Sebástian
La prensa no hace más que estorbar mientras intento ingresar al hospital, las preguntas que me lanzan me tienen sin respuesta, los flashes me cegan y aborrezco la morbosidad de cada uno de los paparazzis que impiden mi libre circulación pese a que mis escoltas intenten apartarlos.
—Señor Zalone, ¿su hijo volvió a tener una recaída?
—Sebástian —Me llaman —, ¿otra vez su hijo volvió a meterse en problemas? ¿es una decepción para su legado?
—¿Astraea Johnson saliendo con su hijo malcriado y dañado? ¡tiene que volver a internarlo!
El micrófono queda contra mi rostro y el dolor me envuelve, mezclándose con la ira que me produce la falta de empatía. Golpeo bruto el micro, tumbándolo de mi rostro y no dudo ni un instante en sujetar el cuello de su camisa para acercarlo a mí; hay límites, hay situaciones en los que se tolera preguntas incómodas y hay otras situaciones angustiantes que merecen respeto y silencio, y esta traspasó lo pactado.
—No quiero oírte poner el nombre de mi hijo en tu boca una vez más, ¿entendido? Pacotilla de mierda.
Los escoltas me apartan de tipo, quién se encuentra desestabilizado y los flashes capturan cada movimiento que hago, pero a estas alturas y con la edad que tengo no me interesa que a mis casi cincuenta años me suban a las redes como violento por defender a mi hijo.
Recibí el llamado de Zaira avisándome que Venezio había tenido otro ataque de ansiedad, más bien uno de pánico y que este era peor de todos los que había presenciado. Viajar de New York a Italia fue un martirio, tenía el corazón latiendo con fuerza y lo sentía retumbar en mis propios oídos con el susto de lo que fuese a pasar. Mi hijo me odia, soy consciente de eso y no soy quién para contradecir sus motivos; no obstante, soy su padre y quiera o no, el respeto lo tengo y me concierne los asuntos relacionados a su estado.
Cerrado, terco, orgulloso y ególatra. No podía ir contra los genes que de por si tengo yo a quién porta mi apellido, con él todo ha sido un problema tras otro y por si no se le hizo poco siempre ir contra la marea, ahora también se dedicó a dirigir películas eróticas que revolucionan a la sociedad; yo siempre había sido de lo clásico y acostumbrar a la sociedad que el hijo de quién esperaban más de lo mismo va contrario a lo pactado, es bastante problemático.
La cabellera roja de la cría a quién conozco como Astraea se presenta frente a mí, los escoltas frenan y mantienen una distancia prudente, ella camina nerviosa de lado a lado, acariciando sus brazos pálidos y de los cuales observo hematomas. Zaira está sentada, despeinada y echa un caos, siendo extraño puesto que lucir impecable es parte de su trabajo como modelo, tiene un corte en su mejilla y no entiendo qué pasó y por qué hay tantos signos de golpes. Lucyan al verme se reincorpora y se acerca a mí rápidamente.
—Lucyan —Me apresuro a decir, marcando una distancia que lo confunde.
—Eh, sí —Carraspea —, Venezio está adentro.
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El arte de enamorarse [+18]
RomanceEllos tenían un objetivo en común, que el film sea un éxito. Para lograrlo ingeniarían un plan; una relación de mentira. Nada puede salir mal de eso, solo es fingir ¿no? Él es el director de una esperada película erótica y ella es su actriz, pero c...