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Sam voló hasta la Fortaleza, cuando entró fue directa a la ciudad, se acercó a la casa donde vivía su familia, cuando iba a llamar a la puerta, se paró, necesitaba pensar en cómo decirles lo que había sucedido.

—¿Nyssa? —se giró y vio a su madre junto con su tía.

—Mamá, tía. —se acercó a ellas y las abrazó.

—¿Vienes sola? —preguntó Alura.

—Sí.

Entraron en la casa y vieron que los demás estaban en el salón hablando y mirando unos planos. Sam no sabía que estaban haciendo, pero en ese momento no era lo importante.

—Tengo que hablar con todos. —dijo Nyssa.

Ninguno dijo nada, solo la miraron esperando.

—En el día de ayer... Kara fue secuestrada por la organización criminal llamada Cadmus.

—¡¿Qué?! —preguntaron Alura y Zor-El.

—La localizamos rápido y la salvamos, pero...

—Pero qué... —dijo Alura.

—Para poder capturarla le inyectaron algo y estuvo debilitada mucho tiempo, cuando la salvamos estaba inconsciente.

—¿Qué le inyectaron? —preguntó Jor-El.

—Kriptonita.

Los cinco se quedaron pálidos a oír eso.

—¿Cómo? —preguntó Jor-El.

—Solo tenemos una teoría que nos ha contado un compañero y han ido a comprobarlo.

—¿Qué teoría? —preguntó Zor-El.

—Nuestro compañero fue el primero en viajar entre universos antes de la crisis con la anti-materia. Lo conocimos cuando vino al nuestro y nos cayó bien, pero visitó a otros universos y vio las diferencias entre ellos. Uno de ellos encontró que Lex...

—¿El hombre que le interesa nuestro hijo? —preguntó Lara.

—Sí, el Lex de ese mundo era un psicópata, un asesino sin escrúpulos y enemigo de Kal-El. Estaba tan obsesionado con él y con la kriptonita que creo kriptonita líquida. Parece ser que el diario de ese Lex estaba escrita la fórmula y Cadmus la hizo y se lo inyectaron a Kara. Parte de la liga ha ido a la base de Cadmus para buscar el diario, si existe de verdad, si es así sabremos como un humano sabía que la kriptonita podía hacernos daño. Ya que jamás lo hemos mencionado y además que no hay kriptonita en este planeta. —explicó Sam.

—Mmm, si hay un diario ¿Cómo ha llegado aquí?

—Lo mismo que muchas personas. Mucha gente de este universo viene de otros y no lo saben, no recuerdan nada, para ellos es que siempre han estado aquí. Nuestro amigo cree que si puede haber personas de otros universos, también puede haber objetos.

—Mmm, es lógico, pero esos objetos tienen que tener un valor muy significativo para que puedan encontrarse en este mundo. —explicó Jor-El, pensativo.

—Por ejemplo todas las herramientas de Batman, son las mismas que usaba en Tierra-38. —dijo Sam.

—Si es así, es muy probable que exista ese diario. —dijo Jor-El.

—¿Qué haréis con él? —preguntó Astra.

—Lo destruiremos, dejaremos que sea Kara quien lo haga, cuando se recupere. Ese diario es muy peligroso, no puede existir. —explicó Sam.

—Mmm, antes de hacerlo, me gustaría leerlo, quiero ver hasta dónde ha llegado la locura de ese humano de ese otro universo. Quiero ver si ha encontrado otros modos para eliminarnos sin usar la kriptonita. —dijo Jor-El.

—Mmm, puede ser educativo para nosotros. —dijo Zor-El, entendiendo el punto de vista de su hermano.

—Bueno, se lo tendríais que pedir a Kara.

—De acuerdo.

—¿Podemos dejar de hablar de ese diario e ir a ver a Kara? —preguntó Alura.

—Por supuesto, quiero ver como está. —dijo Zor-El.

Los dos se levantaron, pero Sam no hizo nada.

—Hay más ¿verdad? —dijo Astra mirando a su hija.

—Kara ha estado a punto de morir, el médico que nos recomendó el tío Zor-El, no podía hacer nada por ella. Lleva muchas horas metida en la cámara solar sin despertar. Doctor Destino nos ha hecho una visita, que se había enterado lo que había pasado y quería verlo por sí mismo. Dijo que esto no tenía que haber pasado, que él jamás vio a Kara morir por el veneno de la Kriptonita, en realidad ha dicho que ella no puede morir de ninguna forma, porque ahora es una diosa. —explicó y todos se sorprendieron al oír eso.— No sé si lo sabéis, pero hace un tiempo, no mucho en realidad, recibimos la visita de cinco lanterns de distintas organizaciones de lanters, uno de cada en realidad. Nos contaron que Darksaid había eliminado a todos los lanterns y que los únicos supervivientes eran esos cinco, estaban asustados y Kara estaba preocupada.

—Lógico, Kara sabe quién es Darksaid. —dijo Astra, estaba seria.

—Sabemos que va a venir a este sistema solar y estamos preparándonos para luchar contra él y su ejército.

—Por eso mandó a los kelex a crear un arma láser de largo alcance. —dijo Zor-El.

—Sí, para ponerlo en la Atalaya, pero hay un problema, nuestra intención es destruir sus naves antes de que lleven a nuestro sistema solar, pero los planetas saldrían perjudicados de todas las maneras. Queremos luchar en un lugar donde no hubiera nadie y no importará la destrucción porque no habría consecuencias después, pero es difícil. —explicó. —Doctor destino nos ha dicho que Kara es la única persona que podrá eliminar para siempre a Darksaid. Poco después de una conversación con él apareció otro ser, dijo que venía de la quinta dimensión y que vino a la nuestra para divertirse un poco, pero no fue su intención el cambio repentino del tiempo. Él ha creado la anomalía en el que Kara muere por la kriptonita y por ello vino a nosotros para arreglar lo que él había provocado accidentalmente, así que usó sus poderes en Kara y le extrajo todo el veneno de su cuerpo y hace unas horas que está descansando en la cámara solar. Si no fuera por él, Kara...

—Mi pequeña. —dijo Alura llorando, Astra abrazó a su hermana.

El resto miró al suelo, estaban tristes.

—Pero ella está bien, se pondrá bien. —dijo Sam con esperanza.

—Nyssa, llévanos a la Atalaya. —dijo Zor-El.

Ella asintió y se fueron todos al centro de control de la Fortaleza y Sam abrió un portal que los llevaría a la base.

Aparecieron en el puente, los agentes los miraron sin entender, pero Alex les dijo que los dejaran en paz. No conocía a la familia de Sam, pero sabía que iban a venir, así que los dejó continuar.

Sam, llevó a su familia a la sala médica, vieron a Lena sentada delante de la cámara.

Alura y Zor-El se acercaron y vieron a su hija con los ojos cerrados en el interior.

—¿Cómo se encuentra? —preguntó Zor-El al médico.

—Mejor, el agotamiento está desapareciendo de su cuerpo. Pronto podremos sacarla de ahí.

Jor-El y Lara se acercaron a su hijo, se abrazaron y se sentaron a esperar.

Kara estaba dormida y no inconsciente, en el momento que dejó de sentir dolor pensó que había muerto, pero escuchó las voces de sus primos, de Lena y de Doctor Destino. Ahora sabía más de Darksaid y sabía que solo ella podía luchar contra él. Eso ya se lo habían dicho los poderes y el doctor Destino, pero ahora estaba más convencida que debe eliminar a Darksaid del universo como sea. Parte de las cosas que había contado Doctor Destino, ella lo sabía, siempre lo supo, solo que fue información que no quiso compartir con los demás porque no iba a solucionar nada con saber que este nuevo enemigo es un "dios".

Tres Supers en la TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora