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Al día siguiente seguía viendo conmoción, Lex no sabía qué pasaba así que fue a informarse y la única persona que podía decirle algo era Lena.

La encontró con Kara, estaban trabajando, entró en el laboratorio y las dos se lo miraron.

—Lex ¿sucede algo? —preguntó Lena.

—Hay mucho follón en la ciudad, no sé qué ha pasado.

—Ayer atacaron el DEO. —dijo Kara.

—¿Cómo?

—Los bomberos creen que ha sido fruto de explosivos, ya que el edificio era muy grande y alto, además de paredes fuertes. —explicó Kara.

—¿Se sabe quien ha sido?

—Creo que ha sido Cadmus y Lillian Luthor. —dijo Kara mirando a Lex.

—¿Mi madre? No puede ser ella, no es una asesina. Desde que murió mi padre y yo me ocupé de la empresa, ella ha sido una de las personas más filantrópicas de la ciudad, ha donado mucho dinero a investigaciones médicas, científicas... mi madre es una buena persona.

Kara y Lena se lo quedaron mirando con la boca abierta.

—Lillian Luthor, ¿es buena? —dijo Lena mirando a Kara.

—Claro que sí. —dijo Lex defendiendo a su madre.

—Lo siento Lex, no es por ofender, es que nosotros tenemos recuerdos de antes de la crisis, así que en nuestro universo ella era malvada. —dijo Lena.

—Oooh. Pues ella es buena aquí, además es novia de Eliza Danvers.

—¿La madre de Alex? —preguntó Lena.

—Sí. Quien iba a decir que me iba a aparecer tanto a mi madre. —dijo Lex sonriendo.

—¿Cómo pasó eso? —preguntó Lena.

—Cuando mi padre murió, fue muy duro para ella, entró en depresión y no salía de casa. Los medios de comunicación, lo único que hacían era meterse con ella, diciendo que se había aislado del mundo, que todo el mundo se había vuelto su enemigo y que la gente vería la cara de un Luthor muy enfadado. Mi padre no fue una maravillosa persona, tenía sus enemigos, pero era muy bueno negociando, tras su muerte intentaron chantajearme y me amenazaban para que vendiera las empresas que mi padre les había comprado, creyeron que al ser joven y recién salido de la universidad, no sabía nada de los negocios, pero estaban muy equivocados, me encargué en demandarlos, recopilé pruebas contra ellos, los medios se cebaron de lo lindo con ellos y dejaron a mi madre tranquila. Empecé a ser yo el centro de atención y mi madre pudo irse del país para recuperarse. Cuando lo hizo volvió más fuerte que nunca y dispuesta a comerse el mundo, demostró que ella no era como mi padre, iba a galas benéficas, donaba dinero a las investigaciones medicas y científicas, también iba mucho al teatro en Nueva York. La prensa ya no la acosaba para mal, cada vez que había algo importante esperaban a mi madre para sacarle fotos, siempre demostraba lo guapa y elegante que era aunque mi padre no estuviera con ella.

—Entonces... ¿no odia a los alienígenas?

—No. Hubo una ocasión, en una gala que celebraba en Luthor Corp, mi madre iba como anfitriona aunque la organicé yo, pero no me importaba que ella fuera el centro de atención, lo mío no es salir ante el público, a ella se le daba bien.

Un grupo paramilitar entró en el edificio, mi seguridad y la de mi madre no fueron suficientes, ellos iban muy bien preparados, era como si alguien de dentro les hubiera dado la información. Entraron y empezaron a disparar, los guardas de seguridad y los guardaespaldas, fueron asesinados, iban a por mi madre y nadie entendía el porqué. Entre los invitados había un alienígena, se interpuso entre mi madre y los asesinos. Ellos dispararon pero no le hicieron nada, en cambio él los derribó como si nada. Desde ese día mi madre se encargó de contratar a guardaespaldas alienígenas que tuvieran formas de defenderse y protegerla. La verdad es que son muy útiles. —miró a Kara sonriendo.

—Así que los tiene contratados pero no los tortura. —dijo Kara entendiendo la situación.

—Pero Cadmus existe ¿no? —preguntó Lena.

—Sí, es una institución del ejército, fuera del gobierno, pero nadie sabe quien los controla, quien es el líder. Descubrimos que las personas que atacaron a mi madre eran de Cadmus.

—Mmm, en este nuevo universo hay personas que son del nuestro y hay otras que vienen de otros universos. Lillian es de otro universo, donde ella es buena y este Lex, se parece al nuestro pero no lo es, es del mismo universo que su madre. —dijo Kara para Lena que también intentaba entender la situación.

—¿Por qué se relacionó con la madre de Alex? —preguntó Lena a Lex.

—El padre de la directora Danvers murió hace unos cinco años, su madre estaba destrozada, estaba en la misma situación que mi madre, pero no había prensa detrás. Un día Alex, consiguió sacar a su madre de la casa y fueron a la playa, allí es donde se conocieron. Mi madre ha sido un gran apoyo para Eliza y se hicieron amigas y con el tiempo se hicieron más que amigas. Yo estaba feliz por mi madre, por fin la veía sonreír de verdad y Alex pensaba lo mismo de la suya, así que los dos aceptamos su relación. Alex se fue a vivir con su madre tras la muerte de su padre, y de vez en cuando mi madre se queda con ellas, aún no están en el punto para vivir juntas. Y yo estoy tranquilo que un agente entrenado como Alex, esté con ellas.

—Entonces es posible que Eliza y Lillian...

—Puede, no lo sé, es cosa de ellas, pero no me importa tener a Alex como hermana, es una buena persona y muy sobreprotectora.

—Como tú. —dijo Lena.

—Sí, además lo gracioso es que no solo nos llamamos igual, es que demás los dos somos gais. —se rió y eso a Lena también le hizo gracia.

—Bueno, entonces Lillian está descartada con lo del DEO, pero sabemos que ha podido ser cosa de Cadmus, aún hay que averiguar quién lo dirige. —dijo Kara.

—¿Crees que Kelex, pueda ayudarnos? —preguntó Lena.

—Puede hacerlo, pero está muy ocupado, con ayudar a mi gente, más dirigir el equipo de construcción...

—Entiendo.

Lex no entendía de qué estaban hablando.

—Pero puedo mandar a construir más Kelex para que vayan más rápido con la construcción.

—Hazlo, porque necesitaremos que la Atalaya esté en órbita cuanto antes, ahora que no está el DEO, no tenemos forma de proteger el mundo. —dijo Lena.

Kara se comunicó con el Kelex que estaba en el centro de mando y le dijo que hiciera más Kelex en el laboratorio y que pidiera ayuda a su tía Astra con eso. Además que siguiera buscando la forma de volver a su tamaño original a Zor-El, Jor-El y Lara, también los necesitaría pero para ello tenían que volver a ser normales.

Todo iba a contrarreloj.

—Lex, tienes que hacer más relojes de transmateria, vamos necesitar muchos para la Liga y puede que para Alex también. —dijo Lena mirando a Kara.

—Ella sería una buena agente para la Liga, habría que construir un portal que enviara a todos los agentes supervivientes y que quieran trabajar para nosotros. —dijo Kara.

—Yo me encargaría de sus sueldos. —dijo Lex.

Kara y Lena lo miraron.

—¿Qué? No creo que nadie de la liga sea multimillonario y pueda pagar sueldos a esa gente.

—Mmm, Batman. —dijo Lena.

—Pues podemos hacerlo entre los dos.

Ninguna de las dos dijo nada, él lo tomo como un "de acuerdo" y se fue del laboratorio.

—Creo que tengo que informar a mi madre, de los cambios que hemos descubierto. —dijo Lena.

—Ve, yo seguiré con esto. —dijo Kara.

Tres Supers en la TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora