Astraea
La puerta de entrada suena con el golpeteo que da la visita, Logan y yo nos miramos cómplices. Tengo los nervios erizándome los vellos, el corazón me late de forma incontrolable y no sé como calmar la creciente ansiedad; ¿qué hice?
—Bueno, si vino —Comenta él, mofándose con una sonrisa dulce.
No luce nervioso en lo absoluto. Fue su idea, nunca mentí. Lo que no sé es por qué acepté, por qué me pareció divertido aceptar proponerle un trío a Venezio si conociéndolo es capaz de aceptar cualquier cosa que involucre la sexualidad.
Especialmente cuando las cosas con nosotros no están nada bien.
—¿Vas a abrir o te vas a quedar pensando?
—Lo siento, sí, sí ahí le abro.
Remojo mis labios y me freno frente a un espejo para acomodarme mejor el cabello. ¿Opté bien por este escote? No lo sé, luce muy revelador. Sin embargo, recuerdo que no nos habíamos reunido para estar con ropa precisamente.
Abro la puerta con manos temblorosas, solo para encontrarme con la imagen de Venezio recargado en el borde. El aire se me frena divisándolo con ese ceño fruncido característico de él y su mal humor andante.
Afuera llueve y tiene una chaqueta de cuero mojada, acompañado de unos guantes de motocicleta que se quita apenas me ve y ahí distingo que ha venido en moto, cosa que le queda totalmente caliente, su cabello negro está despeinado probablemente por el casco que descansa en el asiento.
—Me estoy mojando, Astraea.
—Yo también...
Se me suelta una risa nerviosa. Es que no lo pensé, lo solté. En respuesta eleva una ceja, aprieta sus labios y no emite opinión.
Qué idiota soy.
—Pasa.
Me hago a un lado, cediéndole lugar. Caminamos juntos hasta la sala, donde Logan está sentado mirándonos atentamente con cautela; la tensión en el ambiente es palpable, hay incomodidad.
—Hola, Venezio —El rizado alza su mano y la agita, saludándolo.
—Logan —Eleva su mentón en un gesto de saludo.
Las luces eran tenues, ambientando la situación. No obstante, los nervios eran evidente en todos, aunque más que nervios en Venezio, había incomodidad. Estaba callado, sin bromear o burlar como siempre. Se sentó en un sofa individual, contrario a nosotros dos en un mismo sofá alargado.
El azul oscuro de su mirada recorrió la cercanía de mi cuerpo a Logan.
—Ya me aburrí —Comenta, echándose hacia atrás. Rompe el silencio con su ocurrencia —. ¿Me van a decir que se arrepienten y que nunca quisieron hacer esto de una vez? Así ya me puedo ir.
—¿Viniste hasta aquí para que te demos la razón? —Logan remoja sus labios y enseña su sonrisa.
Sí, Logan. Venezio es capaz, porque es un imbécil. No puedo decir eso, porque es justamente lo que está esperando lograr y es irritarme, así que en vez de soltar los insultos me dedico a girar mi cadera hacia el rizado, dejando mi cuerpo enfrentado al suyo.
Las manos me tiemblan y las oculto apretándolas contra mis muslos, dejándome acurrucar contra el calor de Logan. No se siente cómo la calidez que acostumbré de un cuerpo ajeno que no me corresponde de la misma forma que yo siento, pero es algo. Y el dueño de ese calor está mirándome seriamente, como si soltara dardos por sus ojos, sentado en frente.
—Por favor —Observa desinteresado el reloj de oro blanco que reposa en su muñeca. Ni siquiera está viendo la hora —, Astraea tiene pena de tener sexo con solo una persona. Imagínate un trío. Un trío conmigo y su nuevo noviecito...
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El arte de enamorarse [+18]
RomanceEllos tenían un objetivo en común, que el film sea un éxito. Para lograrlo ingeniarían un plan; una relación de mentira. Nada puede salir mal de eso, solo es fingir ¿no? Él es el director de una esperada película erótica y ella es su actriz, pero c...