Lancé el celular lejos de mi alcance, pero en dirección al sofá. Me senté y sujeté mi cabeza, la cual no dejaba de reproducir la noticia que circulaba en todos lados. Las redes sociales estaban explotadas con los dichos de Verónica.
Mi celular comenzó a sonar y era consciente de a qué venía, así que lo ignoré por unos cuantos minutos que resultaron como dos llamadas perdidas más.
No me apetecía hablar con nadie y hasta deseaba estar en mi oficina, trabajando. La fiesta y el anuncio de la película era en tres días y yo estaba dándome un "descansito" en mi casa porque mis compañeros de trabajo me echaron prácticamente. Decían que vivía más ahí que acá y en teoría era cierto, pero eso lo decidía yo, sin embargo, lo acepté.
Pude oír el sonido de las notificaciones que tenía para Brianna y estaba muy seguro de que debía estar chismoseando con respecto a Verónica. Lo único que hice fue continuar echado en el sofá de enfrente al que aventé el celular y seguí tomando mi café como si eso despejara mi cabeza. Necesitaba encontrar una idea, algo que dé para hablar.
Pasado el rato, tomé mi celular. Siquiera tuve tiempo de ver qué decían, porque me entró otra llamada.
—¡Hola! —Gritaron.
Tuve que alejar el teléfono de mi oído tras haber sido aturdido prácticamente e intenté ver quién era, pero el número que me figuraba era desconocido. Maldije haberlo agarrado.
—¿Hola? —Continuaron preguntando.
—Hola.
—¿Venezio?
—¿Quién habla?
Hubo un silencio que me aburrió lo suficiente como para querer colgar, pero al instante hablaron.
—Astraea.
Froté mis comisuras y largué un suspiro, era la persona a la que menos me apetecía escuchar por el momento. Señorita Disney no me ayudaría en nada.
—Por favor, contéstame y no me cuelgues —Pidió —. Tengo que hablar contigo.
—Si tienes que decirme que no quieres trabajar, hazlo ahora, Astraea —Pedí impaciente —. Porque no tengo tiempo para andar perdiendo y en tres días es el anuncio así que hazme el favor.
—¡Déjame hablar!
—No me grites, te estoy dejando hablar. Habla.
Me tumbé en el sillón y cubrí mis ojos perdiendo la paciencia con cada segundo que pasaba.
—No puedo explicarme bien por aquí, ¿Podemos ir por un café?
—Ya tomé mi café, podrías quizá, solo si quieres, explicarte como una persona normal y decirme y listo. No es tan difícil.
La escuché susurrar algo, probablemente me insultó en idioma para niños.
—Una hora. Te pasaré la dirección por este número, si vienes, bien por ti, si no, pierdes.
Fruncí mi ceño.
—Y no, no voy a dejar la película —Me aclaró, interrumpiendo mi hablar.
—Me llega a ver alguien contigo, Astraea...
—¡Tranquilízate! —Chasqueo su lengua —Es mi cafetería. No vendrá nadie.
Tenía más dudas que respuestas, eso era claro. No pude cuestionar ni el porqué de su llamada, ni por qué tenía una cafetería solo para ella. Esperé hasta que el timbre de la notificación me avisó la llegada del mensaje. Era jodidamente lejos y tenía solo una hora.
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El arte de enamorarse [+18]
RomanceEllos tenían un objetivo en común, que el film sea un éxito. Para lograrlo ingeniarían un plan; una relación de mentira. Nada puede salir mal de eso, solo es fingir ¿no? Él es el director de una esperada película erótica y ella es su actriz, pero c...