Capítulo 23

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Venezio

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Venezio

Durante la tarde del día siguiente me enteré de la noticia que circulaba todas las redes, pero que ni yo, ni Astraea o mi incompetente equipo había visto.

Froté las palmas de mis manos en mi pantalón, buscando eliminar el sudor que los nervios me producía. Acto seguido las escondí de la vista del personal que tenía frente a mis ojos en un intento de mantener la compostura firme y no dejarme llevar por el brote de ira que me hacía arder en calor el cuerpo.

—¿Cómo ninguno de ustedes notó lo que The Patriot News estaba diciendo?

—Uhm, no, si lo hemos notado...

El silencio duró dos segundos porque Maverick azotó su mano contra la madera del escritorio de mi oficina, para luego cruzar sus brazos. El golpe retumbó en toda la oficina y me tomó por sorpresa, sobresaltándome.

—No hace falta golpear nada —Murmuro.

—¡Todos ustedes tienen un único trabajo y es controlar las redes de Venezio!; qué se dice, qué publican, qué opinan, qué prefiere sus fans, su gente —Maverick eleva la voz al equipo encargado y ellos cuatro se limitan a asentir.

—Pensamos que el señor Zalone lo habría visto, por eso decidimos obviar avisar de la noticia y tratar de bajarla de las redes.

—¡Pensaron mal! —Froté la comisura de mis labios, sentía la aspereza de una ligera barba creciente —, quiero todo el equipo despedido y uno nuevo ya mismo.

—Señor, necesito...

—Me importa una mierda, Aslan. Retírense de mi oficina.

—Venezio —Maverick suspira.

—Tú también, quiero estar solo.

Mi mananger no cuestiona, simplemente se limita a asentir y se retira de mi oficina. Posteriormente la soledad me azota y dejo salir los nervios que venía conteniendo con un suspiro que me pesa, el pecho me duele y no puedo frenar el temblor de mis manos por más que intente hacer lo que mi psiquiatra me había recomendado; el color, los olores y ubicarme en tiempo presente.

Por más que marque a Zaira, no me atiende. La ansiedad incrementa y los cigarrillos no son suficientes para calmarme. A pesar de todo, la única persona que pasa por mi cabeza es la colorada que no contesta mis mensajes.

—¡Zalone hijo de puta! —Brianna ingresa a mi oficina dando un portazo, y el hecho de que me haya insultado a mí, su superior, me hace alzar una ceja —, tienes la gala en dos horas y no estás nada arreglado y tu no novia tampoco está contestando ninguna llamada.

—Recuérdame en que parte de mi agenda me importa qué haga Astraea y sobre todo, qué me importa la gala de esta noche.

—A ver —La rubia carraspea, acto seguido cruza sus brazos —. Hay rumores de que engendraste un crío con Zaira, nadie salió a negar nada, tu equipo no bajó la noticia y tú te niegas a asistir con tu "pareja" a la gala dónde probablemente te llenaran de preguntas y es tu única oportunidad de aclarar las cosas. ¿Quieres no ir? Perfecto, llamo a que vestuario se retire, no atiendo las llamadas de los programas que piden tu participación para hablar del "asunto", te haces cargo de tu imagen y listo.

El arte de enamorarse [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora