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Unos días más tarde, Kara ya tenía construida la pistola para volver al tamaño real a su padre y tíos. Pero antes necesitaba hacer una prueba.

Colocó un hámster que había comprado, en el suelo y después lo apuntó con el arma y disparó, el animal empezó a crecer, cuando paró giró la rueda lateral y disparó de nuevo, el pequeño roedor volvió a su tamaño

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Colocó un hámster que había comprado, en el suelo y después lo apuntó con el arma y disparó, el animal empezó a crecer, cuando paró giró la rueda lateral y disparó de nuevo, el pequeño roedor volvió a su tamaño. Kara lo cogió para examinarlo, quería saber si al cambiarle el tamaño le había afectado a las células. Lo colocó en una especie de microondas, pero era un escáner de cuerpo entero, lo escaneó y comprobó que todo estaba en su sitio, después le hizo un análisis de sangre y el resultado era bueno. No le había pasado nada.

Metió el animalito en su jaula y le puso semillas de girasol para que comiera. Después se fue a la ciudad para usarlo con su padre y sus tíos.

Llegó a la casa, llamó y poco después la puerta se abrió, miró pero no vio a nadie, entró y la puerta se cerró detrás de ella, se dio la vuelta y vio a su padre.

—Papá, ¿Qué haces?

—Pues abrir la puerta, tu madre y tu tía no están en casa. —dijo Zor-El.

—¿Tienes los poderes?

—Sí, hace ya un tiempo. Tus tíos también pero no los usan, aún. Volar por la casa con esta forma es divertido. —sonrió.

En ese momento se abrió la puerta y vieron a Alura y a Astra.

—Kara. —dijo Alura, la abrazó. —¿Qué te trae por aquí?

—He venido porque tengo la solución para el problema de papá y los tíos.

—Vaya, eso ha sido rápido. —dijo Astra.

—¿Quieres decir que volverán a su tamaño real? —preguntó Alura.

—Si.

—Mejor, porque empezaba a plantearme en comprar un matamoscas de esos que he visto por internet.

—¿Por qué? —preguntó Kara extrañada.

—Porque tu padre es peor que una mosca cojonera, no dejaba de volar por todas partes y diciendo ¡Wiii!

Astra se rió y Kara también, Zor-El se sonrojó.

—Venga papá aléjate y ponte en el suelo. —dijo Kara, su padre le hizo caso.

Kara puso en marcha el arma y disparó, se empezó a ver cómo iba creciendo y cuando recuperó su tamaño normal, Kara lo apagó, Zor-El se miró las manos y se tocó el cuerpo, Kara usó los rayos-x para ver que estuviera bien, suspiró al ver que lo estaba.

Zor-El se acercó a su hija y la abrazó, le agradeció por devolverle a su tamaño. Después abrazó a su esposa, ella le correspondió, en el fondo lo echaba de menos aunque seguía enfadada con él.

Kara estaba feliz al ver que había funcionado, ahora les tocaba a sus tíos.

—¿Dónde están? —preguntó a su padre.

Tres Supers en la TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora