CAPITULO 61 "Lo miré depravadamente"

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Me di cuenta que no odiaba para nada de Khai

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Me di cuenta que no odiaba para nada de Khai. Al contrario, mi amor por él es todavía más fuerte. Y eso me lo reclamé porque estoy siendo débil ante él. Pero ya nada me importaba, y empecé a gemir por mí mismo.

Le correspondí el beso y quise que probara mi miel, y que se drogara para que no tuviera conciencia de nada.  Pero tuve un impulso de alejarlo de mí; sin embargo, no lo hice.

Khai seguía devorándome con sus besos. Sus manos fueron a dar en mis nalgas que empujaron hacia adelanto, topándome con la dura entrepierna de mi verdugo romántico. Lo peor de todo, es que seguí pegado a él. Su lengua fue metiéndose en mi garganta, jugando  al intercambio de sabores. Pronto empezamos a caminar sin despegarnos.

Si, ya sabía a donde iba, y no pude detener mis pies. La recámara de Khai olía a él, a hombre, al olor de la pasión... olor que me tiene todo pendejo.  Sus manos rodearon mi cintura, y pronto llegaron a la piel de mis nalgas. Esas manos eran cálidas y expertas en quitarme la camisa.

Por fin Khai me dejó respirar para que me quitara otras dos prendas a la vez que él se quitaba su camisa. Nuestras pieles se rozaron cuando volvió a besarme...una...y otra...otra...y otra vez. Yo renuncié a la resistencia, porque estaba siendo completamente feliz.


KHAI:
¿Por qué lloras?

THIRD:
¿Ahh?

No me había dado cuenta que estaba soltando lágrimas. Y Khai me las limpiaba con su lengua, como si fuera un gato besándome.

KHAI:
Quiero que seas mío. Porque eres mío...

THIRD:
¿Tuyo?

KHAI:
Si... soy posesivo, y no quiero que sientas nada por otra persona.
THIRD:
Khai...

KHAI:
Porque lo que sentimos, nos pertenece a nosotros dos, y nada más... te amo. Te amo mi pequeño escritor.

Volvió a pegarse en mis labios y fuimos a caer en la cama. Khai me quitaba el pantalón y su boca fue bajando por mi pecho para morder mis pezones, que estaban erectos como lo de abajo también. Su lengua caliente bajó a mi vientre, y sus manos tomaron el borde de mi bóxer para que se deslizara en mis piernas y por fin no estorbara. Los ojos de Khai se clavaron en mí. Era un brillo a lujuria, que me estaba dominando.

Nuevamente pegó su lengua en mi piel, y lo pasó por mi ombligo en forma de círculos hasta bajar a mi pene. Alzó mis piernas para ponerlas en sus antebrazos, y luego sacó la lengua para dar en mi tesoro anal.

THIRD:
Ohhhhhh

Cerré los ojos por aquel gemido, que trataba de reprimir, pero no pude, y entre más gemía, más la lengua de Khai me daba ese placer. Era como si en verdad me estuviera devorando, porque movía su lengua, su barbilla, sus labios, y todo ese conjunto me provocaba ir al cielo. Luego me volteó boca abajo. Su cuerpo blanco, caliente y robusto  lo tenía encima de mí, a mi espalda. Sus labios buscaron mi oreja donde me susurró

KHAI:
Te amo, Third, te amo

THIRD:
Yo también te amo, Khai.

Y nuestras bocas volvieron a unirse en un beso pasional mientras sentíamos el calor de los cuerpos juntos. De repente, como una idea perversa se apoderó de mi mente. Bruscamente me di vuelta y quedé encima de él. Lo tome de las manos en forma de cruz de par en par.

THIRD:
Quiero castigarte Khai...quiero castigarte por todas mis lágrimas.

KHAI:
¿Qué?

Bajé a morderle el mentón. Le mordí el cuello suavemente. Después me fui a sus pezones, los cuales también mordí dulcemente pero fuerte, para que sintiera dolor.

KHAI:
Ohhh.

THIRD:
¿Duele? Eso es bueno, Khai.

De alguna manera, Khai experimentaba el placer del dolor. No soy sado, pero confieso que a veces un poco de dolor, no cae mal. Lo volví a besar en sus hermosos labios, al cual le daba una dosis de mordeduras.

Doy otro giro...estando encima de él, me volteo. Le ofrezco en su cara lo que es mi trasero, y yo quedo frente a esa verga dura. Y el mensaje es claro. Ambos comenzamos a mamar.

La excitación es tan poderosa que mientras yo tenía ocupada la boca con su carne, Khai estaba ocupado succionando mi hoyito. El sabor de la lujuria nos tenía prisioneros, pero estábamos tan a gusto que no nos importaba eso de ser prisioneros.

Khai me da una sonora nalgada en una de mis mejillas blancas, que rápidamente se convierte en roja. Me quejé, pero no hice más que restregarle todavía mi trasero. Pero la sorpresa me la llevé yo cuando Khai hiso un volteo, ahora estaba abajo y el arriba. Empujó fuerte y me tragué toda su polla que casi vomitaba. Y luego abrió su boca y empezó a darme una mamada que no podía creer. Esa posición duró unos minutos...

Luego me eche contra Khai, lo besaba, lo mordía hasta ponerme de pie, mi verga estaba dura y la utilicé para darle de cachetadas en las mejillas. Agarré del cabello a Khai y empujé mi endurecido nabo blanco, que ha estado llorando hambriento, en la boca de ese miserable pero adorado de apellido Phaibun, donde comencé a entrar y salir desvergonzadamente. Lo estaba castigando divinamente.

La gruesa y poderosa lengua de Khai jugó deliberadamente con la punta de mi polla y no aguanté aquella ráfaga de corriente eléctrica la cual destruyó mi fuerza de voluntad y expulsé mi propia leche.

THIRD:
Ahhhhh....ahhhhhh....ahhhhhh

Grité de placer, mientras Khai le escurría de su hermosa cara y boca el néctar de los Prachayet.

Trataba de recuperar el aliento, cuando Khai vuelve a voltearme y hace presión en mi espalda.

THIRD:
¿Qué haces?

KHAI:
Shhh...

Con un dedo, Khai se quita varios chorros de mi semen de su cara, y luego apunta ese mismo dedo en la entrada de mi colita, clavándolo hasta volver a gritar.

THIRD:
Ahhhhh....duele!

KHAI:
Shhhh...

Sacó el dedo, pero volvió a meterlo...pero esta vez no fue uno...si no DOS DEDOS!

THIRD:
Ahhhhh...mmmmm...

No sé por qué, pero volví a calentarme, y sin querer, estaba gimiendo otra vez. Esos dedos entraron como intrusos en mi estrecho, que finalmente no pudo resistirse y dejó que llegaran a donde debían llegar. Estaba drogado de la emoción por lo que estaba sucediendo, pero ya no ponía resistencia. Khai se acercó a mi odio y dijo.

KHAI:
Third... quiero follarte...

THIRD:
Ahhhh

KHAI:
Quiero follarte duro.

THIRD:
Mmmm

KHAI:
Voy a follarte duramente.

Al escuchar esas palabras de Khai, mi colita se cerraba y apretaba todavía más los dedos que tenía enterrados. De pronto, sus labios se acercaron a los míos, y el beso sellado con mi néctar, se dio.

Khai abrió los cachetes de mi culo. Observó el paisaje que estaba frente a él. Tomo su verga dura para darme de azotes. Luego, me levantó, quedando yo atrás de él, de espalda a pecho. La punta de su pene estaba por ser enterrada...

THIRD:
Me calientas tanto...

KHAI:
Soy tuyo, Third. Solamente tuyo.

Y tras empujar una sola vez, el miembro de Phaibun entró en mí...

THIRD:
mmmm....

KHAI:
Ohhh...

THIRD:
Mmmm ahhhh

KHAI:
Que colita más caliente... ¿te gusta?

THIRD:
Me...ennn...canta...

Podía sentir centímetro a centímetro como estaba siendo cogido. Caímos en la cama, y las piernas de Khai separaban las mías y siguió taladrándome. Al principio, sutilmente, pero luego, comenzó ese ritmo de ida y vuelva. Se podía escuchar el sonido de PA-PA-PA-PA...durante varios minutos acompañados de mis gemidos, y de los jadeos de Khai.

Después, nos volvimos a encontrar de frente. Miré a Khai, seguía con restos de mi semen en su cara y ahora con su sudor. Sucio, pero excitante, me sentí con más plenitud de seguir disfrutando del encuentro. Ofrecí mi culito abriendo nuevamente las piernas, y de un solo empujón, Khai volvió a entrar totalmente. Frenéticamente seguíamos cogiendo con unas fuerzas que no sabía que tenía. Estaba fornicando, si...pero no era solo eso, es también hacer el amor. El amor entre hombres es verdaderamente otra cosa...

Puse mis manos en las nalgas de Khai y lo empujaba a mis adentros mientras gemía como perra en celo. Con su fuerza, Khai me cargó sin dejarme vacío analmente. Me llevó contra la pared, donde pude verme frente al espejo. El espectáculo era tan pornográfico, que jamás me había cruzado en la cabeza verme así.

Estaba contra la pared, de piernas abiertas, cargado por Khai mientras este me cogía. Las nalgas blancas de Khai empujando sobre mí, era la imagen que el espejo estaba capturando.  Nos besábamos, nos mordíamos, éramos totalmente salvajes. Estábamos completamente bañados en sudor, pero seguíamos a todo galope.

Pegados pecho a pecho, no me fue imposible morder sus labios, sus orejas, sus pezones. Khai es mío, y yo doy de él. Estaba cien por ciento confirmado que somos el uno para el otro. Y lo miré...lo miré depravadamente.

THIRD:
¡¡Sigue, Khai, sigue... ahhhhh!!

La sangre surgió en la pupila de Khai, y  gracias a esto, sus movimientos fueron muy  violentos contra mí, pero envueltos con una profunda y abundante sensación de amor.

KHAI:
¡Vengo ... me vengo ... ahhh ....!!

Y en fracción de segundos, Khai estalló en un orgasmo extremadamente placentero, se aferró a mí con tanta fuerza que estuvo a punto de aplastarme con su cuerpo, mientras que yo recibía su abundante chorro de semen en mi interior, tanta, que se fue escurriendo, logrando que la verga de él, saliera...y volvimos a caer en la cama.


KHAI:
Descansa

THIRD:
Todavía puedo con más.

Y sin decir nada, me puse encima de él.

COMO YO...NADIE TE HA AMADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora