nadie se acercara, y eso se le hizo muy extraño.

—¿Qué está tramando?— Pensó un tanto avergonzada.

¿Qué pasa?— Preguntó hablando bajo, y cuando estuvo lo suficientemente cerca, él la tomó de la mano para jalarla hasta un lugar un poco más tranquilo del área de sanación, donde se aseguró que nadie pasara o los oyera.

—Jane, es importante— Dijo volviendo la vista hacia ella después de asegurarse de que no había nadie cerca.

Cuando Lian notó a Jane tan estática y sonrojada por estar ahí en la oscuridad, y él tenerla prácticamente acorralada contra la pared, se avergonzó igual que ella. Estaban tan cerca que sentían la respiración del otro.

—¿Q—qué haces?— Preguntó intentando no mostrarse avergonzada.

—Es... Es que estuve pensando— Dijo él imitando su acción.

—Eso me asusta más que los demonios— Bromeó intentando sentirse más relajada, pero por el contrario, él se puso un poco más serio.

—Es muy serio Jane, escucha— Dijo volviendo a vigilar en la entrada por si alguien estaba cerca.

—De acuerdo— Respondió poniéndose seria al ver su expresión y preocupación— ¿Qué sucede?

—Intentaré explicarlo rápido— Susurró buscando su mirada.

Cuando fui a buscar a Tyrion noté algo muy extraño cerca de una de las fronteras de la barrera de la zona oeste— Empezó a explicar recordando aquel momento.

Había muy poco movimiento, no había guardias... o soldados...— Decía algo dudoso y confundido— Ellos no están en sus posiciones Jane— Afirmó en voz baja sin dejar de sonar muy serio, algo que la preocupó también.

—¿De qué hablas?— Sonrió ante sus palabras. ¿Por qué no están? Los guardias jamás salen de posición— Completó creyendo que bromeaba.

—Ya lo sé— Dijo un poco fuerte para que se tome en serio lo que decía— Lo sé, por eso me llamó la atención— Dijo volteando a ver de nuevo si alguien se acercaba.

Los cuarteles de Tyrion y Gabriel eran los únicos que parecían estar en orden, pero un poco hacia el oeste, todo se puso muy raro.

Me detuve a examinar mejor qué pasaba— Dijo él cambiando su mirada— Vi algo que me preocupó aún más— Susurró con preocupación y acercándose más a Jane al ver un par de sanadores pasando a lo lejos. No quería que los vieran.

—Había un grupo de guardias reunidos, hablando, parecían intentar que nadie los vieran y que ocultaran algo.

—¿Por qué lo dices?— Preguntó.

—Uno de ellos estaba cubierto con un poco de sangre.

—¿Sangre? ¿Por un entrenamiento?

—No lo creo, a mi parecer, eso fue por una batalla real— Respondió seguro— Los que estaban con él miraban en toda dirección por si había alguien cerca.

—Actitud sospechosa— Dijo pensativa.

—Exacto— Respondió más fuerte— Y no había más guardias, eso es ridículo.

—¿Estás... diciendo lo que creo que dices?— Preguntó más preocupada al haber entendido, aunque esperaba haberse equivocado.

—Creo que nos han traicionado— Respondió más cerca de ella para hacer el menor ruido posible.

—¡¿Traición?!— Dijo un poco más fuerte por la sorpresa.

Lian cubrió sus labios con una mano para que baje la voz, ya había esperado esa reacción.

—¡No sé!— Dijo más suave para que baje la voz— Pero esto es muy peligroso. Los guardias jamás estarían fuera de sus posiciones, ni tampoco reunidos tramando algo a escondidas— Dijo quedando en silencio unos segundos, mientras ella intentaba procesar todo lo que oía.

¿Y recuerdas a los Filo de ébano que vimos cuando llegamos?

—¿Qué tiene que ver ahora?

—No lo sé, pero no tenían ningún motivo para estar ahí— Aclaró pensativo— Tal vez se dieron cuenta de lo que pasaba y fueron a investigar por su cuenta.

—¿De qué legión eran los que viste?

—Apenas podía ver sus cabezas, Jane, estaba escondido tratando de oírlos.

Me temo que pueden ser traidores...— Afirmó con un tono de decepción en su voz.

Imaginar que su propia gente podía hacer algún acto deshonesto era bastante perturbador.

—No estaba seguro de esto, pero ahora que te lo cuento todo tiene más sentido. Tenemos que alertar al consejo de inmediato sobre los posibles infiltrados en Fuerteluz.

—No...— Balbuceó Jane con enojo— Maldición...— Dijo más fuerte, pero al parecer en ese mismo momento se dio cuenta de algo todavía peor.

¡Astrid!— Exclamó abriendo los ojos con fuerza y una clara mirada con temor.

¡Pueden haberse infiltrado en los Forjaluz!

Apenas terminó de hablar, Jane salió corriendo a toda prisa seguida por Lian.

—Van a intentar llegar a ella. ¡Es una trampa!— Exclamó desesperada y cada vez más agitada.

Al llegar afuera ambos frenaron el paso, debían hacer algo más antes de irse.

—Corre— Dijo él— Te veré en la zona sur de la barrera. Tengo que alertar al consejo y luego te alcanzo— Afirmó volteándose para salir volando hacia la sala de mando, pero fue frenado por ella que lo jalaba del brazo.

—Lian, ten mucho cuidado— Soltó muy seria— Conoces lo que tienes que hacer, no hables con absolutamente nadie más, y no con solo uno del consejo, sino con todos juntos.

—Lo haré— Respondió afirmando con la cabeza— También ten cuidado, intenta que no te vean y alerta a los guardias de posibles amenazas. Mantenlos vigilados en caso de que haya sospechosos ahí también— Exclamó dándose vuelta, y así ambos partieron a donde tenían que ir con gran apuro, ya que cada segundo era vital.

Jane se acercó a uno de los grupos de sanadores en la zona sur de la barrera, como eran aprendices y formaban parte del ejército regular, no habían sido entrenados por Krístal aún, pero de igual manera ya habían recibido un entrenamiento adecuado para el campo de batalla, y al llegar con ellos les pidió que la ayudaran entre todos a reponer energías tan rápido como pudieran, pues debía partir con gran urgencia.

Intentó ser lo más precavida posible y que nadie más que ellos la vieran, así no sabrían más personas de sus intenciones de irse.

Al poco tiempo que llegó a la frontera de la barrera, Lian apareció volando muy agitado y desesperado por salir rápido, y una vez que se encontraron, emprendieron el vuelo para irse sin dar ninguna explicación a los guardias cerca de la frontera.

—No pude ponerme un poco más de armadura, con el apuro lo único que pude tomar fueron unos libros que dejé en la posada de Astrid— Dijo ella.

—Yo tampoco pude cambiar mi armadura— Respondió volando a gran velocidad igual que ella.

De pronto mientras iban volando, una fuerte explosión sonó detrás de ellos.

Aquel potente estruendo había sido tan fuerte, que resonó en cielo y tierra por igual, pero lo más aterrador de todo había sido el lugar de donde este provenía.

El estruendo hizo desestabilizar un poco su vuelo por la onda de la explosión, así que Jane y Lian tuvieron que frenar para no caer, y con el terror apoderándose de ellos voltearon la vista hacia atrás, logrando ver justo aquello que imaginaron que pasaría solo en sus peores pesadillas. 

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