Venezio
Me pasé la noche encerrado en mi oficina, porque soy tan cobarde que me aterroriza ir a mi casa y enfrentar mi vida personal.
La ira me carcome las venas mientras las pastillas pierden su efecto conforme voy sumando más a la lista. Nada me calma, nada me tranquiliza y que ninguna de las cuantas haga algo solo empeora la situación.
No sé cuándo se colaron los primeros rayos de sol por el ventanal, el ruido nunca se calmó porque New York nunca descansa. Me pierdo en los pensamientos, de los cuales tiene nombre, color de cabello rojo y una personalidad idiotamente hermosa, para cuando Brianna invade mi oficina azotando la puerta seguida de un grito.
—¡What the fuck! —Se agarra el pecho —, hombre, ¿qué haces aquí tan temprano? Casi me matas...
—¿Qué te parece? Jugando.
Se mantiene más tiempo de lo que desearía apoyada en el marco de la puerta, examinándome de arriba abajo con una mirada cargada de pena.
—Puedes retirarte.
—Vene, ¿Qué tal si vas a casa y yo...?
—No quiero repetirlo —Silencio.
No reprocha, pero me mira por unos cuantos segundos más, para luego irse.
Me vuelvo a quedar solo, en la penumbra de mi propia oficina que parece seguir a oscuras pese al sol entrando. Sintiéndome atontado, aún no dejo de pensarla; su rostro, su tristeza, sus risas en otros momentos, su cabello molesto, sus chistes sin sentido, su cuerpo, ella. Ella siendo tan mía, y al mismo tiempo no.
La película me presiona, recordándome que el tiempo que tenemos es poco. Hoy es la última grabación, que tendría que haber sido ayer de no ser lo que sucedió. Ni siquiera quiero que llegue el final, porque entonces ¿qué? ¿qué hay de mí? ¿de ella? No habrá ella, no existirá un "ella".
¿Y si no cumplo las expectativas? ¿Si fracaso?
Mi cabeza es un eco constante de: "¿Qué hubiera pasado sí...? ¿qué tendría que haber hecho para que sea diferente y al mismo tiempo llegar al resultado esperado? ¿qué pasaría si...?" y con solo seguir explorando posibles escenarios negativos que no sucedieron e itnentando cambiar mentalmente un pasado que ya se marcó, continuo a la intemperie de la ansiedad, lastimándome.
Los golpes en la puerta me desconciertan, sumado a quién ingresa a mi oficina que tensa todo mi cuerpo.
—Hijo —Sebástian cierra con lentitud la puerta.
Contengo el aire cuando un escalofrío me invade, poniéndome completamente nervioso. No quiero lidiar con él, no me siento bien. No obstante, Sebástian avanza hasta mi escritorio y detiene su mirada en un punto específico.
—Estoy ocupado, puedes retirarte por donde entraste y no volver más.
—¿Te tomaste todas estas pastillas? —Su ceño se frunce, con una preocupación que deduzco fingida.
Decido ignorarlo, regresando mi atención al sinfín de papeles que tengo sobre el escritorio; los guiones, las escenas. Analizo lo que hay que mejorar, detalles que quiero pasar, revisar la escena que grabaremos hoy.
—Verónica Jones está ocupando el primer puesto, su película está rompiendo taquillas.
Alzo la mirada a la suya.
—¿Qué?
—¿Así trabaja Maverick? ¿así trabajas tú? —Me señala con su mentón, sin borrar la antipatía de sus ojos —, ¿Qué mierda te pasa?
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El arte de enamorarse [+18]
RomanceEllos tenían un objetivo en común, que el film sea un éxito. Para lograrlo ingeniarían un plan; una relación de mentira. Nada puede salir mal de eso, solo es fingir ¿no? Él es el director de una esperada película erótica y ella es su actriz, pero c...